lunes, 24 de diciembre de 2018

Un día para pedir...

Hoy es un día en el que pedimos... pedimos al altísimo, al universo, a la energía infinita, al cosmos, a Dios nuestros más anhelados deseos...Pedir es un acto de humildad entre los hombres pero también es un acto de conciencia, es una danza que se completa con la ofrenda, porque pedir es, como una de las caras de una moneda que por el reverso contempla el ofrecer... Al pedir es importante que nos demos cuenta desde dónde hacemos nuestras peticiones y las implicaciones en las que nos involucramos al hacerlo...El pedir requiere de nosotros la conciencia de qué es lo que exige aquello que estamos pidiendo...Pedir es el acto en el que podemos materializar el dar y recibir...cuando pido he de saber qué necesito tener para hacerlo...Pedir es un acto de valentía, saca de nosotros las mejores cosas... Hay en pedir y ofrecer oportunidades diferentes de volvernos mejores, hemos de saber también que hay en ello una sabiduría profunda que se despierta cuando somos capaces de mirarnos y descubrir quienes estamos siendo en cada oportunidad que cada acto, el pedir y el ofrecer, nos da. Desde dónde pedimos y desde dónde damos, qué hacemos más y qué menos y qué nos hace falta en nuestro vivir y por qué...Es cierto que vivimos pidiendo de todo a la vida pero hoy pienso que Dios nos da la vida para tenerlo todo, solo que no creemos que lo tenemos todo para hacerlo. Celebremos hoy que lo tenemos todo para vivir y elevemos nuestras peticiones al cielo pensando en agradecer todo lo que hasta ahora hemos podido ser, hacer y tener porque ello ha sido, en parte, producto de estos dos actos que nos constituyen en el humano que estamos siendo: Seres humanos extraordinarios con una vida llena de experiencias extraordinarias!!!

domingo, 9 de diciembre de 2018

Cuando una mujer despierta…


Alguien a quien leía se preguntaba ¿qué pasa cuando una mujer retoma su poder? Y me quedé pensando…¿Qué pasa? Y me respondí y que es el poder en una que no sea otra cosa que tenerse a si misma desde la conciencia del ser quien es y no de aquello a lo que por un tiempo estuvimos condicionadas volviéndonos esclavas de lo que impedía realmente y genuinamente ser quienes queríamos ser.
Eso a lo que por alguna razón nos sometimos y sometimos a nuestros más puros y sagrados instintos; una creencia ajena, un deber social, una obligación, una moda, un rol, una cultura; todo lo que produjo una separación entre nosotras y el ser que somos cuando nos vivimos el mundo de la dualidad, ese que nos separa de lo divino.
Una mujer que retoma su poder es esa que, después de vivir tanto, o tan intensamente, se halla a si misma; se encuentra después de haberse perdido, se vuelve una con ella; se integra, ya su luz y su sombra no están separadas; al enterarse de quién es con cada experiencia, se vuelve entera, se vuelve una con ella y con la fuente de dónde vino.
Ya no hay más un estar inconsciente de sí misma, ahora está despierta y cada cosa que le ocurre pasa por el tamiz de su poder, el poder de estar consciente de ella y de todo lo que le pasa y para qué le pasa, sabe muy profundamente que necesita hacer con ello sin consagrarse como algo especial, porque entiende cómo separarse del ego que divide y la mantiene separada del ser.
Ama y entiende completamente qué amándose, puede amar todo, comprender mejor; puede sanar, liberar, unir y unirse, trascender sin miedo, sin temores porque su sabiduría es profunda, es una con todo. Entiende definitivamente que juega al juego de Dios y que ella es parte de su creación en el juego que protagoniza.
Encontré leyendo algunas cosas con las que resueno y que de alguna manera me inspiraron a escribir lo ya escrito para entenderlo mejor, lo cito ahora porque considero está escrito de una manera hermosamente poética y porque amplía lo que entendí:
“Cuando una mujer despierta, todo cambia en su mundo,   jamás será la que fue y dejará de existir a la forma en la que estaba amarrada, al menos, conscientemente. No aceptará nada menos que aquello que se acerque a la vibración en la que se desliza en  aquel no-tiempo  en donde ES.
Cuando una mujer despierta, comprende que ya no se es un acto humano, sino un SER humano experimentando la vida en cada milagroso instante, una vida donde es la contenedora de la espiral antes de la manifestación,  la luz y el vacío, el penúltimo eslabón. El cordón que la une al alma de la tierra y con ello,  si entra en el sueño de vivir, es capaz de escuchar las diversas  formas en que la consciencia se manifiesta; el canto del universo, el aleteo de la naturaleza en todas su esplendor, el bostezo de los bosques,  el alma inocente de cada  ser vivo que habita junto a ella.
Cuando una mujer despierta, ya no hay valle sagrado, ni canto de lunas llenas, ya no hay miedos que traspasar, feminidad que idolatrar, ni poderes sagrados que preservar. Tampoco éxtasis, ni gozo ni amor inconsciente. No hay llamada, ni murmullo, no hay valor que buscar…no hay nada ni nada importa más que el vuelo de un abeja.  ¿Por qué?  porque comprendió que  todo es sueño, sueño que te hace creer incluso que puedes ser una mujer loba que debe aullar, bailar y abrazarse o desnudarse ante la forma.
Cuando una mujer despierta, comprende. Es en los parpados cerrados de “Dios” y desaparece junto a “ÉL” hasta el nuevo ciclo, donde comenzará la infatigable tarea  de  parir una vez más este y otros tantos universos. Sin importar la forma,  dimensión o estado en el que SEA.
No es fácil vivir con ella, vaya que no…., ¿Cómo se abraza la sombra con la luz sin que uno de los dos desaparezca? , ¿Cómo has de vivir el deseo (amoroso), si el otro no comprende  que ella  es la escalera que “Dios” puso en su ADN (no su alma)  para que  el hombre pueda  llegar a ÉL?
Tal vez nos volvemos ermitañas, ¿raras?. Quizás parezcamos extraños seres ante una sociedad dormida, quizás…, todo puede ser, lo único que no puede ser, es que una mujer despierta se venda  ante el sueño de ser una forma existiendo en un  universo finito”.


miércoles, 28 de noviembre de 2018

Una plegaria...

Ésta es una plegaria escrita por una junguiana que leo con frecuencia, Clarissa Pinkola Estés... una plegaria que finalmente nos coloca en el espacio de elevar nuestro corazón al cielo y pedir que sea llenado, aún cuando no nos permitan levantarnos, y nos empujen hacia abajo! Nuestra verdadera fuerza procede del corazón, y, aún cuando nos halen hacia abajo nadie puede impedirnos elevarnos y mirar al cielo, porque justo en la desdicha es cuando nos volvemos fuertes, es cuando sacamos lo mejor de nosotros, y no es que no se pueda de otra manera, tal vez si, pero cuando la exigencia es mayor nuestro carácter se forja y aparecemos de nuevo fortalecidos en el espíritu, porque no hemos estado distraídos sino muy atentos a lo que nos sucede y a cómo podemos sacar el aprendizaje que la experiencia nos trae!


lunes, 26 de noviembre de 2018

Una Diosa...

Nuevamente en esa inspiración de sacar la mejor versión de nosotras mismas, comparto éste texto y me quedo maravillada en principio de la tan hermosa expresión de quien escribe, en éste caso un varón, un hombre, luego me maravillo de lo propio y de lo que aún falta por ser o por experimentar... Somos como Diosas, si, así me siento muy profundamente... A mis iguales en genero, amigas, algunas, conocidas otras... pero siempre mujeres!!! Les comparto éste bello texto, es posible que también les guste!

UNA DIOSA
"Una diosa es una mujer que surge profundamente dentro de ella misma. Es una mujer que claramente ha explorado su oscuridad y ha aprendido a celebrar su luz. Es una mujer capaz de enamorarse de las posibilidades magníficas dentro de ella. Es una mujer que sabe de la magia y de los sitios misteriosos en su interior, los sitios sagrados que pueden nutrir su alma y hacer su todo. Ella es una mujer que irradia la luz. Es magnética. Anda en un espacio y hombres y mujeres igualmente sienten su presencia. Ella tiene el poder y la suavidad al mismo tiempo.

Ella tiene una poderosa energía sexual que no depende del aspecto físico. Ella tiene un cuerpo que adora y esto se muestra por el modo en que cómodamente vive y se mueve. Ella quiere la belleza, la luz y el amor. Ella es una madre a todos los niños. Ella fluye con la vida en la gracia fácil. Ella puede curar con una mirada o con un solo toque de su mano. Ella tiene ferocidad sensual y sin miedo se muestra erótica y el sexo es la forma en que comparte con el otro su toque del divino. Ella es compasión y sabiduría.

Es buscadora de la Verdad y se preocupa profundamente por algo más grande que ella. Es una mujer que sabe que su objetivo en su vida es alcanzar un nivel más alto en el amor. Es una mujer enamorada del amor. Ella sabe que la alegría es su destino y lo abraza y comparte con otros, en ella las heridas son curadas. Ella es una mujer que sabe que su compañero es en ocasiones frágil y como ella también se asusta de vez en cuando. Ella ha venido para entender las cicatrices de su hombre y saber que juntos, el amor puede ser el alivio, la curación de sus heridas.

Ella es una mujer que puede aceptarse tal como es. Ella puede aceptar a los otros tal como ellos son. Es capaz de perdonar sus errores y no sentirse amenazada por el otro incluso cuando la atacaron. Ella es una mujer que puede pedir ayuda cuando lo necesita o dar la ayuda cuando se la pidan. Ella respeta fronteras, las suyas y de los demás. Ella puede ver a Dios en los ojos del otro. Ella puede ver a Dios en ella misma. Ella puede ver a Dios en cada situación de su vida. Ella es la mujer que toma la responsabilidad de todo lo que ella crea en su vida. Ella es una mujer que da y es totalmente un apoyo para otros. Ella es una Diosa."

-Escrito por: Kazzrie Jaxen-

domingo, 25 de noviembre de 2018

Tocar Fondo


Porque tocar fondo es ese lugar al que a veces tenemos que ir para darnos cuenta de las fortalezas que tenemos, ese fondo es a veces el lugar que nos exige sacar lo que no hemos sacado, eso que nos hace mejores, eso que nos hace más auténticos, eso que nos hace perder el miedo y que nos vuelve ante nosotros mismos alguien diferente, alguien cuyo poder nos hace estupendamente más completos, mas nosotros!!! Porque allí en el fondo, es dónde nos enteramos realmente de qué estamos hechos, y enterarnos es definitivamente volvernos más enteros!!!
De acuerdo con Clarissa Pinkola Estés El fondo es el terreno donde comienza la siembra de quienes podemos ser, porque allí es donde hacemos alquimia, es allí donde nos transformamos!!!