viernes, 19 de marzo de 2021

De Facilitador de experiencias “in situ” a Facilitador de experiencias virtuales…

 Artículo escrito para la Asociación Latinoamericana de Facilitadores ALFA, COMÚN-UNIDAD

En las inquietudes surgidas durante la Pandemia por COVID 19

Publicado a esta fecha por la vigencia del tema y por la naturaleza de los temas que trato en este blog, toca la esencia y el ser del Facilitador profesional en su hacer, seguidamente les comparto...

Heme aquí sentada frente a mi laptop, en mi actitud introspectiva usual, a punto de iniciar una reflexión acerca de un tema que al igual, como muchos otros están y si no lo están pronto lo estarán, para el momento histórico y por las circunstancias;sometidos a un proceso de cambio inminente…Siempre hemos sabido que el cambio es una constante y que todo, absolutamente todo está en un continuo devenir, si, la diferencia en éste momento, siento yo, es la velocidad con la cual están ocurriendo los acontecimientos, acontecimientos que nos han colocado en hacer las cosas de una manera diferente “temporariamente”, según, como parte del resultado de lo que de alguna manera ya se venía gestando para ésta época y de lo que algunas disciplinas del conocimiento llaman cambio de era. Una era caracterizada por avances científicos y tecnológicos de los cuáles todos los profesionales en diversas áreas hemos tenido que asimilar para desempeñarnos de manera efectiva en el hacer que hemos elegido y poder acompasarnos a los tiempos modernos.

La facilitación de procesos humanos (individual y colectivamente) a través de actividades como la consultoría, la asesoría, el coaching, la mentoría, la orientación psicológica, las terapias, la capacitación, la educación formal están teniendo para este momento o tendrán en un futuro no muy lejano que redefinir sus directrices y líneas de acción, la realidad está cada día configurándonos un nuevo contexto de actuación, se viene un cambio inminente y lo que nos estamos viviendo en nuestras maneras de hacer no sabemos si va a quedarse pues,… el teletrabajo ya llegó, lo que no sabemos es si se marchará o se quedará haciendo vida con nosotros y nosotros con él.

Todos los que hemos sido participes de una realidad anterior, en la que hemos coceado junto a empresas, instituciones, colegios, universidades, entes, agrupaciones sociales, entre otros; destinos apegados a su razón de ser, a sus fines y objetivos de creación, hemos experimentado al fenómeno humano de cerca, con todas sus cargas, su historia, su cultura, su idiosincrasia, su manera, su sentir, su hacer; hemos sido testigos de su crecimiento y también hemos vivido con ellos nuestra propia transformación profesional y humana, vale decir, humildemente; con ellos nuestro ser también ha evolucionado. Parte de nuestro vivir se ha ido con ellos y parte de ellos ha quedado indudablemente con nosotros, esa huella a lo que le llamamos experiencia y que es intransferible.

Todos los que hemos compartido a través de esas actividades, llámese consultoría, asesoría, mentoría, coaching, terapia, orientación psicológica, capacitación, formación nos ha correspondido probablemente desempeñarnos como un “Facilitador”, independientemente de las diferencias que acuña el termino de cada actividad y de los niveles de profundidad que se requieren de la facilitación según sea la orientación y el fin  de tal actividad.

Lo cierto es que en este momento nuestro SER facilitador está siendo movilizado, tocado, llamado de muchas maneras según sea nuestra especialidad, en primer lugar; está el llamado del servicio, a apoyar o a asistir u orientar a las masas en el uso de sus propios recursos para contribuir en aquello de mantenernos sanos y generar salud de forma integral; por otro lado a seguir educando, formando, como una iniciativa que genera oportunidad de crecimiento y desarrollo pero ahora en el marco de las circunstancias. Todo ello desde el reducido espacio de una cámara de cualquiera de los dispositivos y/o equipos con los que contamos para acceder a contactar con la otredad y asistirle y/o capacitarle o educarle en aquello en lo que ya hemos alcanzado altos niveles de competencia y en lo que por experiencia nos certifica responsablemente como expertos, además de nuestra habilidad en el manejo para acceder a los múltiples medios (softwares y hardwares) disponibles en los que ya estábamos lo bastante en algunos casos, iniciados.

Ciertamente, hasta hace poco y de manera emergente nos habíamos vistoimpulsados en nuestro quehacer a crear y compartir en línea de manera eventual, con cierta periodicidad o de manera mixta, lo que llaman ahora en tecnologías de la información y comunicación  (TIC) el e-learnig o blended-learning, así mismo celebrar reuniones en tiempo real y a distancia, tema nada imposible con la disposición y el uso de las bondades de la tecnología. Todo facilitador “moderno”, “actualizado” no podía dejar de lado el uso de tales herramientas y evadir el desafío de mantenerse al día, pues las mismas circunstancias y rutinas lo iban conduciendo ya a lo que hoy estamos viviendo a plenitud y de manera vertiginosa: La bien llamada era de la información y la tecnología, por demás empalagosa y adictiva podría decir por lo que hace sentir a nuestros egos deseosos de desafío y apego a la modernidad.

Pero hoy después de más de dos meses de detenimiento global, llevando el mayor tiempo ahora en nuestras casas, es bastante lo que ya comenzamos a extrañar, y también lo suficiente para darnos cuenta de que algo ha dejado de ser y también hemos dejado de hacer. Nuestras prácticas “In situ” han desaparecido momentáneamente, entendiendo eso como el lugar al que acudíamos a encontrarnos con la gente, a estrechar manos, dar bienvenidas, iniciar caldeamientos, rompe hielos para abrir sesiones de aprendizaje, generar acercamientos, co construir el conocimiento de manera grupal, asistir al juego; a lo lúdico para hacer que aparecieran los verdaderos yoes, la espontaneidad, la imaginación y la magia; entregar distinciones, hacer dinámicas interactivas, confrontar, reír, integrar y cerrar gestales, aterrizar y cerrar cognitiva y afectivamente con acciones que sabríamos contribuirían a enriquecer la experiencia y el cumulo de conocimientos traídos por los protagonistas del proceso, eso sin contar con todo lo que por lo general esas actividades aluden inevitablemente al contacto físico, y  a juzgar por lo que reporta el cuerpo a entera satisfacción de quienes acudían a nuestros encuentros después de finalizar la jornada, momento en el cual experimentábamos el zenit del proceso conducido y  dábamos por satisfecha nuestra entrega.Tal detenimiento ha dado paso a una interacción volcada y avasallante hacia el consumo y manejo de la cosa tecnológica con implicaciones que son propicias de observar con cautela.

La tecnología ha sido es y será el producto de los avances científicos y como profesionales de vanguardia le hemos dado su lugar en nuestro hacer, sin embargo, hoy ha tocado nuestro ser y nos ha puesto a repensar en nuestras prácticas y a mirar lo que algunos estudiosos futuristas ya habían mirado y se ocuparon de anticiparlo. Hoy debe preocuparnos el hecho de poder perder el espacio cálido que nos da la cercanía y el trato directo, lo que genera el movimiento, la respiración, el contacto visual, el tocarnos, la risa producto de las picardías y complicidades grupales. La formación es un proceso humano con muchas aristas desde el dónde ser abordado implica atención y cuidado, pero aún más requiere ser protegido y amado. Del cómo lo hagamos devendrá el humano de las futuras generaciones y no es sino a esta generación a la que pertenecemos a la que le corresponde crear un precedente. Pensemos pues en ello y ocupémonos de lo realmente esencial haciendo lo propio frente al contexto avasallante que se nos ha presentado con las circunstancias. Mucho que pensar, reflexionar, crear y actuar.

¿De facilitador de experiencias “In situ” a facilitador de experiencias virtuales… uno? ¿El otro? ¿O ambos coexistiendo en equilibrio? ¿Qué es necesario conservar? ¿Qué si es necesario e importante cambiar? Y ¿Cómo hacerlo? ¿Es ahora o cuándo? Y ¿si no nosotros? Entonces ¿Quiénes?

 

 


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