jueves, 21 de octubre de 2010

Conflicto y oportunidad…

La palabra conflicto vive entre nosotros acuñada como un término al que nos referimos generalmente desde el espacio negativo y destructivo, cuando pensamos en el, lo que nos viene a la mente es: pugna, pelea, lucha, guerra, destrucción, desolación, pérdida, competencia, oposición, polarización, rivalidad, desacuerdos… podríamos seguir diciendo más, sin embargo la idea de este artículo que hoy les entregaré, es precisamente lo contrario; más bien el cómo podemos referirnos al conflicto como una oportunidad de cambio y crecimiento, como la oportunidad para ser y hacer diferentes, como un espacio más bien constructivo y edificante.

Para comprender un poco lo que es el conflicto desde una perspectiva diferente a la que estamos habituados por fuerza de los paradigmas en los que operamos al respecto es necesario e imperativo que nos detengamos a observar ¿cómo es que nos vivimos eso? Y que reflexionemos un poco acerca de ¿Qué es lo que lo origina? ¿Quiénes son actores de conflictos? ¿Cómo nos comportamos frente al conflicto? ¿Cómo lo abordamos? ¿Qué es lo que lo hace crítico? ¿Cuál es la cultura que lo reproduce en violencia y agresión? ¿En cuáles dominios de la vida se genera? ¿Cómo es que podemos convertirlo en oportunidad? ¿En oportunidad para qué?

Bien, comencemos pues a tratarlo. Ante todo debemos saber que el conflicto es consustancial a la vida humana, es decir, es inherente a nuestra naturaleza, no podemos desprendernos de la posibilidad de que no se nos presente. Somos seres de pensamiento dual y relativo y eso ya hace que en momentos se nos generen conflictos internos con nosotros mismos al confrontarnos con nuestros propios pensamientos, acepciones y experiencias, por un lado; por otro, vivimos embuídos en una forma de abordaje de conflictos que se corresponde con un paradigma adversarial, confrontador, punitivo, de litigio que se ha legitimado a través de prácticas sociales y de comportamiento recurrentes que han hecho de nosotros seres que convivimos en violencia y agresión cada vez mayores, como que si eso fuera lo normal y natural.

Muy grave es por supuesto esto último, ya la realidad nos esta diciendo a gritos que es necesario hacernos cargo de ella, pues estamos generando mecanismo de autodestrucción, una cultura que sea sostenible en el tiempo es aquella que no atenta contra la humanidad, es un imperativo asumir la responsabilidad de la crisis social en la que nos hemos metido y salvar entre todos al mundo, a la humanidad, al planeta. Pero, ¿Por dónde comenzar? Bien lo dice la carta de Constitución de la UNESCO al respecto: “Puesto que las guerras se originan en las mentes de los hombres es en las mentes de los hombres donde deben construirse las defensas de la Paz”

En este sentido es importante señalar, que es una prioridad asumir al conflicto de una manera constructiva y no adversarial, es decir movernos de paradigmas, cambiar las formas de pensar y luego de actuar, comenzar por definirlo y entenderlo como oportunidad, salir del litigio como manera de abordarlo, paradigma caracterizado en la cultura por frases “sálvese quien pueda”, yo gano tu pierdes, yo tengo la razón y tu no, yo sé de eso y tu no sabes, y que genera emociones como: inseguridad, miedo, contrariedad, rabia, frustración y que sostenido en el tiempo nos conducirá irremediablemente a la autodestrucción de la humanidad.

También es importante que nos demos cuenta que en principio los principales conflictos que necesitamos atender, son los propios, los personales y luego los de nuestra familia. Que nos entrenemos y sensibilicemos con respecto a lo que origina nuestros propios conflictos. Aprender a convivir es importante, construir nuestras relaciones desde un espacio de aceptación, tolerancia y comprensión, basado más que en enfrentamientos donde afloran las posiciones de cada quien, en observar más los intereses y necesidades que nos mueven a actuar para luego conseguir puntos comunes posibles de encuentro y formas de ganar ganar en las que ambas partes sientan atendidas sus necesidades, es el reto.

Instalar una cultura de paz, una cultura de resolución y abordaje de conflictos diferente exige de nosotros cambio de actitudes frente a nuestros problemas con la otredad. Sea esta una relación de pareja, hombre mujer; Padres, Mamá , papá e hijos; Jefe y colaboradores; amigos, ciudadanos.

No hay camino para la paz, la paz es el camino,
como decía Gandhi, construyamos ese camino, hagamos de nuestra convivencia en todos los niveles, una convivencia pacífica, aprendamos a vivir juntos en armonía, convivir es construir nuestras relaciones en todos los dominios desde la perspectiva de manejar constructivamente nuestros conflictos con nosotros mismos y con el otro.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Vicios y Virtudes

Esta vez les entregaré a ustedes un artículo que me gustó mucho y que compartí con algunos amigos en el facebook en una oportunidad, este artículo me hace pensar entre muchas otras cosas aquello que tiene que ver con la aceptación, el equilibrio, la dualidad y el cómo es que a veces nos perdemos de algunos espacios importantes del vivir por quedarnos atrapados en vicios y excesos que no son otra cosa que la negación de los demás o una exageración que nos limita el vivir con más liviandad y tranquilidad.

Vicios y Virtudes fue Publicado el 14 de Diciembre, 2009 por Prodavinci renoir por Héctor Abad Faciolince, fue un artículo que recibí de unas amigas de la Universidad y dice el autor:

He comprobado a lo largo de la vida que si uno persigue pulir sus virtudes con un celo excesivo, puede volverse un moralista insoportable. Y lo mismo al contrario: hay que tener cuidado de no combatir con demasiado ahínco los propios defectos, porque éstos tienen su gracia escondida. Uno es mal juez de sí mismo, pero pensemos en esto: nuestros amigos más queridos, sin los defectos que les son característicos, perderían la mitad de su encanto. ¿Qué queda de Juan sin su loca hipocondría, de Pepa sin sus celos, de Carlos sin su vanidad? Un bulto amorfo y vacío. Lo que somos, lo somos también, y en buena medida, por nuestros defectos. El que tenga un defecto, que lo cuide. He conocido personas que, de tanto vapulear su vanidad, se quedan sin amor propio. Mujeres que por domar su gula con demasiado esfuerzo han terminado anoréxicas, y otras que a fuerza de vigilar su concupiscencia se volvieron frígidas. Conozco también avaros que por temor de serlo llegaron a ser manirrotos y todo lo perdieron. Es más:avaros y manirrotos no son otra cosa que manirrotos y avaros en potencia.

Todo aquello que la moral de las virtudes persigue y el terrorismo de los defectos abomina, puede ser visto de distinta manera. La tendencia de alguien a ser lento e inactivo no es necesariamente pereza y abulia: puede verse como la actitud de alguien que no está interesado en la desenfrenada competencia del mundo y prefiere marginarse y sumirse en una inoperante paz espiritual. La misma a la que llegan ciertos santones a quienes mucho se admira porque parecen meditabundos, y en realidad dormitan.

De tanto querer ser sabios, algunos eruditos se vuelven pedantes,pedorros de citas, siempre en esa insufrible actitud docente en la que creen que todo conocido, amigo o amante no es otra cosa que un alumno. De tanto perseguir la indudable virtud del conocimiento, hay sabihondos que se vuelven insufribles. Y lo mismo se puede decir de la verdad: los que exageran con ella, los héroes de la sinceridad, son una amenaza para la convivencia pacífica.

El orden y la limpieza son saludables, sin duda, pero quién no conoce enfermos de orden y maniáticos de la higiene que convierten en un calvario la vida cotidiana. Yo siempre he sospechado que los que mucho se lavan no son otra cosa que sucios intrínsecos que añoran con denuedo una limpieza que nunca alcanzarán. Sospecho de los puros, de los limpios, de los que hacen alarde permanente de su apego a la moral y a la verdad. Ahí mismo pienso en lo contrario. No hay que exagerar,pero prefiero un toque de olor en la axila al inodoro sobaco de un maniquí viviente.

El perfeccionismo puede ser un defecto grave. No hace mucho los ingenieros de ferrocarriles japoneses hallaron una estadística preocupante: sus trenes se descarrilaban más que los trenes europeos,sin motivo aparente. Al fin hallaron la respuesta en la excesiva precisión de su cultura: los durmientes estaban puestos a una distancia precisa, al milímetro, y lo mismo los espacios que se dejan entre los rieles para efectos de dilatación. Pues bien, estas distancias perfectas producían al pasar de los trenes una especie de resonancia que hacía que todo el hierro vibrara al unísono, hasta salirse de su sitio. Ya lo ven, no hay que renunciar a todas las imperfecciones ni a todos los defectos. Nos ayudan.

La perfección, dijo alguien, es una tentación luciferina. Conozco muchos escritores que no escriben, atormentados por la incapacidad de soportar el peso de sus defectos. Lo primero que hay que aprender a soportar cuando se escribe, cuando se emprende cualquier actividad artística, es el destino inevitable de la imperfección. Eso es lo humano y así nos crearon los dioses que no existen: tan imperfectos como ellos. A imagen y semejanza de lo posible. Los padres o profesores que persiguen hijos y alumnos perfectos, producen monstruos. Hay que tener el valor de convivir con los defectos propios, y con los ajenos. Y también el valor de no buscar ser, a toda costa, un dechado de virtudes que, a la larga, es más bien un duchazo de antipatía.

Fuente: El Espectador

miércoles, 8 de septiembre de 2010

La inteligencia emocional y la propuesta del secreto

Las emociones nos ocurren, estamos arrojados al emocionar… la percepción de los acontecimientos las gatillan, ellas son reactivas, es imposible no emocionarnos frente a las circunstancias del vivir… si vivirnos sanamente las emociones significa no negarlas, no reprimirlas, legitimarlas, darle el mismo estatus de importancia que tiene el pensar ¿Cómo podemos explicar el planteamiento de mantenernos solo en las positivas como nos dice la película “El secreto”? y ¿Qué hacemos entonces con aquellas emociones que no son tan positivas? pregunta interesante me haría un participante en uno de mis talleres experienciales. De esto quiero hablarles hoy en este artículo, pues esta duda lleva a muchas personas a pensar que la propuesta es negar o reprimir aquellas emociones que pudieran en un momento determinado limitarnos para algunas cosas y esto definitivamente, no es lo más recomendable, porque en el vivir es seguro que las vamos a experimentar.

Importante tener presente que frente a lo que nos ocurre van a aparecer siempre las emociones, siempre hemos de estar en alguna de ellas y frente a lo que sucede vamos fluyendo de una a otra como por un degrade de colores intensos y suaves o viceversa, pues somos seres humanos emocionales. Significativo es también saber que, lo importante no es la emoción que nos surge en el momento, sino más bien, lo que podemos hacer luego con ella, es decir, no darle importancia a lo que sucede, sino más bien a lo que podemos hacer con ello después, he allí el desarrollo de la inteligencia emocional.

Distinguir que somos emocionales implica aceptar todas las emociones por las que podemos fluctuar en nuestro vivir, nosotros somos dueños de nuestro sentir, creamos con ello un mundo de posibilidades que también podemos restringir. El cómo escogemos vivir las emociones es definitivamente el gran objetivo, es definitivamente aplicar que, aquello que sucede y nos genera el sentir que nos genera, es solo una parte del asunto y del cual solo nosotros tenemos la potestad de cambiar, de vivirlo diferente. Tener conciencia de ello nos hace volver la mirada sobre cómo es qué tenemos que vivir emocionalmente para crecer sanos, exitosos, amorosos, libres de ataduras o patrones emocionales que nos restringen, equilibrados y felices.

Ahora bien, la película “El secreto” nos plantea que somos seres vibratorios en un entorno vibratorio, por un lado; por otro nos dice que «Todo lo que se asemeja se atrae». Así mismo expresa: “Aquello a lo que prestas atención hace que emitas una vibración, y las vibraciones que ofreces equivalen a lo que pides, lo cual equivale a tu punto de atracción. ..si prestas atención a lo que sientes, te será fácil averiguar si diriges tu atención a tu deseo o a la ausencia de él. Cuando tus pensamientos coinciden a nivel vibratorio con tu deseo te sientes bien, la gama de tus emociones pasa de la satisfacción a la expectativa, al anhelo, a la alegría. Pero si prestas atención a la falta, o la ausencia, de lo deseado, tu gama de emociones pasa del sentimiento de pesimismo a la preocupación, al desánimo, a la ira, a la inseguridad y a la depresión”.

De lo que se trata entonces es, no de negar y reprimir las emociones, sino de fluctuar en ellas, de no quedarnos mucho tiempo en aquellas que pudieran limitarnos o enfermarnos, aprovecharlas para conocernos, averiguar que nos dicen, que pueden revelarnos y salir de ellas crecidos y fortalecidos, nuestras emociones son necesarias para la vida, para el logro de nuestros objetivos y para llegar a cumplir nuestra misión de vida, a desarrollarnos plenamente para estar bien, ser grandes y ganar el amor, a lo que vinimos definitivamente a nuestra trascendencia y evolución.

domingo, 29 de agosto de 2010

¿CÓMO SABEMOS SI VAMOS EN VÍA A LA SUPERACIÓN O AL DESARROLLO PERSONAL?…


Nosotros somos seres humanos con un potencial realmente muy amplio para ser y para hacer en nuestra vida alguien extraordinario, alguien con una vida plena y también extraordinaria. Somos seres dotados con una capacidad biológica, psicológica y social única, capacidad que nos permite adaptarnos de una manera inteligente al contexto en el cual nos desempeñamos. A propósito del desarrollo de nuestro potencial, alguien que una vez escucho lo que hablaba acerca del desarrollo y la superación como seres humanos me preguntó qué diferencia había entre superación personal y desarrollo personal... al respecto hoy quiero escribirles, pues ciertamente existen notables diferencias entre estas dos situaciones. ¿Nos superamos o nos desarrollamos? O ¿hacemos ambas cosas? ¿Cuál es el punto de coincidencia? Ahora les diré.

Cuando una persona se encuentra en el dominio básico de sus capacidades potenciales, es decir, no posee dificultad alguna para enfrentar tareas que perfilan mejor sus habilidades, cuando cuenta con el grado normal de competencia para optimizar su desempeño y lograr con ello sus metas y objetivos, podemos estar hablando de desarrollo personal. Así, una persona con la capacidad fluida y disposición actitudinal y aptitudinal para hacer cálculos matemáticos podrá desarrollar carrera en ese contexto, podrá ser contador, economista, estadístico, ingeniero, etc. Igualmente sucede con una persona que teniendo dinero, en poco tiempo logre multiplicar sus riquezas aplicando sus nociones sobre finanzas y estrategias de administración, lo mismo sucede con otra que siendo sociable logre ensamblar una red de innumerables amigos o fuentes para un trabajo y así con otra que teniendo alta capacidad conciliadora pueda mediar conflictos utilizando estrategias para ese fin y con muchas otras que teniendo el perfil para hablar, nadar, correr, jugar tenis, alcancen las mejores marcas en su dominio de competencia debido a que perfeccionaron, complementaron o potenciaron sus habilidades… estas personas sin duda estarán alcanzando niveles de desarrollo personal, ese en el cual una persona pasa de ser una persona con grado normal de competencia a ser uno de los mejores y más competentes en determinadas áreas.

Ahora cuando una persona más bien esta afectada por algo que le impide el logro de sus metas y objetivos podemos decir que comienza en desventaja o quizá en desavenencia total, con malos hábitos, traumas psicológicos, egos, miedos profundos, fobias o circunstancias graves que le llaman a hacer algo antes de enrumbarse a hacer aquello que implica potenciar su habilidad, pues no podrá por sus dificultades o limitaciones. La superación personal consiste en “superar este algo antes de”. En la superación personal la exigencia es mayor, pues se requiere hacer más, así por ejemplo un hombre endeudado, que adquiere responsabilidad de su vida, requiere eliminar sus malos hábitos para saldar sus deudas y conseguir estabilidad financiera para salir adelante con sus responsabilidades. Así mismo una mujer competitiva con los hombres que pretenda relacionarse mejor y más efectivamente con el sexo opuesto, deberá vencer su impulsividad a competir con ellos y en lugar de eso permitir que estos tengan el espacio que les correspondes sin su intervención. Igualmente un muchacho con una profunda soledad interna, desaseado y tímido que busque información sobre “como conquistar a una chica” no podrá tener éxito en su tarea si no trata primero su timidez, su falta de limpieza y hacer algo en contra de su profundo sentimiento de soledad.

Ahora podríamos preguntarnos ¿dónde concilian ambas situaciones, la superación y el desarrollo personal? ¿Existe algún punto de coincidencia entre ambas? ¿Es necesario que se dé una para que aparezca otra o no necesariamente? Obviamente puedes pasar de la superación personal al desarrollo personal, el hombre que supero las deudas y se deshizo de sus malos hábitos financieros paso por la etapa de la superación personal pero luego cuando obtuvo estabilidad financiera puede multiplicar su riqueza, en este momento ya estaría entrando en el desarrollo personal. El camino de la superación personal es la puerta para empezar a recorrer el camino del desarrollo personal.

En el camino de la superación personal mas que metas y objetivos pueden haber traumas, miedos profundos, graves creencias limitantes, malos hábitos o desórdenes profundos, las personas que vencen el alcohol, la anorexia, enfrentan el maltrato, vencen hábitos destructivos, las drogas o la discriminación son ejemplos de Superación Personal, mientras que personas que tenían una vida ordinaria y lograron después una vida extraordinaria son ejemplos de Desarrollo Personal.

Bien, distingamos entonces cuáles son las cosas que en nuestra vida constituyen algo a superar y propongámonos responsablemente a asumirlas para superarlas y colocarnos en el camino franco y abierto para desarrollar todo nuestro potencial, obtener nuestro desarrollo personal. Observémonos en los diferentes dominios del vivir y optimicemos los que requieran ser optimizados potenciando nuestras habilidades y superemos las cosas pendientes en aquellos que lo requieran para luego optimizar nuestras habilidades potenciales en el.

domingo, 15 de agosto de 2010

Hemos aprendido algo únicamente, cuando hemos hecho cuerpo lo aprendido!!!


Hemos aprendido realmente algo cuando nuestro cuerpo responde sin dificultad ante aquello que se constituía en algo que no sabíamos hacer. ¿Hacer cuerpo lo aprendido? ¿Cómo es eso? ¿Y cómo es que únicamente podemos decir que hemos aprendido cuándo se ha hecho cuerpo aquello que queríamos aprender? Bien, así es, de esto quiero hablarles en este artículo hoy…

Cada vez que nosotros iniciamos una nueva tarea en cualquier dominio que esta sea, iniciamos un entrenamiento para desarrollar habilidad, enfrentamos un trabajo nuevo, iniciamos una nueva relación, contraemos matrimonio, traemos un hijo, adquirimos una nueva casa, alcanzamos un grado profesional diferente, enfrentamos un ciclo nuevo, salimos de nuestro espacio de confort y comodidad, donde todo nos era familiar y conocido para entrar en espacios inexplorados, incómodos y de incertidumbre… y aunque los estados citados fuesen deseables, representan para nosotros el inicio de prácticas nuevas donde las exigencias son otras, donde el ensayo y el error es lo más posible…

Nuestro cuerpo nos acompaña en todo momento y es el quien nos advierte que estamos fuera de lo conocido, lo controlado y lo cómodo… es en este instante cuando caemos en cuenta que la circunstancia a la que estamos sometidos refleja en nuestro cuerpo niveles emocionales diferentes, quizás alterados, reprimidos, en estrés, según sea la situación y la persona. Cuando sentimos nuestra incompetencia o poca competencia frente a las exigencias del contexto, el primero que reacciona es nuestro cuerpo. El se repliega, se contrae o pudiera también expandirse en un mecanismo de defensa frente a lo desconocido. Es en este instante cuando podemos distinguir que no sabemos algo ante lo que se nos esta pidiendo que respondamos.

No saber, puede ser un acto consciente o inconsciente, muchas cosas no sabemos que no las sabemos hasta que aparecen; sin embargo hay otras que si sabemos que no las sabemos… Ahora bien, una vez que tomamos la responsabilidad y tomamos la iniciativa de aprender aquello que nos importa, nos gusta, nos interesa, nos apasiona, es entonces cuando tomamos las acciones e iniciamos el camino del aprendizaje. En ese instante nuestro cuerpo inicia un conjunto de acciones recurrentes necesarias para desarrollar habilidad, ganar competencia, forjar hábito, si no se hiciera de esta manera; sería inútil, pues aprender implica improntar en la memoria aquello que requerimos para responder ante las exigencias del contexto; es decir, si no repetimos las lecciones, las acciones, de nada servirá, no las aprenderemos el cuerpo no las fijará!.

Hacer cuerpo el aprendizaje es entonces lograr que éste responda sin esfuerzo, con rapidez, de manera automática ante aquello que exige nuestra competencia, sea esto una manera de pensar diferente, una forma diferente de decir las cosas, una nueva manera de sentir, o de hacer las cosas; se dice que llegado a este punto, nuestra zona de confort se redimensiona, se vuelve cómoda, hemos incorporado un aprendizaje nuevo, ya lo hemos hecho cuerpo dado que este responde de manera inconsciente y automática por lo tanto aquello que era objeto de aprender ya esta dominado, pertenece ahora a lo conocido.

Así que, cuando estas aprendiendo a ser o a hacer diferente, no dudes en que para ello es necesario que tu cuerpo te acompañe, porque finalmente es el quien te contiene y es el que a fin de cuentas te hará saber si realmente has aprendido o no algo… por lo tanto sabemos que hemos aprendido algo cuando hemos hecho cuerpo lo aprendido!

jueves, 15 de julio de 2010

Integrar nos permite vivir mejor…

Mucho he escuchado hablar acerca de la integración, de integrar, de integralidad… en este paseo que es la experiencia de vida… mucho se nos dice insistentemente que somos seres humanos integrales, es decir; que no solo somos seres intelectuales o emocionales o biológicos, o sexuales, o psicológicos o sociales o políticos de manera aislada, somos “integrales”; de la misma manera se nos hace énfasis en que debemos integrar o integrarnos en cuerpo, mente, emoción y espíritu y no andar por allí desalineados actuando generalmente, solo desde la emoción, o desde la mente, dejando al cuerpo actuar mecánicamente, entregado a las reacciones automáticas a las que los patrones lo han constituido. De este último aspecto les hablaré esta vez. Debo decirles que todo este cuento intelectual es algo complejo de comprender hasta que en la experiencia nos toca descubrirlo o vivirlo…

No sé cuando comienza a hacerse posible, eso de la integralidad, la integración o el integrar, pienso que entrada la madurez; sin embargo es importante dejar claro que algunas personas, dada su historia de vida estarán más o menos integradas que otras, y en edades diferentes; y lo lograran también en etapas de vida distintas; por otro lado lo que si se, es que se requiere de la experiencia para poder en ella integrar o integrarnos y alcanzar integralidad.

Desde la mente podemos comprender muchas cosas, tenemos en ella el asiento de la razón y la intuición, herramientas estas, son responsables del conocimiento que podemos generar y que son indispensables para generar sabiduría… pero sucede que a veces en algunos dominios del vivir nos quedamos solo en ellas, solo en el pensar que ocurre en nuestra mente, en los paradigmas que nos ponen limites y que a veces nos hacen rígidos e inflexibles; acallando, aplacando, inmolando, sacrificando, el mundo del emocionar, ese mundo al cual todos pertenecemos y en el cual estamos sin duda, contenidos. También sucede al contrario, es decir, a veces andamos más entregados en algunos dominios del vivir más a la emoción y dejamos que ella nos envuelva y cause estragos en nosotros, incapaces de pensar solo nos vivimos la emoción y el momento, pudiendo perder con ello algunas cosas importantes de nuestra vida… Llegada a este punto me pregunto ¿Pero, por qué es importante integrar cuerpo, mente, emoción y espíritu? Desde este espacio recuerdo dos cosas que a mi me han ayudado a comprender esto para luego hacerlo. Cosa que debo adelantarles me ha hecho, entre otras, sentirme muy feliz y tranquila. La vida se hace diferente cuando podemos integrar.

Ahora bien, y ¿Qué hay con el cuerpo en todo esto? Pues bien, el cuerpo acompaña a la emoción y al pensamiento albergado en la mente, el será el reflejo que estos dos dominios establezcan, actuará de acuerdo a la forma en que el pensar y el sentir o emocionar dictaminen, el se configurará bajo estas pautas que con el tiempo y la recurrencia, el pensar y el sentir nos vayan imponiendo. Tres grandes dominios: cuerpo, emoción y mente que articulados en nosotros de manera integral pueden producirnos bien vivir… ¿Qué sucede cuando no estamos integrados? Puedo decirles que nuestra mente genera pensamientos, juicios maestros, paradigmas que pueden a bien ayudarnos, capacitarnos o todo lo contrario, limitarnos, incapacitarnos, anularnos; generando con ello sufrimiento y drama en nuestro vivir. Así mismo, Osho dice que una fuente de dolor y sufrimiento es no poder integrar nuestras emociones con nuestros pensamientos y viceversa, en ese esfuerzo por alcanzar el equilibrio en nuestra vida. Trascendente en todo esto considero, es saber que los pensamientos generan sentimientos, los sentimientos generan acciones y las acciones generan resultados. Así, si queremos ver resultados diferentes, debemos entonces hacer cosas diferentes, para sentir cosas diferentes y lograr pensar diferente… pero todo ello de manera integrada y no separada…esto es la clave para el cambio, la integración.

Pero ¿Cómo es qué podemos integrar? Bien aquí voy con lo más significativo del asunto…integramos cuando no nos abandonamos solo a sentir, o a pensar separadamente, lo logramos cuando somos capaces de detenernos a observar cómo es nuestro sentir y nuestro pensar y tratamos de experimentar en el cuerpo que nos genera, una cosa y la otra… el cuerpo nos revela si se siente cómodo sintiendo lo que siente o pensando como piensa… a veces el demora un poquito en conseguir las respuestas, sin embargo cuando lo dejamos fluir, cuando lo observamos en quietud, el nos revela en pensamiento y en sentimiento qué es lo mejor para nosotros… son muchas las cosas que descubrimos… a veces somos cautivos de nuestra emoción, ella nos puede nublar, pero el pensamiento, la mente también lo puede hacer… necesario es nutrirnos con el conocimiento, pero no quedarnos atrapados en el, tener mente flexible, abierta, despierta, nos ayudará a vivir mejor, a vivir en paz y armonía…

Cuando estés muy emotivo, no decidas; cuando estés muy metido en pensar y repensar, cálmate y deja que tus pensamientos se asienten, el cerebro conseguirá lo mejor para ti, pero mantente vigilante de lo que tus pensamientos y sentimientos te producen… empodérate de ellos, no permitas que ellos te contengan a ti, contenlos tu a ellos. Ve despacio, no te abrumes, intenta darte cuenta de lo que te ocurre, date tiempo, se amoroso contigo…

martes, 15 de junio de 2010

Las diferencias de pensamiento que hacen la diferencia en el vivir juntos…



Una de las cosas más díficiles que he conseguido en la experiencia de vivir en pareja ha sido el manejo de las diferencias, siempre he pensado que la mejor relación es la que podemos construir JUNTOS, nosotras con ellos y viceversa… para mi ha significado esto, toda la vida, un reto, porque lidiar con nosotros en una dupla sin aburrirnos, sin caer en rutinas que acaban con el amor y además crecer, evolucionar y trascender en un acoplamiento del uno al otro, requiere, además de voluntad, de un profundo amor que parte del respeto infinito por el otro para hacerlo mágico y posible!

Hoy compartiré con ustedes desde mi ser mujer las grandes diferencias que tenemos que atender cuando compartimos la vida con el sexo opuesto, por supuesto sabiendo siempre que, lo que puedo ofrecerles con ello es, solo una mirada desde mi experiencia, que por demás no pretende ser exhaustiva en este asunto, pero que sin duda alguna puede brindarles varios puntos de partida para reflexionar acerca de lo que sucede en las interacciones de pareja. Por lo extenso del tema abordaré en esta edición del blog solo las diferencias que tenemos con respecto al pensar y su reflexionar la influencia de ello en la construcción de una relación.

Al entrar en una relación con el otro, que por cierto es bien temprano, de lo primero que nos damos cuenta es que nuestros gustos y preferencias en el actuar en la vida están lo bastante discriminadas socialmente, los patrones culturales para sentir, pensar y actuar entre hembras y varones están lo suficientemente explícitos… y aunque cargado de muchas desviaciones que pudieran catalogarse de ventajosas o desventajosas en ocasiones para ellos o para nosotras, con ellas cargamos sin darnos cuenta e iniciamos nuestras relaciones con el sexo opuesto…

Primero hemos de saber que ambos, tanto ellos como nosotras, estructuramos nuestra forma de pensar de manera distinta, dado la evolución de nuestros cerebros y su composición para operar encontraremos una de las grandes primeras diferencias aparte, de la biológica, para interactuar.Ahora bien, lo importante no es saberlo, sino darnos cuenta de la dificultad que sobreviene a una relación al experimentarnos en ellas.

Lo más importante es saber cómo asumir las diferencias que el pensar diferente nos deja. Las crisis sobrevienen generalmente cuando estamos en situaciones picos o estresantes, cuando nos hemos cansado de lidiar con el vacío que se ha generado por la incomprensión a veces originada en ambos sentidos, cuando no hemos podido hacernos cargo de las inquietudes del otro, cuando el acoplamiento para satisfacernos mutuamente no ha aparecido o se ha quebrantado.

Ante estas situaciones hombre y mujer, varón y hembra observamos, percibimos y reaccionamos distinto dada nuestra estructura cerebral. Encontramos por ejemplo que, mientras el hombre se centra individualmente, se enfoca en hacer una sola cosa por vez, las mujeres tendemos a tareas múltiples, así mismo frente a los problemas, mientras nosotras requerimos conversar, los hombres requieren aislarse, por lo que brindarnos apoyo mutuo requiere consideremos estos aspectos; estamos configurados así naturalmente. Sin embargo ¿por qué nos conflictuamos por esto?

Ahora bien, las mujeres tenemos la tendencia a tratar varios puntos o temas en una conversa, mientras un hombre requiere concretar para hacerse cargo o para ofrecer su ayuda respecto a lo que puede hacer. Por otro lado mientras nosotras requerimos comunicar, ellos requieren alejarse para priorizar, para concretar sus acciones! Esta es, reitero, nuestra configuración natural! .Y ¿qué sucede entonces? también a veces, esto genera conflicto, tanto que es motivo de fuertes discusiones, alejamientos y hasta de rompimientos.

Así mismo, mientras un hombre separa la información en su cerebro en distintos compartimentos, emociones, percepciones, acciones; las mujeres enlazamos nuestras experiencias en un conjunto, es por ello que a veces podemos sentirnos más agobiadas y agotadas que ellos, mientras ellos en situación de estrés se enfocan en lo más importante, nosotras atendemos varias cosas simultáneamente.

Pudiera seguir citando cualquier cantidad de diferencias producto del cómo pensamos mujeres y hombres, sin embargo lo más importante es respondernos a lo siguiente: Si sabemos que nosotros y ellos estamos configurados diferente naturalmente como somos por evolución, entonces ¿por qué tan díficil nuestra interacción? ¿Será, por qué pretendemos que el otro sea y haga como nosotros? ¿Es cuestión de aceptación? ¿Es por qué interpretamos erróneamente el comportamiento del otro? ¿Lo volvemos algo personal? ¿Es que ellos son unos flojos realmente? ¿Es que nosotras somos demasiado complicadas? O será ¿Que no hemos aprendido a sobrellevarnos en nuestras configuraciones naturales de hombre y mujer? Y si no lo hacemos ¿Qué nos hace falta? ¿Qué tenemos que hacer hombre y mujer para acoplarnos y aceptar las diferencias generadas por nuestra manera de pensar? ¿Qué tenemos que hacer para sentirnos felices estando juntos, aunque pensemos diferente?

Bien, creo tenemos bastante para reflexionar en bucles infinitos… estaré escribiendo en la próxima edición sobre las diferencias en la manera de sentir, de emocionarnos que hacen la diferencia en el vivir juntos ellos y nosotras o nosotras y ellos!…

domingo, 6 de junio de 2010

¿Hacemos el amor o estamos haciendo otra cosa?

Cada vez que he conversado con alguien acerca de hacer el amor, generalmente en el dominio en el cual cae la conversación inmediatamente es en el sexo, pareciera que esta frase esta acotada exclusivamente al dominio de lo sexual, pero yo pienso que no es así en su totalidad… Hoy escribiré para ustedes lo que ha significado para mí una búsqueda desde hace ya bastante tiempo. ¿Qué es al amor? Una abstracción difícil de comprender y que a veces no alcanzamos a experimentar… ¿Es el amor un sentimiento? ¿Un valor? ¿Es un estado? ¿Es la pasión que nos mueve? ¿Es el encuentro a dos? ¿Qué es hacer el amor? ¿vivir el amor? ¿Experimentar el amor?

Trataré de describir como lo he ido entendiendo sin pretender constituirme en una autoridad en ello, compartiré con ustedes mis reflexiones al respecto, es posible que puedan también ayudarme esta vez a explicar el fenómeno de amar y que al conjugarlo con la experiencia pueda revelarnos si realmente hacemos el amor, si amamos en realidad o si andamos haciendo otra cosa que no lo es…

Los seres humanos actuales pensamos que el amor es un sentimiento de atracción por el que abrazamos tan sólo lo que nos satisface, y dejamos de amar cuando sentimos molestia o incomodidad, de hecho cuando describimos nuestras relaciones amorosas, sean estas con nuestra pareja, nuestros padres, nuestros hijos o nuestros amigos lo hacemos destacando todas las cualidades positivas sin hacer mención de lo que no es tan positivo y que también forma parte de ese ser humano con el que compartimos. Me pregunto ¿Será que el amor es excluyente? ¿Será que amar es solo a la mitad de quienes somos? ¿Estamos amando plenamente cuando lo hacemos de esta manera?

Por otra parte vivimos diciendo que amamos o sentimos amor cuando nuestra pasión por alguien se desborda, cuando el pensamiento se nos nubla y nos entregamos a sentir el volcán de emociones que nos produce el deseo y la pasión desenfrenada, pretendiendo encontrar en ello la tan ansiada felicidad. Al respecto pienso que la diferencia entre el amor y la pasión es bien sencilla, como reza cierto anónimo con el que estoy de acuerdo… “la pasión busca siempre la felicidad en el otro mientras que el amor busca la felicidad del otro”. Para ello es necesario que como seres humanos seamos independientes, que sepamos que nuestros sentimientos no son de apego y dependencia y que nadie necesita de nosotros para ser feliz y viceversa, porque la felicidad yace dentro de cada quien. Así que nuestra mayor contribución para que el otro sea feliz es respetar su manera natural de ser legítima y su autonomía y ayudarle a ser libre de sus propias ataduras, a alcanzar su independencia. Como dice Ramayat en inteligencia del alma:
“Cuando tratamos soterradamente de que nuestros seres queridos nos “necesiten”, lo que estamos es anulando su autonomía y su independencia. La “necesidad” de algo o alguien es un estado mental que priva de opciones y señala esclavitud y dependencia. Si en vez de manipular, para que nuestro ser amado nos “necesite”, logramos que nos “prefiera”, o simplemente que nos “elija”, estaremos dando un gran paso, el paso que va de la atadura a una voluntad libre que opta”

Amar es entonces dejar libre y permitir que el otro sea, aún cuando esta persona este a nuestro lado, ayudarla a ser una persona libre. Libre de apegos y dependencias, libre de manipulaciones adversas a nuestra evolución y trascendencia como seres humanos espirituales.

Hacer el amor como lo he llamado o amar es un estado de conciencia en el que sentirse abrumado no cabe, en el que experimentar ansiedad y temor lo contradice, amar es ese estado en el que la armonía prevalece, en el que la paz y la tranquilidad aparecen para experimentarse sin sufrimiento alguno. Es el balance entre pensamiento y sentimiento, razón y afecto, cabeza y corazón…como dice M. Scott Peck : “El verdadero amor no es un sentimiento que nos abruma. Es un estado que se adentra en lo profundo de uno mismo y evoluciona hacia la conciencia integral.” Esa conciencia que equilibra, une o integra a nuestra pasión con nuestra razón para evitar que nos perdamos en el fuero de los sentimientos que cobrará un alto precio, más temprano que tarde, en forma de carencias y frustraciones típicas de aquellas relaciones en las que predomina la pasión y la fascinación completa, así mismo evitando que caigamos en el extremo contrario de dejarnos guiar exclusivamente por el mundo prosaico de la razón, que nos puede ahogar en un territorio de cálculos e intereses que nos adentra en un desierto ajeno a la sensibilidad y frescura de nuestra alma.

En un nivel más elevado, como dice M. Scott Peck : el amor supone una ola que emerge de la Infinitud interna y lleva consigo la Experiencia de Totalidad. En la comunión espiritual de dos seres, el vínculo está más allá de la pasión y la razón. El Amor con mayúsculas es un estado de conciencia que integra Eros y Thanatos, lo ascendente y lo descendente, el Cielo y la Tierra. Un encuentro que está más allá de cualquier forma de apego y que brota desde planos transpersonales en los que silencio es la pregunta y silencio es la respuesta. Con esta cita me pregunto entonces, ¿Será la expresión de amor más grande sentirse uno cuando estamos en pareja? ¿Será que es ese encuentro a dos en el sexo el momento en el que es posible hacer el amor más que el sexo? ¿Es posible eso? ¿Qué será necesario para lograrlo? Les propongo reflexionemos, preguntémonos e intentemos buscar las respuestas siempre para crecer, evolucionar, trascender.

jueves, 27 de mayo de 2010

De las jugadas que nos hace el ego…




¿El ego? ¿Nos hace jugadas? ¿Cómo es eso? Nos preguntaremos… ¿De qué hablamos cuando decimos Ego? Y ¿Cómo es que nos hace jugadas? Bien este es el tema del cual hoy les estaré escribiendo.Un tema que nos da bastante para conversar pero también para reflexionar, que es lo más importante…

Cuando hablamos de Ego lo que nos llega inmediatamente a nuestra mente es el yo, asumimos que el ego es parte de nuestra personalidad y ciertamente lo es, sin embargo lo que no sabemos o llegamos a saber más a conciencia, más entrados en la madurez, es que el nos contiene y no nos deja ver la esencia de nuestro ser, ese ser espiritual que somos y que raras veces dejamos que aparezca ante nosotros.

Vivimos toda nuestra existencia en medio de dos personajes en disputa, uno de ellos se afana en búsqueda del éxito material, el control, la manipulación, el dominio, el otro aspira a elevarse espiritualmente. Y no es que sea malo tener éxito y buscar la calidad y querer ser mejor en las cosas que hacemos, no se trata de eso, se trata de ser, hacer y tener manteniéndonos en el espíritu, lograr el equilibrio en el vivir.

Me ocuparé del ego en este artículo sin pretender agotar todo lo que de el se pudiera decir. El ego se crea en el vivir, en el vivir inconsciente y automático, lo creamos sin darnos cuenta, esta presente en las maneras de actuar de las personas y nosotros vamos gestando en nosotros egos que van definiéndonos de manera autómata en principio, luego puede ser a exprofeso.

Estamos en el ego cuando reaccionamos ante las situaciones, cuando emocionalmente le damos luz verde al impulso instintivo de llevar el timón, cuando somos incapaces de analizar y damos respuesta automática a nuestros impulsos y deseos. Cuando sin pensar permitimos que improperios y agravios salgan de nosotros sin pensar, dañándonos y dañando a otros. En esos momentos estamos cautivos del ego, estamos cayendo en su juego. De esto podemos sanar cuando nos sentamos a elegir como reaccionar, eso nos limpia un poco, sin embargo el ego sigue permaneciendo. Aún con nuestra capacidad para analizar el ego sigue estando. Es necesario estar al acecho de nuestra mente para ayudarnos a salir del ego autómata y vigilar, observar, cuando se infiltra en nuestra mente analítica también.

Los egos pierden su fuerza mueren ante nosotros cuando ya no nos contienen más cuando somos capaces de asumir una actitud distinta frente a ellos, sin embargo existe otro enemigo que no permite al espíritu elevarse y que también origina ego en nosotros, se trata del protagonismo.

El protagonismo aparece cuando la persona tiene complejos de culpa, es susceptible, posee baja autoestima o se cree superior, cuestiona todo, cree tener la razón en todo, trata de imponer sus ideas, se ofende, no permite una opinión distinta de la suya, se vuelve hipócrita, llega a ser depresiva, puede estar eufórica, o introvertida. Podemos observar al ego en minusvalía pero también en supervalía y en ambos casos igual opera, generándonos tarde o temprano, malestar e incomodidades en la existencia.

El ego también genera dramas de control, buscando (para dominar) crear complejos de culpa en los demás mediante roles de víctima. Y hay muchos más estados de protagonismo o roles que puede desempeñar una misma persona, generando drama y mas drama y con ello sufrimiento. El ego nos hace crear juegos de poder en nuestras interacciones con el objeto de manipular, juegos donde nadie gana y todos pierden, en estos juegos tenemos siempre a un víctima, un salvador y un perseguidor, todos ellos en los egos respectivos.

Dos personas han estado viviendo en nosotros durante toda nuestra existencia. Una es el ego: charlatana, exigente, histérica, calculadora; la otra es el ser espiritual oculto, cuya queda y sabia voz hemos oído y atendido sólo en raras ocasiones".

Pareciera que nuestra existencia esta signada por una lucha contra el ego, pero lo que yo creo más bien es que mientras más nos observamos en todos los sentidos y más nos “damos cuenta de”, más dueños somos de nosotros mismos y por ende más libres, más felices y más amorosos podemos ser y esto lo logramos cuando dejamos de estar contenidos en un ego que nos controla por estar dormidos ante el. Por lo tanto es una lucha necesaria además de que su propósito es realmente hermoso: nuestra trascendencia y evolución como seres humanos espirituales.

Los invito pues a mirarse, a urgar a reflexionar sobre ustedes mismos, la tarea es nuestra nadie puede hacerlo por nosotros, solo nosotros en esa conquista por nuestro ser, por nuestra esencia.

jueves, 20 de mayo de 2010

¿Nos contienen los temas o nosotros a ellos?…

Esta es una frase que escuche una vez de una amiga, formadora, maestra, guía a quien yo admiro muchísimo por la calidad de persona que ella es… y por una cantidad de lecciones de vida que me da cada vez, cuando nos encontramos… ella es una de esas personas que tiene el don de ponerlo a uno a reflexionar y a confrontarse, y que de alguna manera logra que uno pueda mirar aquello que uno necesita cambiar, transformar, trascender…

Ella decía en una de sus conferencias una vez ¿Nos contienen los temas de la vida a nosotros o nosotros contenemos a los temas de la vida?.... yo que en ese momento me encontraba en uno de esos trances en los que, en el vivir nos corresponde vivir me hizo mucho sentido y esto quiero compartirlo hoy con ustedes porque creo es uno de esos temas importantes para los seres humanos en proceso de evolución.

Nacemos, crecemos, nos desarrollamos y como seres humanos vamos adquiriendo en el camino las nociones, los conceptos, las maneras, las tradiciones, los hábitos, que constituirán los paradigmas que permearán nuestro accionar, esos que serán nuestros patrones de comportamiento y que nos volverán seres conservadores o liberales, abiertos o cerrados, rigurosos o flexibles, y que quizás en algunos dominios particulares del actuar seamos más o seamos menos dependiendo de nuestra formación, crianza y experiencia.

Vamos avanzando en la vida incorporando los valores que para la familia han sido importantes o al menos los que la familia ha puesto más en práctica; luego las pautas y convencionalismos sociales, las tradiciones culturales, y un sinfín de normas, reglas, y pautas que van apareciendo en los distintos contextos donde nos desenvolvemos, todo esto va permeando nuestros pensamientos y terminan siendo los juicios o criterios que tenemos de las cosas.En este sentido los Juicios nos contienen a nosotros, los hemos tomado, nos los han inculcado de alguna manera, no los hemos elegido. Ellos son parte nuestra y operamos en ellos de manera inconsciente y automática en el vivir.

Cuando estamos maduros, nos vamos dando cuenta, que las cosas pueden ser de varias maneras y que cada punto de vista es la vista de un solo punto, como dice una frase Leonardo Boff, a esa altura de la vida en algunos casos, ya hemos caído en cuenta que podemos elegir tener conceptos diferentes, distintos, sobre todo cuando asumimos que podemos tener puntos de vista que nos hagan más felices y que nos generen bienestar. En este sentido elegimos operar bajo nuestros propios puntos de vista, bajo los juicios en los que se nos hace la vida más cómoda y placentera, con los juicios que nos generan bienestar. Mi pregunta llegada a este punto es ¿Ustedes contienen a sus juicios o son los juicios los que los contienen a ustedes? ¿Son sus juicios sobre las cosas propios o son adoptados? ¿Se rigen por las pautas familiares, grupales, sociales, o por las suyas? Muchos son los cuentos que hay respecto a paradigmas y maneras de hacer que adoptamos sin darnos cuenta y que repetimos sin el mayor grado de intervención de nuestra conciencia. Esos forman parte de los juicios que nos contienen a nosotros y no nosotros a ellos. La pregunta es ¿Nos generan bienestar o malestar? ¿Vivimos bien con ellos o no?

En este mismo orden de ideas, cuando estamos maduros podemos darnos cuenta también, en algunos casos, si somos capaces de generar estados emocionales capacitantes o si somos víctima de estados emocionales limitantes y viceversa. Este aspecto, aunque, un poco más complejo también es importante para nuestra evolución y desarrollo personal. En este sentido es primordial señalar que las emociones nos ocurren, todas las emociones son reactivas, estamos arrojados al emocionar es verdad, sin embargo es importante saber que aunque no podemos impedir ni elegir que nos ocurran, si podemos elegir como vivirlas una vez que ellas aparecen, es aquí donde nosotros tenemos la oportunidad de desarrollar nuestra inteligencia emocional sin inhibirlas, fluirlas en el vivir, transformándolas unas en otras, las limitantes en capacitantes, dejándolas aparecer sacando provecho de lo que nos proveen. Hasta aquí mis preguntas son entonces: ¿Nos contienen las emociones? ¿Somos víctimas de ellas? ¿Somos reactivos? ¿Nos dejamos llevar por lo que ellas nos dictan en lo que aparecen? O mas bien ¿Contenemos nosotros a las emociones? ¿Las dejamos estar aprovechando lo que nos dicen para luego al integrarlas con el pensar, actuar más inteligentemente? ¿Cómo hemos estado siendo? ¿Somos producto de un emocionar visceral o volitivo? ¿Qué cosas han sido posibles para nosotros desde una u otra manera de emocionarnos?

Nosotros pasamos por distintas situaciones en el vivir, esas situaciones constituyen los temas de la vida, en esos temas están implícitos siempre nuestro pensar con toda su carga paradigmática, todos sus juicios y también el sentir, nuestras emociones esas que aparecen en cada situación en cada tema del vivir, es imposible no emocionarnos… ahora bien, ¿ esas situaciones nos contienen, nos dejamos llevar por ellas, dejamos que el emocionar nos arrastre siendo víctimas o integramos al pensamiento y generamos bienestar en cada situación?. Este tema no concluye aún, necesario es saber ahora, cómo se integra al pensamiento en el emocionar para generar bienestar.

lunes, 3 de mayo de 2010

Una mirada sobre la vida y el cómo nos constituimos en el vivir!

Como testigo y protagonista del vivir propio y de los seres humanos con los que he tenido el placer de andar caminos, quisiera hoy compartirles una mirada reflexiva pero no excluyente de otras miradas, sobre el cómo es que nos vivimos la vida y nos constituimos en ella. Andamos por esos caminos pensando a veces que la vida es una tómbola, un premio, suerte, tantas cosas, y de esa manera es probable que no nos demos cuenta de que la forma en la que nos constituimos como seres humanos así es pues la forma en la que nos vivimos la vida, en este sentido la vida no es la que nos hace a nosotros, somos nosotros los que la hacemos a ella…

La vida nos la podemos vivir desde nuestra propia constitución como seres humanos, somos generadores de la vida que llevamos, ella es una consecuencia de la forma como nosotros somos. La forma en la que nos constituimos en consecuencia revela la vida que llevamos. Somos absolutamente responsables de lo que aparece en nuestro vivir.

Ahora la gran pregunta que podemos hacernos a este respecto es: ¿cómo es que he sido hasta ahora que mi vivir esta siendo cómo es ahora? Esta interrogante pudiera resultar muy amplia o general y dificil para darle una respuesta única, pero si la acotamos a dominios particulares como el de las relaciones, sean estas de cualquier tipo, de amistad, de trabajo, de pareja; al dominio de trabajo, sea este independiente o no; al de los estudios de cualquier tipo; al dominio del negocio, sea este en cualquier área; al de la salud, en los proyectos; puede resultar muy poderoso lo que podemos encontrar. Asi por ejemplo podemos preguntarnos ¿Cómo es que he estado siendo en mi relación que tengo el vivir que tengo en ella o el resultado que tengo de ellas? ¿Cómo he estado siendo en mis relaciones que atraigo para mí la gente que atraigo? ¿Cómo es que he estado siendo que tengo el trabajo que tengo? ¿Cómo es que he estado siendo que mi negocio va como va? ¿Cómo es qué he estado siendo que tengo la salud que tengo? ¿Cómo es que he estado siendo que tengo los resultados del vivir que tengo?

La forma como nos constituimos como seres humanos nos da las respuestas, así, a mi me gustaría compartirles una perspectiva diferente de cómo se explica esto, en este sentido el Dr. Humberto Maturana refiere dos dominios explicativos en los cuales el ser humano puede constituirse. Ambos dominios surgen del darnos cuenta, al reflexionar acerca de nosotros mismos como observadores de nosotros mismos y de nuestra vivencia. Desde esta perspectiva, la cual comparto ampliamente, se pueden distinguir dos tipos de personas.

Existen personas que piensan que las cosas son, que la realidad es una sola, que la validez de lo que decimos esta sujeta a la realidad y que es esta la responsable de nuestros aciertos y equivocaciones, además se piensa que existe una verdad ; pues bien, en este sentido debo referirles que las cosas no son absolutas, inmutables y permanentes, estas no pueden serlo, somos seres en continuo devenir, estamos cambiando y transformándonos todo el tiempo, así mismo nuestro contexto, en este sentido las cosas “están siendo” no “son”; por otro lado la realidad no puede ser una sola en tanto que esta es percibida y construida por cada uno de nosotros de acuerdo a nuestros filtros para procesarla, en este sentido existen realidades, es decir un multiverso de cosas, hechos, fenómenos, conceptos, nociones, procesos, metodologías observadas por nosotros, en tanto la realidad para cada uno es diferente. Entonces si la realidad es diferente para cada uno vale preguntarse ¿cual será el canon para decir que algo es o no errado? ¿Cuál es el canon para decir que mejor es una cosa que otra? Y en cuanto a la verdad ¿Quién la podrá tener si lo que tenemos es distintas maneras de observar? Y en este sentido ¿Cuál es el canon para decir cuando una cosa es verdadera o falsa?

A veces nos vivimos la vida argumentando razones para mantener puntos de vista que nos vuelven inflexibles, puntos de vista que revelan de nosotros el querer tener siempre la razón, que revelan nuestra falta de aceptación de otros puntos de vista, nuestra competencia o incompetencia frente a los talentos de los demás, nuestra falta de humildad, nuestra envidia y egoismo, puntos de vista que nos vuelven seres irrespetuosos de la otredad.

Así como manejamos a la realidad vivimos diciendo que las cosas son objetivas, o que estas deben serlo; y desde la perspectiva que les presento, la objetividad que parte de que existe una realidad índependiente a nosotros y de nuestra percepción no es posible según les argumente previamente. En este dominio no hay verdad absoluta ni verdad relativa sino muchas verdades diferentes en muchos dominios distintos. Decir que somos objetivos en algún dominio del vivir nos coloca en la posición de negar la percepción de otros, el punto de vista de otros y en este sentido no estamos aceptándolo, estamos siendo profundamente irrespetuosos al negar lo que es auténtico y legítimo del otro.

Sé de las inquietudes que este tema genera y sé también que puede ser tratado más ampliamente, de hecho están quedándo aún cosas por decir, sin embargo para lo que está escrito pienso acomete el propósito. Piensen un poco y pregúntense ahora ¿Cuándo no han estado de acuerdo con algo o con alguien por qué ha sido? ¿Qué es lo que hace que argumenten de una manera o de otra en sus relaciones, sean estas de cualquier tipo? ¿Cómo han estado siendo? Y sobre todo piensen ¿Qué resultados les ha traido eso como consecuencia en su vivir?

jueves, 29 de abril de 2010

El Poder habita dentro de nosotros…despertemos a ese gigante!

En lo más profundo del hombre habitan esos poderes adormecidos; poderes que lo asombrarían, que él jamas soñó poseer; fuerzas que revolucionarían su vida si despertarán y entraran en acción.


Hoy quiero compartir con ustedes un tema para mi realmente polémico y al mismo tiempo también extraordinario, y que no se agota con este texto, pues de ello es mucho lo que aún se puede decir. Partiré de la siguiente pregunta para introducirnos en el tema: ¿Cuántas veces no han deseado tener una varita mágica para resolver asuntos de justicia? ¿Cuántas veces no han sido victima de abusos e infracciones cometidas por otros? Verdad que muchas veces, ¿si? Y en esos momentos cuanta impotencia sienten al no poder resolver ante aquellos que creen que haciendo uso de su fuerza, su inconciencia, su ignorancia a veces, ejercen poder frente a nosotros…pues bien hoy les hablaré del poder, el poder del pensamiento, el poder creativo, el poder de la palabra, el poder del cambio de estado, el poder personal, el poder en muchos sentidos…


En principio es necesario tener presente lo desvirtuada que esta la noción de poder…, cuando hablamos del poder, generalmente lo asociamos a algo negativo, estamos embuidos en una sociedad donde hablar de poder es atribuirle rasgos diversos que lo alejan de nosotros y nuestra capacidad de desarrollarlo, pues el poder esta asociado a una fuerte carga ética negativa. Tenemos el juicio de que el poder es maligno y que es fuente de corrupción pensamos que la gente se envilece con el poder, pero eso no es cierto. Es necesario desentrañarlo de esa carga para constituirnos en el positivamente.


El poder, pienso yo, es necesario, es vital, para nuestro desarrollo, a través de el desencadenamos acciones que pueden juzgarse a posteriori como buenas o no, y eso es otra cosa; así que no es el poder el que hace a las personas buenas o malas sino las acciones que en el uso de nuestro poder somos capaces de acometer…Por otra parte es importante señalar que el poder esta asociado a la capacidad de generar acción que podemos tener de manera potencial, haciendo la diferenciación de que tener poder es diferente de ejercerlo, en tanto podemos decir que alguien podría hacer algo, lo haga o no, de igual forma podemos sostener que tiene poder para ello.


A veces no sabemos cuan poderosos somos, cuanto poder podemos desarrollar y usar; tenemos poder para muchas cosas, podemos por ejemplo imaginar, recrear en la mente con imágenes y palabras aquello que deseamos ser, hacer o tener… nuestra mente flexible puede ensoñar, lograr aquello para lo que aún no estamos preparados inclusive… ¿Cuántas veces nos hemos visualizado manejando situaciones que no hemos manejado antes y cuándo asistimos a ellas las superamos, las hacemos como lo vimos en nuestra mente? ¿Cuántas veces hemos superado situaciones adversas solo imaginando, reencuadrándolas a nuestro favor con solo pensarlo? De verdad son muchas ¿Cierto? Bien, esto es el poder del pensamiento que puede ser positivo o no dependiendo de lo que enfoquemos…


Asi mismo, tenemos el poder de la palabra, con ella creamos todo, nada existe que no este en el lenguaje, todo lo que el hombre ha creado hasta ahora lo ha hecho en el lenguaje, y no me refiero solo al lenguaje verbal, esta inmerso en ello también el no verbal. En el lenguaje nos constituimos y creamos nuestro mundo. Somos lo que decimos, con la palabra nos creamos a nosotros mismos y con ella creamos realidades. Cuando decimos como estamos siendo y actuamos en consecuencia de lo dicho, estamos deviniendo en un tipo de ser en particular, nos estamos creando, de igual manera sucede con la realidad, las situaciones devienen de una u otra manera dependiendo de lo que sea dicho o lo que no.


También habita dentro de nosotros el poder del cambio de estado, podemos nosotros cambiar nuestros estados emocionales solo eligiendo cuales son los pensamientos que nos generan bienestar. Tenemos el inmenso poder de generar los químicos que requerimos para vivir mejor, estar sanos, generar calidad de vida y ello es solo posible gobernando nuestro mundo emocional de manera genuina asumiendo que somos seres humanos emocionales y que requerimos experimentar nuestras emociones de manera equilibrada sin exacerbarlas ni negarlas, aprovechando lo que cada una de ellas nos provee.


Todos estos poderes yacen en nosotros, están potencialmente disponibles para nosotros, la cuestión es cómo es qué hacemos uso de ello, cómo nos lo vivimos y lo que logramos con ello. Imaginemos, recreemos, declaremos en el lenguaje, generemos los estados emocionales que deseamos, que necesitamos, y ejecutemos las acciones correspondientes a ello… De esta manera disfrutaremos nuestro poder de manera manifiesta!!!


sábado, 10 de abril de 2010

Crear una historia en una relación requiere algo más que hacer cosas juntos!!!

En esta oportunidad quisiera compartirles una noción diferente del cómo es que se construye una relación, una relación basada en la construcción de un mundo compartido, un mundo basado en las conversaciones que somos capaces de dar y que nos hacen responsables por el tipo de relación que estamos generando.

Para mantener una relación estrecha no siempre es suficiente coordinar acciones en el vivir o hacer cosas en conjunto, esto es importante si, pero no basta. Las relaciones estrechas y en especial las relaciones íntimas estrechas, se basan en un trasfondo básico compartido que les confiere sentido, estas relaciones son capaces de generar en si mismas su propia significación…

El trasfondo básico compartido que confiere sentido y que le da significación a la relación consiste en construir historias compartidas que le darán trascendencia al estar juntos. Las conversaciones y sobre todo la calidad de las conversaciones que se sostengan determinará de manera decisiva el cómo se constituye la relación…. Como dice mi amigo Rafael Echeverría “Al estar en conversación, ambos integrantes de la pareja entran en un proceso de transformación mutua. Sus historias se entremezclan. Luego según la calidad de esta fusión de historias, se desarrollará un trasfondo compartido, un espacio de consenso, se producirá un mundo compartido, y aparecerá una sensibilidad compartida por quienes integran la relación”

Así es, al llegar a este punto pienso yo, los conflictos generados por las diferencias son trascendidos, se establece el consenso aunado a la aceptación del otro en su legítimo ser y su autónomo actuar, la aceptación de la diferencia, el respeto aparece en la pareja y comienza un proceso de influencia de uno sobre el otro que conlleva a la transformación mutua y congruente y también a la evolución. Cada uno haciendo de alguna manera que el otro saque de si todo lo que tiene para dar.

Con el tiempo, dice Echeverría, quienes participan en la relación observarán lo bien que se complementan, lo bien que pueden, incluso, anticipar las acciones y reacciones de cada uno. Normalmente, denominamos a esto una buena relación. Yo lo denomino acoplamiento, acoplamiento de estructuras de pensamiento, formas de expresar, sentir, y actuar… la danza entre dos sincronizada de mutuo acuerdo que se genera de manera automática e inconsciente, solo llegados a este punto de entendimiento es que podemos decir que nos hemos compenetrado con alguien, pues la comprensión por el otro aparece de manera súbita. Cabe preguntar ¿Pero, cuándo estamos listos para eso? ¿Qué necesitamos para que eso ocurra? ¿Ocurre sin que nos demos cuenta, o podemos pulsarlo?

También alguna vez hemos sido testigo, o quizás protagonistas de relaciones donde sucede lo contrario. Relaciones donde los compañeros involucrados parecen distanciarse cada vez más a medida que transcurre el tiempo. Generalmente solemos argumentar razones como las que mencionaré, por las cuales esto sucede, que si es que no somos compatibles, que si los caracteres no ligan, que si es que somos demasiado parecidos y hace falta algo diferente, que si es que el o ella no tiene lo que yo quiero, que si es que nos aburrimos, que si es que nos sentimos solos, que si es que ya no es igual, que si es que ya no nos miramos, que su manera de ser no es… tantas cosas, que no nos damos cuenta que todos esos argumentos no originan lo que resulta la relación, estamos usando el resultado como una causa. Realmente quien produce esos resultados es la relación misma, y por lo tanto las conversaciones, la calidad y el tipo de conversaciones que la han configurado!!!

Cuando estamos sumidos en una relación en la que estamos argumentando algunas de las razones expuestas o cualquier otra razón, preguntémonos: ¿Cuáles conversaciones se han dado? ¿Cuáles no? ¿Cuáles conversaciones están haciendo falta? ¿Qué hace que no demos las conversaciones necesarias para sentirnos mejor? ¿Qué es lo que nos hace falta para conversar de aquello que nos inquieta o nos ocupa? ¿Estamos en condiciones de conversar en la forma que se requiere para atender lo que nos inquieta? ¿De qué podemos hacernos cargo para conversar mejor? ¿Somos capaces de dar conversaciones de calidad? ¿Qué ocurre con nosotros cuando no logramos conversar lo que es importante para nosotros en la relación? ¿Nos estamos haciendo cargo en realidad de lo que nuestras conversaciones han generado?

En este sentido es necesario tener en cuenta que definitivamente lo que nuestra relación es o será depende exclusivamente del tipo de conversaciones que nos dispongamos a tener y querramos profundamente dar, considerando no solamente el darlas sino también prepararnos para darlas en el nivel de madurez y conciencia en el cual la relación se vive.

Es importante en la creación de un mundo compartido que cada parte vea a la otra como coparticipe en la invención de un futuro mejor. Necesitamos distinguir que las conversaciones pueden crear esto, pero también pueden destruir la posibilidad de lograrlo. Cuando somos capaces de producir una cultura sana al seno de nuestras relaciones por la calidad que le imprimimos a las conversaciones que sostengamos, podemos juzgarlas como cálidas, entonces podemos decir que tenemos un hogar en lugar de una casa, un lugar convertido en el mejor de nuestros refugios, un nido que jamás querramos abandonar por lo que conseguimos y tenemos en el. Podremos entonces crear y recrear historias juntos en un bucle sin fin!!!

martes, 6 de abril de 2010

De qué estamos hablando cuando hablamos de sinceridad…

Al escribirles hoy de sinceridad quisiera dejarles varios contextos en el cual sé que se abrirán polémicamente para ustedes muchas interrogantes… y esa es la idea generar un proceso reflexivo acerca de la sinceridad…

Cuando hablamos de sinceridad hacemos alusión a expresar verdad, a la falta de fingimiento en el modo de expresarse o expresar algo, podríamos decir que alguien es sincero si al hablar es capaz de hacer coincidir sus declaraciones públicas con sus declaraciones privadas, lo mismo es hacia dentro que hacia fuera, no existen manejos dobles, ni tampoco discursos dobles. Así mismo la insinceridad es la falta de sinceridad o fingimiento, en este sentido se pueden tener poses, no ser auténticos…

Ahora bien, la cosa se nos complica un poco cuando manejamos la siguiente presuposición, esa que dice: “El mapa no es el territorio”, desde esta perspectiva, cada individuo tiene una visión personal de cualquier situación y del significado o valor de las cosas, y eso hace lógicamente que lo que para una persona sea una verdad para otra sea falsedad. Me pregunto entonces ¿Dónde o quién fijará entonces el canon de sinceridad o insinceridad?

Por otro lado esta también el hecho de que mucha gente cree que si uno se guarda información, no se esta siendo sincero. A veces pienso qué es mejor callar para evitar situaciones incómodas que expresarlas y generarse con ello inconvenientes. A este respecto, es importante señalar que son necesarios otros conceptos valorativos como el coraje, la sensatez, la integridad y la asertividad; dependiendo del contexto situacional en el que nos encontremos estos nos permitirán saber cuándo expresar o no algo sin afectarnos ni afectar a los demás. En este sentido, es oportuno decir que la sinceridad y la insinceridad deben ser manejadas en el ámbito de lo humano de manera inteligente, es mucho más importante en ello, considerar la utilidad, la conveniencia y la ecología que la veracidad subjetiva de cada uno de nosotros.


Debemos saber que el contexto de confianza se expande cuando somos capaces de manejar la sinceridad y la insinceridad de manera inteligente, lo que expresamos al hablar nos compromete, compromete nuestra sinceridad, nuestra competencia para hacer las cosas y finalmente con ello forjamos nuestra identidad pública y privada. La identidad con la que nuestro poder personal se puede robustecer o definitivamente menguar.

Nuestra sinceridad inteligente se pone a prueba cuando somos capaces de hacer coincidir nuestras expresiones con nuestras acciones, así mismo nuestra insinceridad inteligente se pone a prueba cuando somos capaces de suprimir la sinceridad que puede arriesgar por ejemplo nuestra relación con los demás, es necesario tanto para la sinceridad como para la insinceridad inteligentes discriminar si lo que vamos a expresar es útil, conveniente y ecológico. Seamos entonces sinceros e insinceros inteligentes!!!

martes, 30 de marzo de 2010

Entre ángeles y demonios

El escrito que hoy les ofrezco es producto de la reflexión de una vivencia personal verdaderamente extraordinaria. Andamos por el camino de la vida siempre tropezándonos con gente que llega y se va dejándonos grandes lecciones…esa gente que llega a veces para despertarnos de un letargo, para sacarnos de la rutina, para ayudarnos a transformar cosas, para darle un sentido diferente a nuestra vida, para convertirnos en esa agua fresca que baña desiertos en los que podemos estar pérdidos y de las cuales tomamos incansablemente cuando las encontramos! Esa gente que nos regala con su vivir una manera diferente de estar en la vida… A toda esta gente dedico esta pequeña reflexión que sé también será de reflexión para quienes tropiecen con ella al leerla…

La vida esta llena de situaciones que nos van generando dualidades, lo malo y lo bueno; lo prudente o lo imprudente; lo conveniente o lo no conveniente; ahora o después; me acerco o me alejo; lo digo o no lo digo; estoy o no estoy…es inevitable estar siempre frente a opciones en las cuales tendremos también siempre la libertad para elegir…en estas situaciones, muy al fondo nuestro aparecen unas voces interiores que nos harán actuar de una manera o de otra…

Ese diálogo interno en el que escuchamos esas voces que parecieran siempre estar en conflicto… una dice por ejemplo quiero estar con ella, pero no debo en este momento, no seas tonto dice una, ¿qué te lo impide? y otra dice no, recuerda que debes respetar, este no es el espacio, ni el momento, ni la forma… así mismo este otro ejemplo: me encanta ese hombre y quisiera estar cerca de el, pero no es el indicado; y aparecen las voces diciendo: pero ¿qué te lo impide? No seas tonta la vida es una sola, y otra dice no, recuerda lo que muy bien haz aprendido… Pudiese escribir miles de ejemplos en dominios diferentes del vivir… lo cierto es que generalmente en la vida estamos siempre en dualidades, algunas más complejas que otras, más difíciles que otras…

Si le ponemos contexto a estas situaciones es posible que podamos decir que pareciera que convivimos con un ángel y al mismo tiempo con un demonio dentro nuestro… sin embargo el actuar como ángel o como demonio estará supeditado siempre a la cultura, a lo social, al colectivo, al seno familiar al cual pertenecemos y en el cual hemos crecido, ello determinará nuestra reacción, en algunos casos de manera conservadora o en otros de manera más liberal… La madurez también nos ayudará a cómo manejar el mundo emocional que experimentamos cuando estamos en esas situaciones en las que esas voces aparecen a nuestros oídos…La emoción en la que estemos para vivirnos la dualidad en la que nos encontremos definitivamente gobernará nuestra acción y nos hará devenir en el ser humano particular que somos capaces de ser, con nuestros ángeles y demonios, con nuestra luz y nuestra oscuridad, con todos nuestros lobos internos!

Pero me pregunto ahora y ¿qué es lo mejor? Y me respondo, lo mejor será siempre relativo, no existe nada absolutamente bueno ni nada absolutamente malo; siempre hay algo de maldad en la bondad y algo de bondad en la maldad. Hemos de vivir buscando el equlibrio entre lo que pensamos es malo y lo que pensamos es bueno; los límites estarán puestos allí por nosotros mismos; lo importante es sentirnos bien con nosotros y luego sentirnos bien en relación con la otredad, teniendo cuidado con nosotros pero también con los demás.

Importante es entonces comprender que para vivir la vida en equilibrio, es necesario orientarnos a esa búsqueda constante que requiere el esfuerzo por no juzgar nada sin tener los fundamentos para ello, ese vivir la dualidad buscando el punto medio de equilibrio, sujeto a los parámetros propios, esos que orientan nuestras acciones y nos permiten sentirnos bien!

lunes, 8 de marzo de 2010

Nuestros hijos… no son nuestros hijos!…

Como dice Khalil Gibrán… “son los hijos y las hijas de la vida, deseosa de si misma…Vienen a través nuestro, pero no vienen de nosotros. Y, aunque están con nosotros, no nos pertenecen. Podemos darle nuestro amor, pero no nuestros pensamientos. Porque ellos tienen sus propios pensamientos. Podemos albergar sus cuerpos, pero no sus almas.Porque sus almas habitan en la casa del mañana que nosotros no podremos visitar, ni siquiera en sueños”….

Coincido con Khalil, nuestros hijos no son nuestros, no nos pertenecen, desde que los concebimos es necesario que nos preparemos para su partida y que comprendamos que son una de nuestras fuentes de aprendizaje más ricas… Desde que nacen vienen al igual que nosotros a cumplir una misión de vida, su propia misión. Desde bien temprano esos seres pequeñitos e indefensos requieren de nosotros que les enseñamos a cómo valerse, ser autónomos e interdependientes… Vaya gran compromiso este ¿No es cierto? Esto exige de nosotros que seamos autónomos, interdependientes y valerosos igualmente, pues, como nos dice Corkille D, en su obra El niño feliz, “Nadie puede dar lo que no tiene dentro de si”.

A veces no nos damos cuenta que esos seres demandan de nosotros muchas cosas, tantas que a veces echamos mano de lo que es más accesible, la imitación o la evitación de los patrones con los que fuimos criados nosotros mismos, incurriendo en algunos momentos, inconscientemente, en las mismas fallas o quizás en fallas peores a las cometidas con nosotros. Mucho decimos que escuela para padres no hay y accedemos todos a ser padres en la escuela de la vida, bien por decisión o por accidente como a veces pasa. Todo eso es cierto, sin embargo es indispensable convertirnos en seres con altos niveles de conciencia para ayudar lo más posible a que nuestros pequeños salgan lo más preparados posible del nido cuando les llegue su momento.

Hoy quiero compartir con ustedes desde mi experiencia como madre de dos seres humanos realmente extraordinarios, lo mejor de lo que he aprendido con ellos y básicamente de lo mucho que ellos me han enseñado. Han sido mis mejores maestros, han logrado hacer de mí con sus exigencias y sus necesidades ser parte del ser humano que hoy soy. No puedo negar que he formado parte de ese conjunto de padres que ha actuado desde el espacio inconsciente, sin embargo las circunstancias me han ido despertando y enseñando qué hacer y cómo hacerlo.

Sé que cada día que pasa es más inminente su partida, sé que la prueba del apego será rendida por mí en algún momento. Y que la vida me dió el regalo más preciado al contar con la presencia de ellos y todas las lecciones que tuve que aprender para enseñarlos. Al principio, cuando están pequeños la entrega en lecciones de vida de nuestra parte es más liviana, aunque no menos importante y el trabajo más arduo, luego cuando van creciendo la entrega se hace más compleja y aunque el trabajo se aligera la importancia de nuestra entrega permanece.
Ahora bien, ¿cómo es que podemos lograr que estos seres sean valerosos, autónomos e interdependientes? Desde que nacen es importante saber que son seres humanos dignos de respeto, comprender que independientemente de su edad le debemos respeto a su integridad y a su dignidad, distinguir que ellos son legitimos en su manera de ser y que por lo tanto no se los debe comparar con nadie, cada uno es un ser humano único e irrepetible y por sobre todo saber que somos responsables de forjar eso. Es necesario asegurarnos de que aprendan a reconocerse como seres valiosos y dignos de amor que se amen a si mismos, sin ser pretenciosos ni arrogantes. Y esto no se logra sino con nuestro ejemplo!

También es importante permitirles ser autónomos, esto es hacerles saber que pueden escoger, elegir lo que quieran, tomar decisiones dentro de los limites de su edad, es decir tienen capacidad para actuar, para hacer de acuerdo a su nivel, no más allá, porque cada edad trae consigo lo que le corresponde y nosotros somos desde el principio sus formadores, necesario es reconocer cuáles son los limites que pondremos y cómo los pondremos, permitiendo lo que para su edad consideramos sano, enseñándoles que son responsables de las consecuencias por las decisiones tomadas. Necesitamos saber nosotros que tomar decisiones por ellos los hace ser codependientes a nosotros, que más importante que hagan lo que queremos es que hagan lo que decidan y que enfrenten las situaciones propias de sus decisiones.

Enseñarles a ser interdependientes finalmente es enseñarlos a que necesitan compartir, socializar, que nada podemos alcanzar absolutamente solos, que siempre requerimos de alguien para desplazarnos hacia el logro en la vida. No estamos solos en el mundo y aunque somos independientes, alcanzar interdependencia exige de nosotros un poco más. Esto les permitirá a nuestros pequeños desarrollar muchas cualidades y valores y sólo cuando ya los hayan consolidado podemos decir que, nuestra misión como padres está cumplida. Para ese momento sabremos que están listos para abandonar el nido, que pueden marcharse porque ya la entrega de nuestra parte fue completada!!! Seran hombre o mujer sanos, equilibrados y felices!!!

domingo, 28 de febrero de 2010

Nuestros espejos… esos que muestran nuestro rostro!



A fin de cuentas,
uno se experiencia sólo a si mismo.

Nietzsche

Cuando comence a andar por estos caminos de comprension por lo humano tuve que mirar algunas experiencias que me sirvieran para entender y consolidar lo que ahora voy a compartir con ustedes… este tema fue para mi complejo, pero también muy revelador; fue necesario dejarlo por un tiempo, estudiar otras cosas inherentes a el para poder asimilarlo, pues para el momento no estaba lista para eso…pero finalmente me sirvió de mucho para entenderme, para ayudarme, para explicarme a mi misma… espero que esta pequeña contribución les sirva a todos los que andan en esta ruta, buscándose a si mismos.

Al desplazarnos en el vivir algunas preguntas importantes acerca de nosotros surgen bien temprano, ¿Quién quiero ser? ¿Quién soy? ¿Quién estoy siendo? ¿Qué quiero hacer? ¿Qué estoy haciendo? Aparecen algunas respuestas que yo llamo obvias, sujetas a lo que se ve muy superficialmente…pero la realidad es que respuestas más completas subyacen en lo profundo de nosotros mismos, estas respuestas van apareciendo en la medida en que nos repetimos las mismas preguntas, que suele pasar durante toda nuestra vida, pues cada día que pasa la experiencia nos coloca frente a circunstancias que hace que volvamos una y otra vez sobre ellas, sobre todo para saber cuál es la misión de vida que vinimos a cumplir.

Generalmente las preguntas aparecen al juzgar los resultados por el vivir, esto inevitablemente nos conduce a sobre quienes estamos siendo, qué estamos haciéndo y por qué estamos teniendo los resultados que estamos viviendo y sobre todo si estamos conforme con ello… es en este momento cuando son útiles nuestros espejos, esos que nos muestran nuestro rostro en su dualidad, lo bello y lo feo… Si, es esta una metáfora que desentrañaré ahora…

Una parte de nuestros espejos nos muestra aquello sobre los que volcamos toda nuestra falta de responsabilidad por nosotros, esos a los que acusamos de todo nuestro malestar y de nuestras incomodidades, esos a los que atribuimos algunas características que no son suyas sino nuestras proyectadas en el, esos en los que miramos todos los defectos sin fundamentación alguna… esos que nos revelan en algunas situaciones que todo lo que estamos acusando, caracterizando, atribuyendo sobre si, son solo nuestras propias características, debilidades, deseos insatisfechos, o defectos…

Bien, es duro esto, sin embargo lo importante es distinguir cuánto nos ocurre en el vivir que proyectamos sobre los demás nuestras propias carencias y defectos, nuestra falta de responsabilidad por lo que solamente nosotros nos podemos dar o podemos hacer o podemos ser…es importante acotar a este respecto como lo expresa Manuel Barroso en su obra Autoestima ecología o catástrofe… “la vida familiar, las actividades a nivel social, nacional y hasta mundial están plagadas de proyecciones basadas en la atribución de sentimientos y experiencias a otros, ante la incapacidad e impotencia de cada quien de revisar lo suyo propio y “ver la viga en el ojo propio, antes de ver la pajita en el ajeno””.

Cuando nos proyectamos perdemos parte del contacto con nosotros mismos, no nos damos cuenta de que eso que estamos poniendo afuera, en el otro nos pertenece, no es del otro, es nuestro. La proyección no permite el cierre y la pertenencia de la experiencia, no nos apropiamos de ella, nos coloca en un espacio reactivo y de dependencia continua, haciendo de nosotros seres con poca o ninguna iniciativa ante la vida. En este sentido la vida nos ocurre de una manera en la que nuestra intervención es poca o ninguna, responsabilizamos a fuerzas externas, el destino, Dios, otros de lo que nos sucede condenandonos a no ser los protagonistas de nuestra propia historia. Perdemos la brújula de nuestro destino, no somos capaces de crear lo que deseamos, sino que más bien dejamos que las cosas nos ocurran y que el fluir de la vida nos vaya arrastrando sin saber que estamos aquí para algo…

Es cierto que estamos arrojados a la experiencia de vivir, salimos al mundo a asimilar patrones ya instaurados por siglos, adquirimos la mayoría de nuestros comportamientos de manera casi automática, al principio con muy poca intervención de nuestra conciencia. Asumimos que somos producto de todo lo que recibimos del medio externo, y es cierto, no podemos negar que construimos una identidad sujeta a aquello con lo que hemos tenido contacto toda la vida.Sin embargo, llega un momento en el que podemos parar, detenernos para asumir las riendas y dirigir nuestros impulsos.

Lo importante es “darnos cuenta”, parar y asumir que podemos dirigir y cambiar el devenir de las cosas, de nuestro destino, de nuestra vida, convertirnos en protagonistas y replantear nuestra presencia en la tierra y encontrar la misión que vinimos a cumplir.Para esto es necesario encontrarle sentido, propósito a lo que hacemos, sentirnos felices, apasionados, que vibramos con aquello a lo que nos dedicamos y sobre todo experimentar que nuestro ser se llena de gozo y de satisfacción!... Utilicemos los espejos, esos que reflejan nuestro rostro para mirar lo que no esta bien en nosotros y cambiarlo, transformarlo, establecer conexión y desarrollar nuestra misión de vida.





jueves, 25 de febrero de 2010

Incrementemos nuestra resiliencia…

Nuestra capacidad para no derrumbarnos frente a la adversidad depende en gran parte de las herramientas internas de que disponemos para enfrentar las circunstancias…


Vamos pasando por la vida y en cada etapa nos encontramos frente a situaciones que impactan nuestra experiencia… seamos chicos o seamos no tan chicos es imposible no quebrantarnos por lo que nos sucede, estamos expuestos siempre, somos seres emocionales, con una inteligencia que nos permite dejarnos afectar más o menos, según sea el caso, por aquello que nos pasa…


Frente a ello reaccionamos de diferentes maneras según nuestras condiciones. Cada uno de nosotros esta dotado de herramientas para enfrentar la adversidad, en algunos casos sabemos a conciencia como usarlas, en otros no sabemos pero las usamos inconscientemente y en otros casos toca aprender a activarlas para salir al paso de la circunstancia…


La resiliencia es un término que viene del latín que significa volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar; En la Enciclopedia Hispánica se define resiliencia como la “resistencia de un cuerpo a la rotura por golpe. La fragilidad de un cuerpo decrece al aumentar la resiliencia”.En español y francés resiliencia se emplea en el campo de la ingeniería civil únicamente para describir la capacidad de un material de recobrar su forma original después de someterse a una presión deformadora.


La resiliencia es la capacidad humana universal para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas o incluso ser transformado por ellas. La resiliencia es parte del proceso evolutivo y debe ser promovido desde la niñez (Grotberg, 1995). Se la ha definido también como la habilidad para adaptarse, recuperarse y acceder a una vida significativa y productiva…


Es importante pensar ahora que si bien es cierto que somos resilientes en mayor o menor grado, ¿cómo es qué podemos nosotros alcanzar mayores niveles de resiliencia para enfrentar y superar situaciones adversas?...


La pregunta por el ¿cómo es qué? nos coloca en el espacio de encontrar formas y maneras efectivas de experimentarnos las vivencias que nos resultan incómodas o adversas y cuando digo formas y maneras es porque pienso que existen tantas cómo personas hay… cada uno de nosotros adopta o adapta una manera que le resulta adecuada y cómoda para resurgir, creando a veces nuevas maneras…


Bien, algunas formas a las que podemos acceder y que potencian nuestra resiliencia son: El contacto intimo con nosotros, hacer introspección, autoobservarnos, reflexionar, hacernos preguntas para respondernos y crecer.La autonomía nos permite colocar limites entre nosotros y la adversidad. Nos potencia para colocar distancia emocional y física en determinadas situaciones. La iniciativa, nos permite tomar el control de la situación, ser los conductores del vehículo, nos permite elegir. El humor, aunque es una cualidad que no todos tenemos, podemos accesar a ella a través de la imaginación, recreando mentalmente imágenes o frases que nos permitan encontrar el lado cómico de las cosas y reducir o quizas suprimir su impacto en nosotros. La creatividad para establecer el nuevo orden de las cosas que nos viviremos, cómo queremos sentirlas y experimentarlas. La moralidad generada por el compromiso con nuestros valores que nos limitan y orientan y nos permiten discernir entre lo bueno y lo malo para nosotros. La capacidad de relacionarnos para establecer lazos intimos y abrirnos a compartir, brindarnos al otro y aceptarlo en nuestra vida.


La recurrencia en el uso de estas herramientas que son nuestras, que las tenemos con nosotros en cada situación de vida que es adversa nos permite desarrollar cualidades para ser más sabios, por ende más asertivos, efectivos, productivos. Nos permite un cambio de las propias actitudes, entrenarnos en técnicas de modificación del pensamiento, aprender a interpretar los acontecimientos de otra manera, recuperando la capacidad de reflexionar sobre sí mismo, trabajándose la valoración de la propia personalidad.


La resiliencia para mi es fortaleza, es esa fuerza interna que desarrollamos y que nos permite mantener nuestra alma en forma, es esa fuerza que nos da coraje en medio de nuestros miedos, es esa fuerza que nos permite dar lo mejor de nosotros a todos, a pesar de las circunstancias, es eso que nos permite percibir nuestros errores como bendiciones que pueden ser superados y que podemos aprender de ello, es esa fuerza que le da gracia a nuestro ser, es tener la fe de que es durante la jornada del vivir que obtenemos la fortaleza, que nada es absolutamente malo o absolutamente bueno…Somos nosotros, nuestra valía, nuestro poder el que nos ayuda a ser cada vez más resilientes…


Alimentémonos, aprovechemos cada circunstancia incómoda o adversa para sacar lo mejor que tenemos dentro y aprendamos, crezcamos, evolucionemos, trascendamos!!!