viernes, 19 de febrero de 2010

Busquemos un amante…

Hace poco me reuní con una amiga, una de esas con las que una se sienta y habla de los aconteceres de la vida, de manera plácida y grata… Ella me refería que para aliviar el dolor, la tristeza, el sufrimiento era bueno buscarse un amante que nos ayudará a salir de esos espacios en los que a veces nos encontramos atrapados… recordé entre tantas cosas que he leído los escritos de Jorge Bucay…

El nos dice que existen personas que tienen un amante y que hay otras que quisieran tenerlo; también están las que no lo tienen y otras que lo tenían y lo perdieron… Lo cierto es que no contar con un amante en la vida, nos hace sentir a veces inmsonio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto… y tristeza, mucha tristeza que en palabras más o palabras menos nos hace ser personas verdaderamente desesperanzadas…

Dice Bucay que la vida de estas personas transcurre de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en que otra cosa ocupar su tiempo, por lo tanto su tiempo se va, transcurre, porque no saben que otra cosa más hacer… Por esta razón, en estos últimos tiempos he venido pensando en este sentido, entre muchas otras cosas, que es bueno aprender a trabajar para vivir y no a vivir para trabajar solamente!… muy sútil esta frase, pero cuanto nos cuesta a veces ponerla en práctica…

Algo sucede en nuestra vida cuando somos colocados en situaciones en las que nos toca vivirnos el tiempo de una manera diferente… es entonces cuando enfrentamos ese espacio de darnos cuenta de que algo tenemos que hacer, pues, el tiempo adquiere un matiz, un significado distinto y hay que aprovecharlo con sentido y con propósito, para evitar caer en depresiones profundas que pueden paralizarnos y hasta quitarnos la vida.

En este sentido Bucay nos dice entonces que busquemos un amante, normal o virtual, pero sí!… un amante con el que ocupemos nuestro tiempo. Un amante según este autor es “Lo que nos apasiona”, lo que ocupa nuestros pensamientos antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir.

Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno, lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido. A veces nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no lo es.

También solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, la buena mesa, en el estudio o en el obsesivo placer de un hobby…

En fin es “alguien” o “algo” que nos pone de “novio o novia con la vida” y nos aparta del triste destino de vegetar…

Con todo esto no hay nada más que pensar al respecto, tengamos siempre un amante, esta es la mejor manera de vivir, de llenar el tiempo, de tener sentido y propósito… dejemos que la pasión nos inunde y que nos mueva!!!


lunes, 15 de febrero de 2010

La alquimia del alma … ¿cómo es que la podemos hacer?

Cuándo hablamos de alquimia, nos trasladamos necesariamente a ese punto de la historia de la ciencia en el que se combinaron elementos de varias disciplinas que explican de alguna manera lo que hoy llamamos transmutación y transformación, por lo tanto es un término que puede ser acotado en muchos ámbitos… El dominio en el cual hoy estoy motivada a escribirles producto de mi vivencia, es sobre la alquimia del alma y cómo nos ocurre… tal vez pueda servirles como referencia en su vivir…

Cuando estamos despiertos de conciencia, miramos la vida con ojos diferentes, nuestras vivencias se encargan de hacernos despertar del letargo de condicionamientos en el que hemos crecido y nos colocan a veces, en esos espacios en el que parece que nacemos de nuevo para el mundo, ese espacio en el que nuestras respuestas dejan de ser las mismas, producto de la reflexión y el aprendizaje que obtenemos al observar- nos y asumirnos de manera consciente y responsable.

Cuando llegamos a observar agudamente nuestros comportamientos son muchas las cosas en las que caemos en cuenta… tanto, que es inevitable y casi seguro que entremos en conflicto con nosotros mismos. A veces nos asusta mirarnos, desnudar el alma frente a nuestros ojos como que si fueran ellos un espejo es algo a lo que tememos, por eso se dice que hacer eso es un acto de valentía, pues no todos somos capaces de hacerlo….tenemos miedo de ver lo que hay del otro lado de nosotros.

Al principio libramos una batalla con negaciones y justificaciones sobre lo que hacemos y quienes somos, no queremos escuchar ni mucho menos aceptar que dentro de nosotros tenemos también a las tinieblas, la oscuridad, la maldad conviviendo con nosotros y haciendo de las suyas… hacemos de todo para convencernos de que somos absolutamente buenos y que son los demás los que atentan con su maldad en nuestra contra!

Pero como tenemos voces internas, a veces alguna de ellas nos hace eco… y esa nos hace dudar de nuestra absoluta bondad, o razón…Es allí cuando comienza el principio de la alquimia a dar sus pasos…Noche y día vamos al espacio experiencial a observarnos y darnos cuenta cómo es que estamos actuando, cómo estamos haciendo y sobre todo cómo es que estamos siendo…

En muchos momentos la confusión aparece liberando angustia en nosotros, angustia por no saber cómo es que tenemos que ser, hacer o actuar, la duda se apodera de quienes somos…es allí cuando nos encontramos irremediablemente en la nada, en el vacio, a solas con nosotros, desnudos en el infierno viendo, sintiendo, percibiendo en su máxima expresión toda nuestra oscuridad, nuestras tinieblas, nuestra falta de luz, nuestra falta de poder… allí estamos totalmente vulnerables y desasistidos!

Una vez en ese espacio, algo es necesario hacer para salir del trance…Si, es necesario aceptar, aceptarnos tal cual, aceptar que lo que estamos viendo es nuestro también… y aceptarlo significa abrazar con compasión eso que vemos y no cuestionarlo, no enjuiciarlo… solo aceptarlo…

Otra cosa importante es saber que lo que vemos en el trance, son nuestros egos traducidos en: emociones llamadas negativas, pensamientos adversos que producen reacciones y sentimientos incómodos, sufirimientos; producto de nuestra experiencia y que nos ocurren para algo… Así mismo es necesario saber que si entramos en ese trance es porque estamos en un proceso de transformación en el que la vida nos pone para renacer, y trasmutar cosas en nosotros, es cumplir con la alquimia en nosotros… es para escoger vivir de otra manera… es una oportunidad!

Otra cosa que debemos considerar es que lo que surge en esa oscuridad no va a desaparecer nunca… siempre estará con nosotros va a acompañarnos durante toda nuestra existencia, solo que ahora tenemos más conciencia de ello y podemos no ser victima de eso, sino más bien ser nosotros los que elegimos conscientemente como nos vamos a vivir eso que surge de nosotros cada vez que aparezca: nuestra oscuridad.

Finalmente despues del proceso lo que queda es una gran lección aprendida, un nivel de madurez y de comprensión altísimo, una capacidad de decidir y elegir con conciencia también altos, resultamos más dueños de nosotros mismos con un conocimiento de si mismos potenciado, nuestro poder personal se incrementa, por lo tanto la seguridad, la confianza y los valores se consolidan… comenzamos a vivir más en equilibrio buscando los puntos medios y evitando los extremos generando bienestar, amamos más intensamente todo, abrazamos a la vida, disfrutamos de más libertad… definitivamente comenzamos a vivir más plenamente!

Derivemos de lo dicho los pasos para generar alquimia en nosotros y producir las transformaciones y cambios que estamos necesitando en nuestra vida. Vayamos al infierno a quemar nuestra osuridad y generemos alquimia en nosotros, transformemos nuestras tinieblas en luz!