martes, 25 de julio de 2017

LA DEMOCRACIA Y LA CULTURA MATRÍSTICA

Soy de las que piensa que cuando impactamos los dominios que nos constituyen como seres humanos, el pensar, el emocionar, el actuar o lo espiritual algo comienza a suceder en nosotros, algo comienza a moverse, a cambiar, a transformarse... Hoy en el contexto en el cual vivimos los venezolanos el llamado es a cambiar... No podemos ya seguir indiferentes ante lo que nos ocurre, cada uno de nosotros desde su espacio ya comienza a generar acciones orientadas hacia aquello que nos está haciendo falta...Desde mi espacio de educadora por vocación y en mi intención de impactar sus pensamientos, hoy les ofrezco el artículo de un Diálogo publicado por la revista Uno Mismo en su Nº 20. con el Dr. Humberto Maturana titulado como se enuncia.

No es imposible. Pero sí podemos intentar una convivencia basada en el respeto, en la colaboración, en la conciencia ecológica y en la responsabilidad social. Y el camino para lograrlo es la democracia. Los grandes valores, los grandes ideales de justicia, paz, armonía, fraternidad, igualdad han nacido de la biología del amor y son los fundamentos de la vida en la infancia. Maturana piensa que estos valores son propios de la experiencia de la educación basada en la cultura matrística que recibe el niño en su infancia, fundada en el respeto, la cooperación, la legitimidad del otro, en la participación, en el compartir, en la resolución de los conflictos a través de la conversación. En la vida adulta debemos negar todos estos valores, pues encontramos una cultura opuesta: la cultura patriarcal, fundada en la competencia, en la apariencia, en la negación del otro, en la lucha, en la guerra, en la mentira. Y es esta contradicción la que genera la pérdida de esos valores de paz, armonía, fraternidad y justicia. Al mismo tiempo, el hecho de vivir añorándolos, el hecho de que podamos imaginar una sociedad basada en una convivencia fundada en el respeto y en la justicia nos hace querer recuperarlos. El gran error que se comete es pretender que coincidan o coexistan en condiciones culturales que se niegan mutuamente. Al producirse el encuentro entre ambas culturas, la patriarcal somete a la matrística. Pero ésta no desaparece del todo. Permanece en la relación materno-infantil. Ésa es la razón de que hoy vivamos una cultura matrística en la infancia y una cultura patriarcal en la vida adulta, lo que significa vivir lo masculino y lo femenino en conflicto permanente. Éste es el motivo de que los problemas de nuestra cultura sean de contradicción entre los valores de la infancia y los de la vida adulta. Es vivir lo masculino y lo femenino como si fueran intrínsecamente opuestos. Esto indica que nuestra cultura surge de contradicciones y se mantiene aún en contradicciones. Pero yo pienso que sí puede generarse una cultura que no esté centrada en la guerra, en la competencia, en la lucha, en la imagen, en la negación mutua, sino en el respeto, en la colaboración, en la conciencia ecológica y en la responsabilidad social. Eso sí es posible. En este sentido creo que la democracia es una forma de cultura neo matrística, un modo de vida que rompe con el patriarcado, pues se fundamenta en el respeto, en la colaboración, en mirar al otro como un legítimo otro en el espacio de convivencia. Es una cultura que puede solucionar los conflictos no a través de la lucha, sino en la conversación, la conspiración, en un proyectar de un quehacer juntos, que es por lo demás lo que constituye la constitución de cualquier país, que es un proyecto de convivencia. Por esto, la democracia como cultura neo-matrística debe estar centrada en la armonía de la existencia, no en la lucha. Esto implica también romper la tradición patriarcal de negación y subordinación de la mujer, lo que al mismo tiempo libera al hombre de ser el dominador y explotador de la mujer. Esto también es una trampa en la que los hombres están atrapados: dominar a los hombres y luchar contra ellas. La lucha no pertenece a la democracia. La lucha constituye al enemigo. En la lucha hay vencedores y vencidos. Pero el enemigo no desaparece. El derrotado tolera al vencedor en la espera de una oportunidad de revancha. La tolerancia es una negación del otro suspendida temporalmente. Las victorias que no exterminan al enemigo preparan la guerra siguiente. El secreto para lograr la armonía está: en el respeto del otro como legítimo otro en la convivencia y en el respeto por el mundo natural, en términos de tomar esa conciencia ecológica que nos haga ver claro que la destrucción de nuestro hábitat significa también nuestra propia destrucción.

Abandonar prácticas sociales institucionales para crear una nueva manera de ser institucional!


He estado muy de cerca en algunas de las instituciones del estado, por decir las más grandes e importantes para el  país  y debo decir que desde hace más de un año he venido validando en el trabajo con la gente que, requerimos asumir un modelo de comportamiento orientado a la  participación  que genere altos niveles de responsabilidad. Es necesario abandonar las prácticas orientadas a buscar culpables de lo que no funciona,  a cumplir con lo planeado y que lo extraordinario no se engulla lo que se ha prospectado, que comencemos a observar los comportamientos reactivos (agresivo/pasivo) que asumimos frente a lo que ocurre en la organización, en las empresas, en las comunidades y en la calle por comportamientos proactivos, que cultivemos el liderazgo situacionalmente, que dejemos de gerenciar lo negativo del equipo que nos acompaña y trabajemos con sus talentos, que despertemos nuestras cualidades y virtudes para influir positivamente a la gente y hagamos que decidan acompañar nuestra gestión por elección y no por imposición y porque reconocen nuestra competencia para hacer el trabajo, que abandonemos el modelo de obediencia y sumisión desde ese liderazgo puramente autocrático y aplastante donde el respeto por el otro, su pensamiento y su sentir  no aparecen, que trascendamos el modelo gerencial de la orden y el mandato sin cuestionamiento, que seamos capaces de defender nuestro punto de vista con argumentos de manera respetuosa sin creernos dueños de la verdad, que superemos el egoísmo que nos conduce a la miseria y a la pobreza y que podamos crear una patria en valores que sean visibles a través de nuestra actuación.

Todo ello requiere que hagamos cambios en las prácticas sociales que han constituido la cultura perversa en la que estamos, que tanto cuestionamos y de la que somos responsables directa e indirectamente, por declaración o por omisión, es el resultado de lo que hemos hecho pero también de lo que hemos dejado de hacer. Comenzar a cambiar requiere voltear la mirada hacia adentro de nosotros mismos y respondernos con toda sinceridad ¿Quiénes hemos sido? ¿Quiénes somos? Y ¿Quiénes queremos ser? Como dice, para nuestra reflexión uno de los estudiosos brillantes de la planificación, el Chileno Carlos Matus “¿Nos arrastran o conducimos? Porque hoy vivimos lo que antes fue futuro. Y todos los problemas que están ahora ante nuestra vida pudieron ser evitados o resueltos. ¡Pudimos conducir y fuimos conducidos hacia donde no queríamos! ¿Yo gobierno mi destino? ¿Mi país  gobierna su destino?”

Y es que para gobernar nuestro destino es necesario despertar y ser valiente para mirar lo que yace dentro en lo profundo, sin cuestionamiento ni lucha y si con valiente gallardía para aceptar, comprender, perdonar y actuar mejor y diferente y comenzar a dar los pasos de quien se ha asumido desde la autonomía y legitimidad en su manera de ser y actuar. Entendiendo quien ha sido, quien es y en quién quiere convertirse; es nuestra verdadera lucha, esa de la que hacernos cargo nos devolverá como resultado sentirnos libre, auténticamente libres.


Desarrollemos el ser para hacer mejor y también para ser mejor en todos los roles que ejercemos en todos los contextos donde nos desempeñamos. Integremos el ser al hacer porque  no podemos actuar aquello que no hemos integrado. Dejemos por un momento aquello en lo que tenemos fuerza y miremos nuestro espacio vulnerable, ese que nos hace humanos y crezcamos allí, en esa sensibilidad, consideremos lo que somos primariamente según nuestro desarrollo evolutivo, desarrollemos el ser emocional que nos mueve actuar y fortalezcamos nuestra manera y los resultados por el vivir que estamos creando. Formémonos para pensar y no para ser pensados, formémonos para sentir y para gobernar lo que sentimos! Creemos una nueva cultura volteando la mirada hacia aquello que antes no mirábamos, nuestro ser emocional e integrémoslo de manera consciente a nuestras prácticas y a nuestro vivir! 

viernes, 16 de septiembre de 2016

EL PODER DEL PENSAMIENTO CREATIVO

Hemos en reiteradas oportunidades escuchado que el pensamiento tiene poder!, que somos creadores y que todo lo que el hombre ha hecho es porque alguna vez lo ha imaginado. Pero el pensamiento podemos tipificarlo, ahora los estudios neuro-científicos nos describen las funciones especializadas que tienen nuestros hemisferios cerebrales y es en ellos donde se producen todos nuestros pensamientos. A medida que vamos creciendo y evolucionando nuestro cerebro va generando patrones de pensamiento de acuerdo a nuestro proceso de adaptación al medio y permitiendo que desarrollemos también, según  la estimulación, todos nuestros talentos. Al hablar de pensamiento creativo a lo que se hace  referencia es a nuestra capacidad creativa, para expresarnos, para resolver situaciones del vivir, para acceder a la información que tenemos en nuestro  interior, para sanar,  para conectar con el misterio y lo divino, para apoyar a otros a mirarse, a conocerse, para dar los saltos cuánticos que con el puro pensamiento lineal no podríamos realizar, ese pensamiento creativo del que hablamos hace posible que optimicemos nuestras respuestas, que aprendamos a ser valorativos y demos  color, magia y otros significados a la experiencia. A través del pensamiento creativo es posible que aparezcan nuevos mundos desde nuestro interior, podemos crear más y mejor en tanto nos reconciliamos con ese niño interior nuestro que fue perdiendo por razones de contexto el contacto con la creatividad, a medida que se fue preparando para la vida fue dejando atrás sus colores, sus dibujos, sus inventos, su capacidad para crear cuentos, canciones y fantasías, esas que provienen del acceso a esa inteligencia asociativa, del espacio, de las formas, los sonidos de las cosas y de la profundidad del alma, allí donde habita nuestra intuición, la que  nos revela los mensajes que el altísimo le dicta a nuestro corazón y que al conectar con la mente nos quedan develados, y que en momentos no sabemos de dónde es que provienen los dictados, los mensajes, las imágenes que en los sueños o en vigilia nos aparecen .  De ese poder creativo que se potencia con nuestra razón es del que estaremos compartiendo y practicando está vez en nuestra conversación.

Resumen de
Charla Nº 4
Comunidad Virtual Aprendamos a Volar

martes, 19 de julio de 2016

REIVINDICANDO A NUESTRAS EMOCIONES

Por este camino de aprender acerca del desarrollo humano he ido experimentando cuáles son las cosas que nos hacen ser humanos. Para diferenciarnos de los animales  decimos somos seres racionales, lo que nos permite actuar de manera lógica y supuestamente inteligente. Si, supuestamente, pues en este momento la ciencia nos muestra que, nuestros niveles de inteligencia podrían ser mayores en tanto aprendamos más acerca de cómo es qué funcionamos y eso incluye no solo el dominio de nuestros procesos mentales, sino también de los procesos emocionales y fisiológicos. Nuestro cuerpo desarrolla muchas inteligencias, ellas constituyen  los recursos que utilizamos al pasar por esta existencia.

Hemos de dar primeramente la misma importancia que damos a los procesos mentales a los procesos emocionales y por ende a los fisiológicos, pues no hay emocionalidad sin una anatomía que la contenga o la exprese. Como dice Elaine de Beauport en su obra Las tres caras de la mente : “Es necesario dar a las emociones un estatus igualitario con las otras vibraciones del cerebro. Las emociones son vibraciones al igual que los pensamientos, las imágenes y las intuiciones. Necesitamos incluirlas en esa familia de primera clase que son el pensamiento y la creatividad. Manteniéndolas en reclusión, como ciudadanas de segunda categoría, capaces del daño y la violencia, es improbable que lleguemos a honrarlas, enseñarlas o ponerlas en uso en nombre de la vida”.

Por otra parte creemos que pensar es controlar y resulta que pensar no logra controlar todo nuestro cuerpo, porque son los estados de ánimo quienes controlan los órganos…
Para vivir inteligentemente con nuestros estados de ánimo es necesario reconocer que tienen una base fisiológica dentro de nuestro propio cerebro. Las emociones no van a cesar cuando vamos al terapeuta, ni cuando descubrimos el impacto emocional de la influencia de nuestros padres en la niñez, ni van a terminar cuando los hijos hayan crecido, ni cuando tengamos bastante dinero, ni cuando nos retiremos del trabajo, ni cuando nos adentremos en la espiritualidad. Identificarlas con nuestra existencia  y aceptarlas en nuestra anatomía para tratarlas como señales de vida y buscar la manera de procesarlas inteligentemente el arte, la sabiduría.

Dice Norberto Levy en sabiduría de las emociones que “solemos creer que las emociones son el problema. Que el miedo, el enojo, la culpa, etc., son los problemas que nos acosan. Y no es así́. Se convierten en problemas cuando no sabemos cómo aprovechar la información que brindan, cuando nos «enredamos» en ellas y nuestra ignorancia emocional las convierte en un problema más. Entonces sí, cada uno de estos estados agrega más sufrimiento estéril a la experiencia que vivimos”.

El mismo autor nos dice: Por más lejana y opacada que parezca, también es posible reconocer esa esencia amorosa aun en las emociones más conflictivas y percibir, además, las vicisitudes que dicha energía recorrió́ hasta convertirse en la respuesta destructiva actual. Vicisitudes de frustraciones, desorganización, conclusiones equivocadas, confusión..., hasta el aparentemente más completo extravío de sí. El problema no son las emociones sino la forma en la cual nos vivenciamos cada una de ellas.


Cuando se puede encontrar el amor allí́ donde parece que el amor no está es cuando se devuelve a cada emoción su sentido más profundo. Es cuando puede accederse a la sabiduría de las emociones.

lunes, 27 de junio de 2016

Entender el cambio como proceso de transformación y trascendencia (Resumen)

El cambio es  una constante en el vivir humano, estamos expuestos desde que nacemos a procesos de cambios continuos; sin embargo, algunas  veces, frente algunas circunstancias  lo resistimos, lo evadimos, lo evitamos, produciendo en nosotros malestar  y a veces sufrimiento, cuando en realidad lo más importante  no es nuestra resistencia, sino más bien la ignorancia acerca de lo que el cambio es como proceso . Nuestra resistencia forma parte de nuestra naturaleza humana a cambiar , los procesos de evasión y evitación  son una demostración  de ello, por consiguiente  se hace necesario comprender cómo es qué nos ocurre, cómo es que podemos desde su comprensión  hacernos  más liviana y  llevadera la existencia. Comprendernos profundamente implica  aprender a aprender, aprender como  estamos constituidos en el  ser, cómo es que operamos en esa unidad  también unida al todo , en conexión con el todo, en la que influimos y estamos siendo también influidos. Somos entre muchas cosas  co creadores de realidades pero para asimilarlo es necesario saber cómo es que lo somos, así también  todo aquello en lo que estamos siendo.

Comprender  el proceso de cambio como la oportunidad que aparece para transformarnos en cualquier área del vivir en la que nos corresponda, para trascender y vivirnos la vida diferente ,implica asumir  responsablemente el liderazgo  de este proceso, de manera tal que poseamos al cambio y no el a nosotros, para que seamos producto de nuestras elecciones y no de nuestras circunstancias. Llegar a comprender que el paso para la trascendencia está más allá de nuestras realizaciones y que para llegar necesario es comprendernos , cómo operamos, para qué y por qué. Estas son conclusiones que  vamos forjando en el camino , sabemos no es la última palabra a éste respecto, ni tampoco la única, pero de alguna manera  dar la contribución  y ofrecer  nuestra mirada para que cada  quien vaya elaborando sus propias conclusiones, esa la gran motivación.

Las Emociones un puente para el desarrollo de la Conciencia.

domingo, 22 de mayo de 2016

La alegría de ser triste...reivindicando a la tristeza

Hoy quiero compartir a través de éste medio, una reflexión que haría hace unos cuantos años al terminar de leer el libro: La ecología emocional, El arte de transformar positivamente las emociones de Jaume Soler y M. Mercè Conangla. Al leer este bello libro, muchas cosas hermosas ocurrieron y de lo que leía muchas me hicieron resonancia, dejo aquí la evidencia de lo que le ocurrió a mi tristeza.

Se me ocurre que ha de haber algo de alegría en la tristeza.. Si, hay alegría en la tristeza cuando aceptas que estar en ella te reporta beneficios...

El estar triste puede revelarte el grado de sensibilidad en el que vives,  lo hermoso de saber tu nivel de afectación por las situaciones  que te suceden; sobretodo cuando decides quedarte un rato con ella para saber cuál es el mensaje que te trae, a qué ha venido, cuál es el motivo o el propósito, el para qué de ese estado...

El estar triste te revela también tu capacidad de conexión contigo y lo importante de lo que ésta emoción te permite entrar a tu mundo reflexivo para conocerte mejor...

Entrar en la tristeza puede significar entrar desde ella facilmente a un estado de paz, a ese, que tanto anhela el hombre; ese estado de quietud en el que experimentamos tranquilidad, sosiego, no violencia, no agresión.

Estar en la tristeza es la pausa para mirar profundamente desde la conciencia, que el mensaje es soltar el apego y enterrar en nuestro corazón los más bellos recuerdos de la existencia que hayamos tenido junto a lo que hayamos perdido, es el único lugar seguro al que podremos acceder en la ausencia y que seguro generará en nuestro rostro una iluminada sonrisa. Desde este espacio hacer esto nos permitirá el contacto con nuestra fortaleza para continuar avanzando...

Y aunque la tristeza no sea un estado resolutivo y orientado a la acción es necesario para no perdernos de nosotros mismos... y desde ella reparar las energías perdidas y hacer los reajustes necesarios para proseguir...

Entonces si todo esto me lo permite la tristeza, que alegría es sentirla!, sentir  el vacío interno nos impulsa a actuar y para sentir el vacío la tristeza es el puente!

Reivindique la tristeza y ahora ella es de mi absoluta confianza, cuando llega a mi, me la siento, la distingo, la reconozco, me la vivo, me la aprovecho hasta el último momento porqué ahora sé para qué viene y estoy en ella solo lo necesario!!!