jueves, 27 de mayo de 2010

De las jugadas que nos hace el ego…




¿El ego? ¿Nos hace jugadas? ¿Cómo es eso? Nos preguntaremos… ¿De qué hablamos cuando decimos Ego? Y ¿Cómo es que nos hace jugadas? Bien este es el tema del cual hoy les estaré escribiendo.Un tema que nos da bastante para conversar pero también para reflexionar, que es lo más importante…

Cuando hablamos de Ego lo que nos llega inmediatamente a nuestra mente es el yo, asumimos que el ego es parte de nuestra personalidad y ciertamente lo es, sin embargo lo que no sabemos o llegamos a saber más a conciencia, más entrados en la madurez, es que el nos contiene y no nos deja ver la esencia de nuestro ser, ese ser espiritual que somos y que raras veces dejamos que aparezca ante nosotros.

Vivimos toda nuestra existencia en medio de dos personajes en disputa, uno de ellos se afana en búsqueda del éxito material, el control, la manipulación, el dominio, el otro aspira a elevarse espiritualmente. Y no es que sea malo tener éxito y buscar la calidad y querer ser mejor en las cosas que hacemos, no se trata de eso, se trata de ser, hacer y tener manteniéndonos en el espíritu, lograr el equilibrio en el vivir.

Me ocuparé del ego en este artículo sin pretender agotar todo lo que de el se pudiera decir. El ego se crea en el vivir, en el vivir inconsciente y automático, lo creamos sin darnos cuenta, esta presente en las maneras de actuar de las personas y nosotros vamos gestando en nosotros egos que van definiéndonos de manera autómata en principio, luego puede ser a exprofeso.

Estamos en el ego cuando reaccionamos ante las situaciones, cuando emocionalmente le damos luz verde al impulso instintivo de llevar el timón, cuando somos incapaces de analizar y damos respuesta automática a nuestros impulsos y deseos. Cuando sin pensar permitimos que improperios y agravios salgan de nosotros sin pensar, dañándonos y dañando a otros. En esos momentos estamos cautivos del ego, estamos cayendo en su juego. De esto podemos sanar cuando nos sentamos a elegir como reaccionar, eso nos limpia un poco, sin embargo el ego sigue permaneciendo. Aún con nuestra capacidad para analizar el ego sigue estando. Es necesario estar al acecho de nuestra mente para ayudarnos a salir del ego autómata y vigilar, observar, cuando se infiltra en nuestra mente analítica también.

Los egos pierden su fuerza mueren ante nosotros cuando ya no nos contienen más cuando somos capaces de asumir una actitud distinta frente a ellos, sin embargo existe otro enemigo que no permite al espíritu elevarse y que también origina ego en nosotros, se trata del protagonismo.

El protagonismo aparece cuando la persona tiene complejos de culpa, es susceptible, posee baja autoestima o se cree superior, cuestiona todo, cree tener la razón en todo, trata de imponer sus ideas, se ofende, no permite una opinión distinta de la suya, se vuelve hipócrita, llega a ser depresiva, puede estar eufórica, o introvertida. Podemos observar al ego en minusvalía pero también en supervalía y en ambos casos igual opera, generándonos tarde o temprano, malestar e incomodidades en la existencia.

El ego también genera dramas de control, buscando (para dominar) crear complejos de culpa en los demás mediante roles de víctima. Y hay muchos más estados de protagonismo o roles que puede desempeñar una misma persona, generando drama y mas drama y con ello sufrimiento. El ego nos hace crear juegos de poder en nuestras interacciones con el objeto de manipular, juegos donde nadie gana y todos pierden, en estos juegos tenemos siempre a un víctima, un salvador y un perseguidor, todos ellos en los egos respectivos.

Dos personas han estado viviendo en nosotros durante toda nuestra existencia. Una es el ego: charlatana, exigente, histérica, calculadora; la otra es el ser espiritual oculto, cuya queda y sabia voz hemos oído y atendido sólo en raras ocasiones".

Pareciera que nuestra existencia esta signada por una lucha contra el ego, pero lo que yo creo más bien es que mientras más nos observamos en todos los sentidos y más nos “damos cuenta de”, más dueños somos de nosotros mismos y por ende más libres, más felices y más amorosos podemos ser y esto lo logramos cuando dejamos de estar contenidos en un ego que nos controla por estar dormidos ante el. Por lo tanto es una lucha necesaria además de que su propósito es realmente hermoso: nuestra trascendencia y evolución como seres humanos espirituales.

Los invito pues a mirarse, a urgar a reflexionar sobre ustedes mismos, la tarea es nuestra nadie puede hacerlo por nosotros, solo nosotros en esa conquista por nuestro ser, por nuestra esencia.

jueves, 20 de mayo de 2010

¿Nos contienen los temas o nosotros a ellos?…

Esta es una frase que escuche una vez de una amiga, formadora, maestra, guía a quien yo admiro muchísimo por la calidad de persona que ella es… y por una cantidad de lecciones de vida que me da cada vez, cuando nos encontramos… ella es una de esas personas que tiene el don de ponerlo a uno a reflexionar y a confrontarse, y que de alguna manera logra que uno pueda mirar aquello que uno necesita cambiar, transformar, trascender…

Ella decía en una de sus conferencias una vez ¿Nos contienen los temas de la vida a nosotros o nosotros contenemos a los temas de la vida?.... yo que en ese momento me encontraba en uno de esos trances en los que, en el vivir nos corresponde vivir me hizo mucho sentido y esto quiero compartirlo hoy con ustedes porque creo es uno de esos temas importantes para los seres humanos en proceso de evolución.

Nacemos, crecemos, nos desarrollamos y como seres humanos vamos adquiriendo en el camino las nociones, los conceptos, las maneras, las tradiciones, los hábitos, que constituirán los paradigmas que permearán nuestro accionar, esos que serán nuestros patrones de comportamiento y que nos volverán seres conservadores o liberales, abiertos o cerrados, rigurosos o flexibles, y que quizás en algunos dominios particulares del actuar seamos más o seamos menos dependiendo de nuestra formación, crianza y experiencia.

Vamos avanzando en la vida incorporando los valores que para la familia han sido importantes o al menos los que la familia ha puesto más en práctica; luego las pautas y convencionalismos sociales, las tradiciones culturales, y un sinfín de normas, reglas, y pautas que van apareciendo en los distintos contextos donde nos desenvolvemos, todo esto va permeando nuestros pensamientos y terminan siendo los juicios o criterios que tenemos de las cosas.En este sentido los Juicios nos contienen a nosotros, los hemos tomado, nos los han inculcado de alguna manera, no los hemos elegido. Ellos son parte nuestra y operamos en ellos de manera inconsciente y automática en el vivir.

Cuando estamos maduros, nos vamos dando cuenta, que las cosas pueden ser de varias maneras y que cada punto de vista es la vista de un solo punto, como dice una frase Leonardo Boff, a esa altura de la vida en algunos casos, ya hemos caído en cuenta que podemos elegir tener conceptos diferentes, distintos, sobre todo cuando asumimos que podemos tener puntos de vista que nos hagan más felices y que nos generen bienestar. En este sentido elegimos operar bajo nuestros propios puntos de vista, bajo los juicios en los que se nos hace la vida más cómoda y placentera, con los juicios que nos generan bienestar. Mi pregunta llegada a este punto es ¿Ustedes contienen a sus juicios o son los juicios los que los contienen a ustedes? ¿Son sus juicios sobre las cosas propios o son adoptados? ¿Se rigen por las pautas familiares, grupales, sociales, o por las suyas? Muchos son los cuentos que hay respecto a paradigmas y maneras de hacer que adoptamos sin darnos cuenta y que repetimos sin el mayor grado de intervención de nuestra conciencia. Esos forman parte de los juicios que nos contienen a nosotros y no nosotros a ellos. La pregunta es ¿Nos generan bienestar o malestar? ¿Vivimos bien con ellos o no?

En este mismo orden de ideas, cuando estamos maduros podemos darnos cuenta también, en algunos casos, si somos capaces de generar estados emocionales capacitantes o si somos víctima de estados emocionales limitantes y viceversa. Este aspecto, aunque, un poco más complejo también es importante para nuestra evolución y desarrollo personal. En este sentido es primordial señalar que las emociones nos ocurren, todas las emociones son reactivas, estamos arrojados al emocionar es verdad, sin embargo es importante saber que aunque no podemos impedir ni elegir que nos ocurran, si podemos elegir como vivirlas una vez que ellas aparecen, es aquí donde nosotros tenemos la oportunidad de desarrollar nuestra inteligencia emocional sin inhibirlas, fluirlas en el vivir, transformándolas unas en otras, las limitantes en capacitantes, dejándolas aparecer sacando provecho de lo que nos proveen. Hasta aquí mis preguntas son entonces: ¿Nos contienen las emociones? ¿Somos víctimas de ellas? ¿Somos reactivos? ¿Nos dejamos llevar por lo que ellas nos dictan en lo que aparecen? O mas bien ¿Contenemos nosotros a las emociones? ¿Las dejamos estar aprovechando lo que nos dicen para luego al integrarlas con el pensar, actuar más inteligentemente? ¿Cómo hemos estado siendo? ¿Somos producto de un emocionar visceral o volitivo? ¿Qué cosas han sido posibles para nosotros desde una u otra manera de emocionarnos?

Nosotros pasamos por distintas situaciones en el vivir, esas situaciones constituyen los temas de la vida, en esos temas están implícitos siempre nuestro pensar con toda su carga paradigmática, todos sus juicios y también el sentir, nuestras emociones esas que aparecen en cada situación en cada tema del vivir, es imposible no emocionarnos… ahora bien, ¿ esas situaciones nos contienen, nos dejamos llevar por ellas, dejamos que el emocionar nos arrastre siendo víctimas o integramos al pensamiento y generamos bienestar en cada situación?. Este tema no concluye aún, necesario es saber ahora, cómo se integra al pensamiento en el emocionar para generar bienestar.

lunes, 3 de mayo de 2010

Una mirada sobre la vida y el cómo nos constituimos en el vivir!

Como testigo y protagonista del vivir propio y de los seres humanos con los que he tenido el placer de andar caminos, quisiera hoy compartirles una mirada reflexiva pero no excluyente de otras miradas, sobre el cómo es que nos vivimos la vida y nos constituimos en ella. Andamos por esos caminos pensando a veces que la vida es una tómbola, un premio, suerte, tantas cosas, y de esa manera es probable que no nos demos cuenta de que la forma en la que nos constituimos como seres humanos así es pues la forma en la que nos vivimos la vida, en este sentido la vida no es la que nos hace a nosotros, somos nosotros los que la hacemos a ella…

La vida nos la podemos vivir desde nuestra propia constitución como seres humanos, somos generadores de la vida que llevamos, ella es una consecuencia de la forma como nosotros somos. La forma en la que nos constituimos en consecuencia revela la vida que llevamos. Somos absolutamente responsables de lo que aparece en nuestro vivir.

Ahora la gran pregunta que podemos hacernos a este respecto es: ¿cómo es que he sido hasta ahora que mi vivir esta siendo cómo es ahora? Esta interrogante pudiera resultar muy amplia o general y dificil para darle una respuesta única, pero si la acotamos a dominios particulares como el de las relaciones, sean estas de cualquier tipo, de amistad, de trabajo, de pareja; al dominio de trabajo, sea este independiente o no; al de los estudios de cualquier tipo; al dominio del negocio, sea este en cualquier área; al de la salud, en los proyectos; puede resultar muy poderoso lo que podemos encontrar. Asi por ejemplo podemos preguntarnos ¿Cómo es que he estado siendo en mi relación que tengo el vivir que tengo en ella o el resultado que tengo de ellas? ¿Cómo he estado siendo en mis relaciones que atraigo para mí la gente que atraigo? ¿Cómo es que he estado siendo que tengo el trabajo que tengo? ¿Cómo es que he estado siendo que mi negocio va como va? ¿Cómo es qué he estado siendo que tengo la salud que tengo? ¿Cómo es que he estado siendo que tengo los resultados del vivir que tengo?

La forma como nos constituimos como seres humanos nos da las respuestas, así, a mi me gustaría compartirles una perspectiva diferente de cómo se explica esto, en este sentido el Dr. Humberto Maturana refiere dos dominios explicativos en los cuales el ser humano puede constituirse. Ambos dominios surgen del darnos cuenta, al reflexionar acerca de nosotros mismos como observadores de nosotros mismos y de nuestra vivencia. Desde esta perspectiva, la cual comparto ampliamente, se pueden distinguir dos tipos de personas.

Existen personas que piensan que las cosas son, que la realidad es una sola, que la validez de lo que decimos esta sujeta a la realidad y que es esta la responsable de nuestros aciertos y equivocaciones, además se piensa que existe una verdad ; pues bien, en este sentido debo referirles que las cosas no son absolutas, inmutables y permanentes, estas no pueden serlo, somos seres en continuo devenir, estamos cambiando y transformándonos todo el tiempo, así mismo nuestro contexto, en este sentido las cosas “están siendo” no “son”; por otro lado la realidad no puede ser una sola en tanto que esta es percibida y construida por cada uno de nosotros de acuerdo a nuestros filtros para procesarla, en este sentido existen realidades, es decir un multiverso de cosas, hechos, fenómenos, conceptos, nociones, procesos, metodologías observadas por nosotros, en tanto la realidad para cada uno es diferente. Entonces si la realidad es diferente para cada uno vale preguntarse ¿cual será el canon para decir que algo es o no errado? ¿Cuál es el canon para decir que mejor es una cosa que otra? Y en cuanto a la verdad ¿Quién la podrá tener si lo que tenemos es distintas maneras de observar? Y en este sentido ¿Cuál es el canon para decir cuando una cosa es verdadera o falsa?

A veces nos vivimos la vida argumentando razones para mantener puntos de vista que nos vuelven inflexibles, puntos de vista que revelan de nosotros el querer tener siempre la razón, que revelan nuestra falta de aceptación de otros puntos de vista, nuestra competencia o incompetencia frente a los talentos de los demás, nuestra falta de humildad, nuestra envidia y egoismo, puntos de vista que nos vuelven seres irrespetuosos de la otredad.

Así como manejamos a la realidad vivimos diciendo que las cosas son objetivas, o que estas deben serlo; y desde la perspectiva que les presento, la objetividad que parte de que existe una realidad índependiente a nosotros y de nuestra percepción no es posible según les argumente previamente. En este dominio no hay verdad absoluta ni verdad relativa sino muchas verdades diferentes en muchos dominios distintos. Decir que somos objetivos en algún dominio del vivir nos coloca en la posición de negar la percepción de otros, el punto de vista de otros y en este sentido no estamos aceptándolo, estamos siendo profundamente irrespetuosos al negar lo que es auténtico y legítimo del otro.

Sé de las inquietudes que este tema genera y sé también que puede ser tratado más ampliamente, de hecho están quedándo aún cosas por decir, sin embargo para lo que está escrito pienso acomete el propósito. Piensen un poco y pregúntense ahora ¿Cuándo no han estado de acuerdo con algo o con alguien por qué ha sido? ¿Qué es lo que hace que argumenten de una manera o de otra en sus relaciones, sean estas de cualquier tipo? ¿Cómo han estado siendo? Y sobre todo piensen ¿Qué resultados les ha traido eso como consecuencia en su vivir?

jueves, 29 de abril de 2010

El Poder habita dentro de nosotros…despertemos a ese gigante!

En lo más profundo del hombre habitan esos poderes adormecidos; poderes que lo asombrarían, que él jamas soñó poseer; fuerzas que revolucionarían su vida si despertarán y entraran en acción.


Hoy quiero compartir con ustedes un tema para mi realmente polémico y al mismo tiempo también extraordinario, y que no se agota con este texto, pues de ello es mucho lo que aún se puede decir. Partiré de la siguiente pregunta para introducirnos en el tema: ¿Cuántas veces no han deseado tener una varita mágica para resolver asuntos de justicia? ¿Cuántas veces no han sido victima de abusos e infracciones cometidas por otros? Verdad que muchas veces, ¿si? Y en esos momentos cuanta impotencia sienten al no poder resolver ante aquellos que creen que haciendo uso de su fuerza, su inconciencia, su ignorancia a veces, ejercen poder frente a nosotros…pues bien hoy les hablaré del poder, el poder del pensamiento, el poder creativo, el poder de la palabra, el poder del cambio de estado, el poder personal, el poder en muchos sentidos…


En principio es necesario tener presente lo desvirtuada que esta la noción de poder…, cuando hablamos del poder, generalmente lo asociamos a algo negativo, estamos embuidos en una sociedad donde hablar de poder es atribuirle rasgos diversos que lo alejan de nosotros y nuestra capacidad de desarrollarlo, pues el poder esta asociado a una fuerte carga ética negativa. Tenemos el juicio de que el poder es maligno y que es fuente de corrupción pensamos que la gente se envilece con el poder, pero eso no es cierto. Es necesario desentrañarlo de esa carga para constituirnos en el positivamente.


El poder, pienso yo, es necesario, es vital, para nuestro desarrollo, a través de el desencadenamos acciones que pueden juzgarse a posteriori como buenas o no, y eso es otra cosa; así que no es el poder el que hace a las personas buenas o malas sino las acciones que en el uso de nuestro poder somos capaces de acometer…Por otra parte es importante señalar que el poder esta asociado a la capacidad de generar acción que podemos tener de manera potencial, haciendo la diferenciación de que tener poder es diferente de ejercerlo, en tanto podemos decir que alguien podría hacer algo, lo haga o no, de igual forma podemos sostener que tiene poder para ello.


A veces no sabemos cuan poderosos somos, cuanto poder podemos desarrollar y usar; tenemos poder para muchas cosas, podemos por ejemplo imaginar, recrear en la mente con imágenes y palabras aquello que deseamos ser, hacer o tener… nuestra mente flexible puede ensoñar, lograr aquello para lo que aún no estamos preparados inclusive… ¿Cuántas veces nos hemos visualizado manejando situaciones que no hemos manejado antes y cuándo asistimos a ellas las superamos, las hacemos como lo vimos en nuestra mente? ¿Cuántas veces hemos superado situaciones adversas solo imaginando, reencuadrándolas a nuestro favor con solo pensarlo? De verdad son muchas ¿Cierto? Bien, esto es el poder del pensamiento que puede ser positivo o no dependiendo de lo que enfoquemos…


Asi mismo, tenemos el poder de la palabra, con ella creamos todo, nada existe que no este en el lenguaje, todo lo que el hombre ha creado hasta ahora lo ha hecho en el lenguaje, y no me refiero solo al lenguaje verbal, esta inmerso en ello también el no verbal. En el lenguaje nos constituimos y creamos nuestro mundo. Somos lo que decimos, con la palabra nos creamos a nosotros mismos y con ella creamos realidades. Cuando decimos como estamos siendo y actuamos en consecuencia de lo dicho, estamos deviniendo en un tipo de ser en particular, nos estamos creando, de igual manera sucede con la realidad, las situaciones devienen de una u otra manera dependiendo de lo que sea dicho o lo que no.


También habita dentro de nosotros el poder del cambio de estado, podemos nosotros cambiar nuestros estados emocionales solo eligiendo cuales son los pensamientos que nos generan bienestar. Tenemos el inmenso poder de generar los químicos que requerimos para vivir mejor, estar sanos, generar calidad de vida y ello es solo posible gobernando nuestro mundo emocional de manera genuina asumiendo que somos seres humanos emocionales y que requerimos experimentar nuestras emociones de manera equilibrada sin exacerbarlas ni negarlas, aprovechando lo que cada una de ellas nos provee.


Todos estos poderes yacen en nosotros, están potencialmente disponibles para nosotros, la cuestión es cómo es qué hacemos uso de ello, cómo nos lo vivimos y lo que logramos con ello. Imaginemos, recreemos, declaremos en el lenguaje, generemos los estados emocionales que deseamos, que necesitamos, y ejecutemos las acciones correspondientes a ello… De esta manera disfrutaremos nuestro poder de manera manifiesta!!!


sábado, 10 de abril de 2010

Crear una historia en una relación requiere algo más que hacer cosas juntos!!!

En esta oportunidad quisiera compartirles una noción diferente del cómo es que se construye una relación, una relación basada en la construcción de un mundo compartido, un mundo basado en las conversaciones que somos capaces de dar y que nos hacen responsables por el tipo de relación que estamos generando.

Para mantener una relación estrecha no siempre es suficiente coordinar acciones en el vivir o hacer cosas en conjunto, esto es importante si, pero no basta. Las relaciones estrechas y en especial las relaciones íntimas estrechas, se basan en un trasfondo básico compartido que les confiere sentido, estas relaciones son capaces de generar en si mismas su propia significación…

El trasfondo básico compartido que confiere sentido y que le da significación a la relación consiste en construir historias compartidas que le darán trascendencia al estar juntos. Las conversaciones y sobre todo la calidad de las conversaciones que se sostengan determinará de manera decisiva el cómo se constituye la relación…. Como dice mi amigo Rafael Echeverría “Al estar en conversación, ambos integrantes de la pareja entran en un proceso de transformación mutua. Sus historias se entremezclan. Luego según la calidad de esta fusión de historias, se desarrollará un trasfondo compartido, un espacio de consenso, se producirá un mundo compartido, y aparecerá una sensibilidad compartida por quienes integran la relación”

Así es, al llegar a este punto pienso yo, los conflictos generados por las diferencias son trascendidos, se establece el consenso aunado a la aceptación del otro en su legítimo ser y su autónomo actuar, la aceptación de la diferencia, el respeto aparece en la pareja y comienza un proceso de influencia de uno sobre el otro que conlleva a la transformación mutua y congruente y también a la evolución. Cada uno haciendo de alguna manera que el otro saque de si todo lo que tiene para dar.

Con el tiempo, dice Echeverría, quienes participan en la relación observarán lo bien que se complementan, lo bien que pueden, incluso, anticipar las acciones y reacciones de cada uno. Normalmente, denominamos a esto una buena relación. Yo lo denomino acoplamiento, acoplamiento de estructuras de pensamiento, formas de expresar, sentir, y actuar… la danza entre dos sincronizada de mutuo acuerdo que se genera de manera automática e inconsciente, solo llegados a este punto de entendimiento es que podemos decir que nos hemos compenetrado con alguien, pues la comprensión por el otro aparece de manera súbita. Cabe preguntar ¿Pero, cuándo estamos listos para eso? ¿Qué necesitamos para que eso ocurra? ¿Ocurre sin que nos demos cuenta, o podemos pulsarlo?

También alguna vez hemos sido testigo, o quizás protagonistas de relaciones donde sucede lo contrario. Relaciones donde los compañeros involucrados parecen distanciarse cada vez más a medida que transcurre el tiempo. Generalmente solemos argumentar razones como las que mencionaré, por las cuales esto sucede, que si es que no somos compatibles, que si los caracteres no ligan, que si es que somos demasiado parecidos y hace falta algo diferente, que si es que el o ella no tiene lo que yo quiero, que si es que nos aburrimos, que si es que nos sentimos solos, que si es que ya no es igual, que si es que ya no nos miramos, que su manera de ser no es… tantas cosas, que no nos damos cuenta que todos esos argumentos no originan lo que resulta la relación, estamos usando el resultado como una causa. Realmente quien produce esos resultados es la relación misma, y por lo tanto las conversaciones, la calidad y el tipo de conversaciones que la han configurado!!!

Cuando estamos sumidos en una relación en la que estamos argumentando algunas de las razones expuestas o cualquier otra razón, preguntémonos: ¿Cuáles conversaciones se han dado? ¿Cuáles no? ¿Cuáles conversaciones están haciendo falta? ¿Qué hace que no demos las conversaciones necesarias para sentirnos mejor? ¿Qué es lo que nos hace falta para conversar de aquello que nos inquieta o nos ocupa? ¿Estamos en condiciones de conversar en la forma que se requiere para atender lo que nos inquieta? ¿De qué podemos hacernos cargo para conversar mejor? ¿Somos capaces de dar conversaciones de calidad? ¿Qué ocurre con nosotros cuando no logramos conversar lo que es importante para nosotros en la relación? ¿Nos estamos haciendo cargo en realidad de lo que nuestras conversaciones han generado?

En este sentido es necesario tener en cuenta que definitivamente lo que nuestra relación es o será depende exclusivamente del tipo de conversaciones que nos dispongamos a tener y querramos profundamente dar, considerando no solamente el darlas sino también prepararnos para darlas en el nivel de madurez y conciencia en el cual la relación se vive.

Es importante en la creación de un mundo compartido que cada parte vea a la otra como coparticipe en la invención de un futuro mejor. Necesitamos distinguir que las conversaciones pueden crear esto, pero también pueden destruir la posibilidad de lograrlo. Cuando somos capaces de producir una cultura sana al seno de nuestras relaciones por la calidad que le imprimimos a las conversaciones que sostengamos, podemos juzgarlas como cálidas, entonces podemos decir que tenemos un hogar en lugar de una casa, un lugar convertido en el mejor de nuestros refugios, un nido que jamás querramos abandonar por lo que conseguimos y tenemos en el. Podremos entonces crear y recrear historias juntos en un bucle sin fin!!!

martes, 6 de abril de 2010

De qué estamos hablando cuando hablamos de sinceridad…

Al escribirles hoy de sinceridad quisiera dejarles varios contextos en el cual sé que se abrirán polémicamente para ustedes muchas interrogantes… y esa es la idea generar un proceso reflexivo acerca de la sinceridad…

Cuando hablamos de sinceridad hacemos alusión a expresar verdad, a la falta de fingimiento en el modo de expresarse o expresar algo, podríamos decir que alguien es sincero si al hablar es capaz de hacer coincidir sus declaraciones públicas con sus declaraciones privadas, lo mismo es hacia dentro que hacia fuera, no existen manejos dobles, ni tampoco discursos dobles. Así mismo la insinceridad es la falta de sinceridad o fingimiento, en este sentido se pueden tener poses, no ser auténticos…

Ahora bien, la cosa se nos complica un poco cuando manejamos la siguiente presuposición, esa que dice: “El mapa no es el territorio”, desde esta perspectiva, cada individuo tiene una visión personal de cualquier situación y del significado o valor de las cosas, y eso hace lógicamente que lo que para una persona sea una verdad para otra sea falsedad. Me pregunto entonces ¿Dónde o quién fijará entonces el canon de sinceridad o insinceridad?

Por otro lado esta también el hecho de que mucha gente cree que si uno se guarda información, no se esta siendo sincero. A veces pienso qué es mejor callar para evitar situaciones incómodas que expresarlas y generarse con ello inconvenientes. A este respecto, es importante señalar que son necesarios otros conceptos valorativos como el coraje, la sensatez, la integridad y la asertividad; dependiendo del contexto situacional en el que nos encontremos estos nos permitirán saber cuándo expresar o no algo sin afectarnos ni afectar a los demás. En este sentido, es oportuno decir que la sinceridad y la insinceridad deben ser manejadas en el ámbito de lo humano de manera inteligente, es mucho más importante en ello, considerar la utilidad, la conveniencia y la ecología que la veracidad subjetiva de cada uno de nosotros.


Debemos saber que el contexto de confianza se expande cuando somos capaces de manejar la sinceridad y la insinceridad de manera inteligente, lo que expresamos al hablar nos compromete, compromete nuestra sinceridad, nuestra competencia para hacer las cosas y finalmente con ello forjamos nuestra identidad pública y privada. La identidad con la que nuestro poder personal se puede robustecer o definitivamente menguar.

Nuestra sinceridad inteligente se pone a prueba cuando somos capaces de hacer coincidir nuestras expresiones con nuestras acciones, así mismo nuestra insinceridad inteligente se pone a prueba cuando somos capaces de suprimir la sinceridad que puede arriesgar por ejemplo nuestra relación con los demás, es necesario tanto para la sinceridad como para la insinceridad inteligentes discriminar si lo que vamos a expresar es útil, conveniente y ecológico. Seamos entonces sinceros e insinceros inteligentes!!!

martes, 30 de marzo de 2010

Entre ángeles y demonios

El escrito que hoy les ofrezco es producto de la reflexión de una vivencia personal verdaderamente extraordinaria. Andamos por el camino de la vida siempre tropezándonos con gente que llega y se va dejándonos grandes lecciones…esa gente que llega a veces para despertarnos de un letargo, para sacarnos de la rutina, para ayudarnos a transformar cosas, para darle un sentido diferente a nuestra vida, para convertirnos en esa agua fresca que baña desiertos en los que podemos estar pérdidos y de las cuales tomamos incansablemente cuando las encontramos! Esa gente que nos regala con su vivir una manera diferente de estar en la vida… A toda esta gente dedico esta pequeña reflexión que sé también será de reflexión para quienes tropiecen con ella al leerla…

La vida esta llena de situaciones que nos van generando dualidades, lo malo y lo bueno; lo prudente o lo imprudente; lo conveniente o lo no conveniente; ahora o después; me acerco o me alejo; lo digo o no lo digo; estoy o no estoy…es inevitable estar siempre frente a opciones en las cuales tendremos también siempre la libertad para elegir…en estas situaciones, muy al fondo nuestro aparecen unas voces interiores que nos harán actuar de una manera o de otra…

Ese diálogo interno en el que escuchamos esas voces que parecieran siempre estar en conflicto… una dice por ejemplo quiero estar con ella, pero no debo en este momento, no seas tonto dice una, ¿qué te lo impide? y otra dice no, recuerda que debes respetar, este no es el espacio, ni el momento, ni la forma… así mismo este otro ejemplo: me encanta ese hombre y quisiera estar cerca de el, pero no es el indicado; y aparecen las voces diciendo: pero ¿qué te lo impide? No seas tonta la vida es una sola, y otra dice no, recuerda lo que muy bien haz aprendido… Pudiese escribir miles de ejemplos en dominios diferentes del vivir… lo cierto es que generalmente en la vida estamos siempre en dualidades, algunas más complejas que otras, más difíciles que otras…

Si le ponemos contexto a estas situaciones es posible que podamos decir que pareciera que convivimos con un ángel y al mismo tiempo con un demonio dentro nuestro… sin embargo el actuar como ángel o como demonio estará supeditado siempre a la cultura, a lo social, al colectivo, al seno familiar al cual pertenecemos y en el cual hemos crecido, ello determinará nuestra reacción, en algunos casos de manera conservadora o en otros de manera más liberal… La madurez también nos ayudará a cómo manejar el mundo emocional que experimentamos cuando estamos en esas situaciones en las que esas voces aparecen a nuestros oídos…La emoción en la que estemos para vivirnos la dualidad en la que nos encontremos definitivamente gobernará nuestra acción y nos hará devenir en el ser humano particular que somos capaces de ser, con nuestros ángeles y demonios, con nuestra luz y nuestra oscuridad, con todos nuestros lobos internos!

Pero me pregunto ahora y ¿qué es lo mejor? Y me respondo, lo mejor será siempre relativo, no existe nada absolutamente bueno ni nada absolutamente malo; siempre hay algo de maldad en la bondad y algo de bondad en la maldad. Hemos de vivir buscando el equlibrio entre lo que pensamos es malo y lo que pensamos es bueno; los límites estarán puestos allí por nosotros mismos; lo importante es sentirnos bien con nosotros y luego sentirnos bien en relación con la otredad, teniendo cuidado con nosotros pero también con los demás.

Importante es entonces comprender que para vivir la vida en equilibrio, es necesario orientarnos a esa búsqueda constante que requiere el esfuerzo por no juzgar nada sin tener los fundamentos para ello, ese vivir la dualidad buscando el punto medio de equilibrio, sujeto a los parámetros propios, esos que orientan nuestras acciones y nos permiten sentirnos bien!