Es un blog para compartir experiencias de vida, inquietudes, aprendizajes y nociones básicas del SER HUMANOS en los diferentes dominios del vivir...
domingo, 15 de agosto de 2010
Hemos aprendido algo únicamente, cuando hemos hecho cuerpo lo aprendido!!!
Hemos aprendido realmente algo cuando nuestro cuerpo responde sin dificultad ante aquello que se constituía en algo que no sabíamos hacer. ¿Hacer cuerpo lo aprendido? ¿Cómo es eso? ¿Y cómo es que únicamente podemos decir que hemos aprendido cuándo se ha hecho cuerpo aquello que queríamos aprender? Bien, así es, de esto quiero hablarles en este artículo hoy…
Cada vez que nosotros iniciamos una nueva tarea en cualquier dominio que esta sea, iniciamos un entrenamiento para desarrollar habilidad, enfrentamos un trabajo nuevo, iniciamos una nueva relación, contraemos matrimonio, traemos un hijo, adquirimos una nueva casa, alcanzamos un grado profesional diferente, enfrentamos un ciclo nuevo, salimos de nuestro espacio de confort y comodidad, donde todo nos era familiar y conocido para entrar en espacios inexplorados, incómodos y de incertidumbre… y aunque los estados citados fuesen deseables, representan para nosotros el inicio de prácticas nuevas donde las exigencias son otras, donde el ensayo y el error es lo más posible…
Nuestro cuerpo nos acompaña en todo momento y es el quien nos advierte que estamos fuera de lo conocido, lo controlado y lo cómodo… es en este instante cuando caemos en cuenta que la circunstancia a la que estamos sometidos refleja en nuestro cuerpo niveles emocionales diferentes, quizás alterados, reprimidos, en estrés, según sea la situación y la persona. Cuando sentimos nuestra incompetencia o poca competencia frente a las exigencias del contexto, el primero que reacciona es nuestro cuerpo. El se repliega, se contrae o pudiera también expandirse en un mecanismo de defensa frente a lo desconocido. Es en este instante cuando podemos distinguir que no sabemos algo ante lo que se nos esta pidiendo que respondamos.
No saber, puede ser un acto consciente o inconsciente, muchas cosas no sabemos que no las sabemos hasta que aparecen; sin embargo hay otras que si sabemos que no las sabemos… Ahora bien, una vez que tomamos la responsabilidad y tomamos la iniciativa de aprender aquello que nos importa, nos gusta, nos interesa, nos apasiona, es entonces cuando tomamos las acciones e iniciamos el camino del aprendizaje. En ese instante nuestro cuerpo inicia un conjunto de acciones recurrentes necesarias para desarrollar habilidad, ganar competencia, forjar hábito, si no se hiciera de esta manera; sería inútil, pues aprender implica improntar en la memoria aquello que requerimos para responder ante las exigencias del contexto; es decir, si no repetimos las lecciones, las acciones, de nada servirá, no las aprenderemos el cuerpo no las fijará!.
Hacer cuerpo el aprendizaje es entonces lograr que éste responda sin esfuerzo, con rapidez, de manera automática ante aquello que exige nuestra competencia, sea esto una manera de pensar diferente, una forma diferente de decir las cosas, una nueva manera de sentir, o de hacer las cosas; se dice que llegado a este punto, nuestra zona de confort se redimensiona, se vuelve cómoda, hemos incorporado un aprendizaje nuevo, ya lo hemos hecho cuerpo dado que este responde de manera inconsciente y automática por lo tanto aquello que era objeto de aprender ya esta dominado, pertenece ahora a lo conocido.
Así que, cuando estas aprendiendo a ser o a hacer diferente, no dudes en que para ello es necesario que tu cuerpo te acompañe, porque finalmente es el quien te contiene y es el que a fin de cuentas te hará saber si realmente has aprendido o no algo… por lo tanto sabemos que hemos aprendido algo cuando hemos hecho cuerpo lo aprendido!
jueves, 15 de julio de 2010
Integrar nos permite vivir mejor…
Mucho he escuchado hablar acerca de la integración, de integrar, de integralidad… en este paseo que es la experiencia de vida… mucho se nos dice insistentemente que somos seres humanos integrales, es decir; que no solo somos seres intelectuales o emocionales o biológicos, o sexuales, o psicológicos o sociales o políticos de manera aislada, somos “integrales”; de la misma manera se nos hace énfasis en que debemos integrar o integrarnos en cuerpo, mente, emoción y espíritu y no andar por allí desalineados actuando generalmente, solo desde la emoción, o desde la mente, dejando al cuerpo actuar mecánicamente, entregado a las reacciones automáticas a las que los patrones lo han constituido. De este último aspecto les hablaré esta vez. Debo decirles que todo este cuento intelectual es algo complejo de comprender hasta que en la experiencia nos toca descubrirlo o vivirlo…
No sé cuando comienza a hacerse posible, eso de la integralidad, la integración o el integrar, pienso que entrada la madurez; sin embargo es importante dejar claro que algunas personas, dada su historia de vida estarán más o menos integradas que otras, y en edades diferentes; y lo lograran también en etapas de vida distintas; por otro lado lo que si se, es que se requiere de la experiencia para poder en ella integrar o integrarnos y alcanzar integralidad.
Desde la mente podemos comprender muchas cosas, tenemos en ella el asiento de la razón y la intuición, herramientas estas, son responsables del conocimiento que podemos generar y que son indispensables para generar sabiduría… pero sucede que a veces en algunos dominios del vivir nos quedamos solo en ellas, solo en el pensar que ocurre en nuestra mente, en los paradigmas que nos ponen limites y que a veces nos hacen rígidos e inflexibles; acallando, aplacando, inmolando, sacrificando, el mundo del emocionar, ese mundo al cual todos pertenecemos y en el cual estamos sin duda, contenidos. También sucede al contrario, es decir, a veces andamos más entregados en algunos dominios del vivir más a la emoción y dejamos que ella nos envuelva y cause estragos en nosotros, incapaces de pensar solo nos vivimos la emoción y el momento, pudiendo perder con ello algunas cosas importantes de nuestra vida… Llegada a este punto me pregunto ¿Pero, por qué es importante integrar cuerpo, mente, emoción y espíritu? Desde este espacio recuerdo dos cosas que a mi me han ayudado a comprender esto para luego hacerlo. Cosa que debo adelantarles me ha hecho, entre otras, sentirme muy feliz y tranquila. La vida se hace diferente cuando podemos integrar.
Ahora bien, y ¿Qué hay con el cuerpo en todo esto? Pues bien, el cuerpo acompaña a la emoción y al pensamiento albergado en la mente, el será el reflejo que estos dos dominios establezcan, actuará de acuerdo a la forma en que el pensar y el sentir o emocionar dictaminen, el se configurará bajo estas pautas que con el tiempo y la recurrencia, el pensar y el sentir nos vayan imponiendo. Tres grandes dominios: cuerpo, emoción y mente que articulados en nosotros de manera integral pueden producirnos bien vivir… ¿Qué sucede cuando no estamos integrados? Puedo decirles que nuestra mente genera pensamientos, juicios maestros, paradigmas que pueden a bien ayudarnos, capacitarnos o todo lo contrario, limitarnos, incapacitarnos, anularnos; generando con ello sufrimiento y drama en nuestro vivir. Así mismo, Osho dice que una fuente de dolor y sufrimiento es no poder integrar nuestras emociones con nuestros pensamientos y viceversa, en ese esfuerzo por alcanzar el equilibrio en nuestra vida. Trascendente en todo esto considero, es saber que los pensamientos generan sentimientos, los sentimientos generan acciones y las acciones generan resultados. Así, si queremos ver resultados diferentes, debemos entonces hacer cosas diferentes, para sentir cosas diferentes y lograr pensar diferente… pero todo ello de manera integrada y no separada…esto es la clave para el cambio, la integración.
Pero ¿Cómo es qué podemos integrar? Bien aquí voy con lo más significativo del asunto…integramos cuando no nos abandonamos solo a sentir, o a pensar separadamente, lo logramos cuando somos capaces de detenernos a observar cómo es nuestro sentir y nuestro pensar y tratamos de experimentar en el cuerpo que nos genera, una cosa y la otra… el cuerpo nos revela si se siente cómodo sintiendo lo que siente o pensando como piensa… a veces el demora un poquito en conseguir las respuestas, sin embargo cuando lo dejamos fluir, cuando lo observamos en quietud, el nos revela en pensamiento y en sentimiento qué es lo mejor para nosotros… son muchas las cosas que descubrimos… a veces somos cautivos de nuestra emoción, ella nos puede nublar, pero el pensamiento, la mente también lo puede hacer… necesario es nutrirnos con el conocimiento, pero no quedarnos atrapados en el, tener mente flexible, abierta, despierta, nos ayudará a vivir mejor, a vivir en paz y armonía…
Cuando estés muy emotivo, no decidas; cuando estés muy metido en pensar y repensar, cálmate y deja que tus pensamientos se asienten, el cerebro conseguirá lo mejor para ti, pero mantente vigilante de lo que tus pensamientos y sentimientos te producen… empodérate de ellos, no permitas que ellos te contengan a ti, contenlos tu a ellos. Ve despacio, no te abrumes, intenta darte cuenta de lo que te ocurre, date tiempo, se amoroso contigo…
No sé cuando comienza a hacerse posible, eso de la integralidad, la integración o el integrar, pienso que entrada la madurez; sin embargo es importante dejar claro que algunas personas, dada su historia de vida estarán más o menos integradas que otras, y en edades diferentes; y lo lograran también en etapas de vida distintas; por otro lado lo que si se, es que se requiere de la experiencia para poder en ella integrar o integrarnos y alcanzar integralidad.
Desde la mente podemos comprender muchas cosas, tenemos en ella el asiento de la razón y la intuición, herramientas estas, son responsables del conocimiento que podemos generar y que son indispensables para generar sabiduría… pero sucede que a veces en algunos dominios del vivir nos quedamos solo en ellas, solo en el pensar que ocurre en nuestra mente, en los paradigmas que nos ponen limites y que a veces nos hacen rígidos e inflexibles; acallando, aplacando, inmolando, sacrificando, el mundo del emocionar, ese mundo al cual todos pertenecemos y en el cual estamos sin duda, contenidos. También sucede al contrario, es decir, a veces andamos más entregados en algunos dominios del vivir más a la emoción y dejamos que ella nos envuelva y cause estragos en nosotros, incapaces de pensar solo nos vivimos la emoción y el momento, pudiendo perder con ello algunas cosas importantes de nuestra vida… Llegada a este punto me pregunto ¿Pero, por qué es importante integrar cuerpo, mente, emoción y espíritu? Desde este espacio recuerdo dos cosas que a mi me han ayudado a comprender esto para luego hacerlo. Cosa que debo adelantarles me ha hecho, entre otras, sentirme muy feliz y tranquila. La vida se hace diferente cuando podemos integrar.
Ahora bien, y ¿Qué hay con el cuerpo en todo esto? Pues bien, el cuerpo acompaña a la emoción y al pensamiento albergado en la mente, el será el reflejo que estos dos dominios establezcan, actuará de acuerdo a la forma en que el pensar y el sentir o emocionar dictaminen, el se configurará bajo estas pautas que con el tiempo y la recurrencia, el pensar y el sentir nos vayan imponiendo. Tres grandes dominios: cuerpo, emoción y mente que articulados en nosotros de manera integral pueden producirnos bien vivir… ¿Qué sucede cuando no estamos integrados? Puedo decirles que nuestra mente genera pensamientos, juicios maestros, paradigmas que pueden a bien ayudarnos, capacitarnos o todo lo contrario, limitarnos, incapacitarnos, anularnos; generando con ello sufrimiento y drama en nuestro vivir. Así mismo, Osho dice que una fuente de dolor y sufrimiento es no poder integrar nuestras emociones con nuestros pensamientos y viceversa, en ese esfuerzo por alcanzar el equilibrio en nuestra vida. Trascendente en todo esto considero, es saber que los pensamientos generan sentimientos, los sentimientos generan acciones y las acciones generan resultados. Así, si queremos ver resultados diferentes, debemos entonces hacer cosas diferentes, para sentir cosas diferentes y lograr pensar diferente… pero todo ello de manera integrada y no separada…esto es la clave para el cambio, la integración.
Pero ¿Cómo es qué podemos integrar? Bien aquí voy con lo más significativo del asunto…integramos cuando no nos abandonamos solo a sentir, o a pensar separadamente, lo logramos cuando somos capaces de detenernos a observar cómo es nuestro sentir y nuestro pensar y tratamos de experimentar en el cuerpo que nos genera, una cosa y la otra… el cuerpo nos revela si se siente cómodo sintiendo lo que siente o pensando como piensa… a veces el demora un poquito en conseguir las respuestas, sin embargo cuando lo dejamos fluir, cuando lo observamos en quietud, el nos revela en pensamiento y en sentimiento qué es lo mejor para nosotros… son muchas las cosas que descubrimos… a veces somos cautivos de nuestra emoción, ella nos puede nublar, pero el pensamiento, la mente también lo puede hacer… necesario es nutrirnos con el conocimiento, pero no quedarnos atrapados en el, tener mente flexible, abierta, despierta, nos ayudará a vivir mejor, a vivir en paz y armonía…
Cuando estés muy emotivo, no decidas; cuando estés muy metido en pensar y repensar, cálmate y deja que tus pensamientos se asienten, el cerebro conseguirá lo mejor para ti, pero mantente vigilante de lo que tus pensamientos y sentimientos te producen… empodérate de ellos, no permitas que ellos te contengan a ti, contenlos tu a ellos. Ve despacio, no te abrumes, intenta darte cuenta de lo que te ocurre, date tiempo, se amoroso contigo…
martes, 15 de junio de 2010
Las diferencias de pensamiento que hacen la diferencia en el vivir juntos…

Una de las cosas más díficiles que he conseguido en la experiencia de vivir en pareja ha sido el manejo de las diferencias, siempre he pensado que la mejor relación es la que podemos construir JUNTOS, nosotras con ellos y viceversa… para mi ha significado esto, toda la vida, un reto, porque lidiar con nosotros en una dupla sin aburrirnos, sin caer en rutinas que acaban con el amor y además crecer, evolucionar y trascender en un acoplamiento del uno al otro, requiere, además de voluntad, de un profundo amor que parte del respeto infinito por el otro para hacerlo mágico y posible!
Hoy compartiré con ustedes desde mi ser mujer las grandes diferencias que tenemos que atender cuando compartimos la vida con el sexo opuesto, por supuesto sabiendo siempre que, lo que puedo ofrecerles con ello es, solo una mirada desde mi experiencia, que por demás no pretende ser exhaustiva en este asunto, pero que sin duda alguna puede brindarles varios puntos de partida para reflexionar acerca de lo que sucede en las interacciones de pareja. Por lo extenso del tema abordaré en esta edición del blog solo las diferencias que tenemos con respecto al pensar y su reflexionar la influencia de ello en la construcción de una relación.
Al entrar en una relación con el otro, que por cierto es bien temprano, de lo primero que nos damos cuenta es que nuestros gustos y preferencias en el actuar en la vida están lo bastante discriminadas socialmente, los patrones culturales para sentir, pensar y actuar entre hembras y varones están lo suficientemente explícitos… y aunque cargado de muchas desviaciones que pudieran catalogarse de ventajosas o desventajosas en ocasiones para ellos o para nosotras, con ellas cargamos sin darnos cuenta e iniciamos nuestras relaciones con el sexo opuesto…
Primero hemos de saber que ambos, tanto ellos como nosotras, estructuramos nuestra forma de pensar de manera distinta, dado la evolución de nuestros cerebros y su composición para operar encontraremos una de las grandes primeras diferencias aparte, de la biológica, para interactuar.Ahora bien, lo importante no es saberlo, sino darnos cuenta de la dificultad que sobreviene a una relación al experimentarnos en ellas.
Lo más importante es saber cómo asumir las diferencias que el pensar diferente nos deja. Las crisis sobrevienen generalmente cuando estamos en situaciones picos o estresantes, cuando nos hemos cansado de lidiar con el vacío que se ha generado por la incomprensión a veces originada en ambos sentidos, cuando no hemos podido hacernos cargo de las inquietudes del otro, cuando el acoplamiento para satisfacernos mutuamente no ha aparecido o se ha quebrantado.
Ante estas situaciones hombre y mujer, varón y hembra observamos, percibimos y reaccionamos distinto dada nuestra estructura cerebral. Encontramos por ejemplo que, mientras el hombre se centra individualmente, se enfoca en hacer una sola cosa por vez, las mujeres tendemos a tareas múltiples, así mismo frente a los problemas, mientras nosotras requerimos conversar, los hombres requieren aislarse, por lo que brindarnos apoyo mutuo requiere consideremos estos aspectos; estamos configurados así naturalmente. Sin embargo ¿por qué nos conflictuamos por esto?
Ahora bien, las mujeres tenemos la tendencia a tratar varios puntos o temas en una conversa, mientras un hombre requiere concretar para hacerse cargo o para ofrecer su ayuda respecto a lo que puede hacer. Por otro lado mientras nosotras requerimos comunicar, ellos requieren alejarse para priorizar, para concretar sus acciones! Esta es, reitero, nuestra configuración natural! .Y ¿qué sucede entonces? también a veces, esto genera conflicto, tanto que es motivo de fuertes discusiones, alejamientos y hasta de rompimientos.
Así mismo, mientras un hombre separa la información en su cerebro en distintos compartimentos, emociones, percepciones, acciones; las mujeres enlazamos nuestras experiencias en un conjunto, es por ello que a veces podemos sentirnos más agobiadas y agotadas que ellos, mientras ellos en situación de estrés se enfocan en lo más importante, nosotras atendemos varias cosas simultáneamente.
Pudiera seguir citando cualquier cantidad de diferencias producto del cómo pensamos mujeres y hombres, sin embargo lo más importante es respondernos a lo siguiente: Si sabemos que nosotros y ellos estamos configurados diferente naturalmente como somos por evolución, entonces ¿por qué tan díficil nuestra interacción? ¿Será, por qué pretendemos que el otro sea y haga como nosotros? ¿Es cuestión de aceptación? ¿Es por qué interpretamos erróneamente el comportamiento del otro? ¿Lo volvemos algo personal? ¿Es que ellos son unos flojos realmente? ¿Es que nosotras somos demasiado complicadas? O será ¿Que no hemos aprendido a sobrellevarnos en nuestras configuraciones naturales de hombre y mujer? Y si no lo hacemos ¿Qué nos hace falta? ¿Qué tenemos que hacer hombre y mujer para acoplarnos y aceptar las diferencias generadas por nuestra manera de pensar? ¿Qué tenemos que hacer para sentirnos felices estando juntos, aunque pensemos diferente?
Bien, creo tenemos bastante para reflexionar en bucles infinitos… estaré escribiendo en la próxima edición sobre las diferencias en la manera de sentir, de emocionarnos que hacen la diferencia en el vivir juntos ellos y nosotras o nosotras y ellos!…
domingo, 6 de junio de 2010
¿Hacemos el amor o estamos haciendo otra cosa?
Cada vez que he conversado con alguien acerca de hacer el amor, generalmente en el dominio en el cual cae la conversación inmediatamente es en el sexo, pareciera que esta frase esta acotada exclusivamente al dominio de lo sexual, pero yo pienso que no es así en su totalidad… Hoy escribiré para ustedes lo que ha significado para mí una búsqueda desde hace ya bastante tiempo. ¿Qué es al amor? Una abstracción difícil de comprender y que a veces no alcanzamos a experimentar… ¿Es el amor un sentimiento? ¿Un valor? ¿Es un estado? ¿Es la pasión que nos mueve? ¿Es el encuentro a dos? ¿Qué es hacer el amor? ¿vivir el amor? ¿Experimentar el amor?
Trataré de describir como lo he ido entendiendo sin pretender constituirme en una autoridad en ello, compartiré con ustedes mis reflexiones al respecto, es posible que puedan también ayudarme esta vez a explicar el fenómeno de amar y que al conjugarlo con la experiencia pueda revelarnos si realmente hacemos el amor, si amamos en realidad o si andamos haciendo otra cosa que no lo es…
Los seres humanos actuales pensamos que el amor es un sentimiento de atracción por el que abrazamos tan sólo lo que nos satisface, y dejamos de amar cuando sentimos molestia o incomodidad, de hecho cuando describimos nuestras relaciones amorosas, sean estas con nuestra pareja, nuestros padres, nuestros hijos o nuestros amigos lo hacemos destacando todas las cualidades positivas sin hacer mención de lo que no es tan positivo y que también forma parte de ese ser humano con el que compartimos. Me pregunto ¿Será que el amor es excluyente? ¿Será que amar es solo a la mitad de quienes somos? ¿Estamos amando plenamente cuando lo hacemos de esta manera?
Por otra parte vivimos diciendo que amamos o sentimos amor cuando nuestra pasión por alguien se desborda, cuando el pensamiento se nos nubla y nos entregamos a sentir el volcán de emociones que nos produce el deseo y la pasión desenfrenada, pretendiendo encontrar en ello la tan ansiada felicidad. Al respecto pienso que la diferencia entre el amor y la pasión es bien sencilla, como reza cierto anónimo con el que estoy de acuerdo… “la pasión busca siempre la felicidad en el otro mientras que el amor busca la felicidad del otro”. Para ello es necesario que como seres humanos seamos independientes, que sepamos que nuestros sentimientos no son de apego y dependencia y que nadie necesita de nosotros para ser feliz y viceversa, porque la felicidad yace dentro de cada quien. Así que nuestra mayor contribución para que el otro sea feliz es respetar su manera natural de ser legítima y su autonomía y ayudarle a ser libre de sus propias ataduras, a alcanzar su independencia. Como dice Ramayat en inteligencia del alma:
“Cuando tratamos soterradamente de que nuestros seres queridos nos “necesiten”, lo que estamos es anulando su autonomía y su independencia. La “necesidad” de algo o alguien es un estado mental que priva de opciones y señala esclavitud y dependencia. Si en vez de manipular, para que nuestro ser amado nos “necesite”, logramos que nos “prefiera”, o simplemente que nos “elija”, estaremos dando un gran paso, el paso que va de la atadura a una voluntad libre que opta”
Amar es entonces dejar libre y permitir que el otro sea, aún cuando esta persona este a nuestro lado, ayudarla a ser una persona libre. Libre de apegos y dependencias, libre de manipulaciones adversas a nuestra evolución y trascendencia como seres humanos espirituales.
Hacer el amor como lo he llamado o amar es un estado de conciencia en el que sentirse abrumado no cabe, en el que experimentar ansiedad y temor lo contradice, amar es ese estado en el que la armonía prevalece, en el que la paz y la tranquilidad aparecen para experimentarse sin sufrimiento alguno. Es el balance entre pensamiento y sentimiento, razón y afecto, cabeza y corazón…como dice M. Scott Peck : “El verdadero amor no es un sentimiento que nos abruma. Es un estado que se adentra en lo profundo de uno mismo y evoluciona hacia la conciencia integral.” Esa conciencia que equilibra, une o integra a nuestra pasión con nuestra razón para evitar que nos perdamos en el fuero de los sentimientos que cobrará un alto precio, más temprano que tarde, en forma de carencias y frustraciones típicas de aquellas relaciones en las que predomina la pasión y la fascinación completa, así mismo evitando que caigamos en el extremo contrario de dejarnos guiar exclusivamente por el mundo prosaico de la razón, que nos puede ahogar en un territorio de cálculos e intereses que nos adentra en un desierto ajeno a la sensibilidad y frescura de nuestra alma.
En un nivel más elevado, como dice M. Scott Peck : el amor supone una ola que emerge de la Infinitud interna y lleva consigo la Experiencia de Totalidad. En la comunión espiritual de dos seres, el vínculo está más allá de la pasión y la razón. El Amor con mayúsculas es un estado de conciencia que integra Eros y Thanatos, lo ascendente y lo descendente, el Cielo y la Tierra. Un encuentro que está más allá de cualquier forma de apego y que brota desde planos transpersonales en los que silencio es la pregunta y silencio es la respuesta. Con esta cita me pregunto entonces, ¿Será la expresión de amor más grande sentirse uno cuando estamos en pareja? ¿Será que es ese encuentro a dos en el sexo el momento en el que es posible hacer el amor más que el sexo? ¿Es posible eso? ¿Qué será necesario para lograrlo? Les propongo reflexionemos, preguntémonos e intentemos buscar las respuestas siempre para crecer, evolucionar, trascender.
Trataré de describir como lo he ido entendiendo sin pretender constituirme en una autoridad en ello, compartiré con ustedes mis reflexiones al respecto, es posible que puedan también ayudarme esta vez a explicar el fenómeno de amar y que al conjugarlo con la experiencia pueda revelarnos si realmente hacemos el amor, si amamos en realidad o si andamos haciendo otra cosa que no lo es…
Los seres humanos actuales pensamos que el amor es un sentimiento de atracción por el que abrazamos tan sólo lo que nos satisface, y dejamos de amar cuando sentimos molestia o incomodidad, de hecho cuando describimos nuestras relaciones amorosas, sean estas con nuestra pareja, nuestros padres, nuestros hijos o nuestros amigos lo hacemos destacando todas las cualidades positivas sin hacer mención de lo que no es tan positivo y que también forma parte de ese ser humano con el que compartimos. Me pregunto ¿Será que el amor es excluyente? ¿Será que amar es solo a la mitad de quienes somos? ¿Estamos amando plenamente cuando lo hacemos de esta manera?
Por otra parte vivimos diciendo que amamos o sentimos amor cuando nuestra pasión por alguien se desborda, cuando el pensamiento se nos nubla y nos entregamos a sentir el volcán de emociones que nos produce el deseo y la pasión desenfrenada, pretendiendo encontrar en ello la tan ansiada felicidad. Al respecto pienso que la diferencia entre el amor y la pasión es bien sencilla, como reza cierto anónimo con el que estoy de acuerdo… “la pasión busca siempre la felicidad en el otro mientras que el amor busca la felicidad del otro”. Para ello es necesario que como seres humanos seamos independientes, que sepamos que nuestros sentimientos no son de apego y dependencia y que nadie necesita de nosotros para ser feliz y viceversa, porque la felicidad yace dentro de cada quien. Así que nuestra mayor contribución para que el otro sea feliz es respetar su manera natural de ser legítima y su autonomía y ayudarle a ser libre de sus propias ataduras, a alcanzar su independencia. Como dice Ramayat en inteligencia del alma:
“Cuando tratamos soterradamente de que nuestros seres queridos nos “necesiten”, lo que estamos es anulando su autonomía y su independencia. La “necesidad” de algo o alguien es un estado mental que priva de opciones y señala esclavitud y dependencia. Si en vez de manipular, para que nuestro ser amado nos “necesite”, logramos que nos “prefiera”, o simplemente que nos “elija”, estaremos dando un gran paso, el paso que va de la atadura a una voluntad libre que opta”
Amar es entonces dejar libre y permitir que el otro sea, aún cuando esta persona este a nuestro lado, ayudarla a ser una persona libre. Libre de apegos y dependencias, libre de manipulaciones adversas a nuestra evolución y trascendencia como seres humanos espirituales.
Hacer el amor como lo he llamado o amar es un estado de conciencia en el que sentirse abrumado no cabe, en el que experimentar ansiedad y temor lo contradice, amar es ese estado en el que la armonía prevalece, en el que la paz y la tranquilidad aparecen para experimentarse sin sufrimiento alguno. Es el balance entre pensamiento y sentimiento, razón y afecto, cabeza y corazón…como dice M. Scott Peck : “El verdadero amor no es un sentimiento que nos abruma. Es un estado que se adentra en lo profundo de uno mismo y evoluciona hacia la conciencia integral.” Esa conciencia que equilibra, une o integra a nuestra pasión con nuestra razón para evitar que nos perdamos en el fuero de los sentimientos que cobrará un alto precio, más temprano que tarde, en forma de carencias y frustraciones típicas de aquellas relaciones en las que predomina la pasión y la fascinación completa, así mismo evitando que caigamos en el extremo contrario de dejarnos guiar exclusivamente por el mundo prosaico de la razón, que nos puede ahogar en un territorio de cálculos e intereses que nos adentra en un desierto ajeno a la sensibilidad y frescura de nuestra alma.
En un nivel más elevado, como dice M. Scott Peck : el amor supone una ola que emerge de la Infinitud interna y lleva consigo la Experiencia de Totalidad. En la comunión espiritual de dos seres, el vínculo está más allá de la pasión y la razón. El Amor con mayúsculas es un estado de conciencia que integra Eros y Thanatos, lo ascendente y lo descendente, el Cielo y la Tierra. Un encuentro que está más allá de cualquier forma de apego y que brota desde planos transpersonales en los que silencio es la pregunta y silencio es la respuesta. Con esta cita me pregunto entonces, ¿Será la expresión de amor más grande sentirse uno cuando estamos en pareja? ¿Será que es ese encuentro a dos en el sexo el momento en el que es posible hacer el amor más que el sexo? ¿Es posible eso? ¿Qué será necesario para lograrlo? Les propongo reflexionemos, preguntémonos e intentemos buscar las respuestas siempre para crecer, evolucionar, trascender.
jueves, 27 de mayo de 2010
De las jugadas que nos hace el ego…

¿El ego? ¿Nos hace jugadas? ¿Cómo es eso? Nos preguntaremos… ¿De qué hablamos cuando decimos Ego? Y ¿Cómo es que nos hace jugadas? Bien este es el tema del cual hoy les estaré escribiendo.Un tema que nos da bastante para conversar pero también para reflexionar, que es lo más importante…
Cuando hablamos de Ego lo que nos llega inmediatamente a nuestra mente es el yo, asumimos que el ego es parte de nuestra personalidad y ciertamente lo es, sin embargo lo que no sabemos o llegamos a saber más a conciencia, más entrados en la madurez, es que el nos contiene y no nos deja ver la esencia de nuestro ser, ese ser espiritual que somos y que raras veces dejamos que aparezca ante nosotros.
Vivimos toda nuestra existencia en medio de dos personajes en disputa, uno de ellos se afana en búsqueda del éxito material, el control, la manipulación, el dominio, el otro aspira a elevarse espiritualmente. Y no es que sea malo tener éxito y buscar la calidad y querer ser mejor en las cosas que hacemos, no se trata de eso, se trata de ser, hacer y tener manteniéndonos en el espíritu, lograr el equilibrio en el vivir.
Me ocuparé del ego en este artículo sin pretender agotar todo lo que de el se pudiera decir. El ego se crea en el vivir, en el vivir inconsciente y automático, lo creamos sin darnos cuenta, esta presente en las maneras de actuar de las personas y nosotros vamos gestando en nosotros egos que van definiéndonos de manera autómata en principio, luego puede ser a exprofeso.
Estamos en el ego cuando reaccionamos ante las situaciones, cuando emocionalmente le damos luz verde al impulso instintivo de llevar el timón, cuando somos incapaces de analizar y damos respuesta automática a nuestros impulsos y deseos. Cuando sin pensar permitimos que improperios y agravios salgan de nosotros sin pensar, dañándonos y dañando a otros. En esos momentos estamos cautivos del ego, estamos cayendo en su juego. De esto podemos sanar cuando nos sentamos a elegir como reaccionar, eso nos limpia un poco, sin embargo el ego sigue permaneciendo. Aún con nuestra capacidad para analizar el ego sigue estando. Es necesario estar al acecho de nuestra mente para ayudarnos a salir del ego autómata y vigilar, observar, cuando se infiltra en nuestra mente analítica también.
Los egos pierden su fuerza mueren ante nosotros cuando ya no nos contienen más cuando somos capaces de asumir una actitud distinta frente a ellos, sin embargo existe otro enemigo que no permite al espíritu elevarse y que también origina ego en nosotros, se trata del protagonismo.
El protagonismo aparece cuando la persona tiene complejos de culpa, es susceptible, posee baja autoestima o se cree superior, cuestiona todo, cree tener la razón en todo, trata de imponer sus ideas, se ofende, no permite una opinión distinta de la suya, se vuelve hipócrita, llega a ser depresiva, puede estar eufórica, o introvertida. Podemos observar al ego en minusvalía pero también en supervalía y en ambos casos igual opera, generándonos tarde o temprano, malestar e incomodidades en la existencia.
El ego también genera dramas de control, buscando (para dominar) crear complejos de culpa en los demás mediante roles de víctima. Y hay muchos más estados de protagonismo o roles que puede desempeñar una misma persona, generando drama y mas drama y con ello sufrimiento. El ego nos hace crear juegos de poder en nuestras interacciones con el objeto de manipular, juegos donde nadie gana y todos pierden, en estos juegos tenemos siempre a un víctima, un salvador y un perseguidor, todos ellos en los egos respectivos.
Dos personas han estado viviendo en nosotros durante toda nuestra existencia. Una es el ego: charlatana, exigente, histérica, calculadora; la otra es el ser espiritual oculto, cuya queda y sabia voz hemos oído y atendido sólo en raras ocasiones".
Pareciera que nuestra existencia esta signada por una lucha contra el ego, pero lo que yo creo más bien es que mientras más nos observamos en todos los sentidos y más nos “damos cuenta de”, más dueños somos de nosotros mismos y por ende más libres, más felices y más amorosos podemos ser y esto lo logramos cuando dejamos de estar contenidos en un ego que nos controla por estar dormidos ante el. Por lo tanto es una lucha necesaria además de que su propósito es realmente hermoso: nuestra trascendencia y evolución como seres humanos espirituales.
Los invito pues a mirarse, a urgar a reflexionar sobre ustedes mismos, la tarea es nuestra nadie puede hacerlo por nosotros, solo nosotros en esa conquista por nuestro ser, por nuestra esencia.
jueves, 20 de mayo de 2010
¿Nos contienen los temas o nosotros a ellos?…
Esta es una frase que escuche una vez de una amiga, formadora, maestra, guía a quien yo admiro muchísimo por la calidad de persona que ella es… y por una cantidad de lecciones de vida que me da cada vez, cuando nos encontramos… ella es una de esas personas que tiene el don de ponerlo a uno a reflexionar y a confrontarse, y que de alguna manera logra que uno pueda mirar aquello que uno necesita cambiar, transformar, trascender…
Ella decía en una de sus conferencias una vez ¿Nos contienen los temas de la vida a nosotros o nosotros contenemos a los temas de la vida?.... yo que en ese momento me encontraba en uno de esos trances en los que, en el vivir nos corresponde vivir me hizo mucho sentido y esto quiero compartirlo hoy con ustedes porque creo es uno de esos temas importantes para los seres humanos en proceso de evolución.
Nacemos, crecemos, nos desarrollamos y como seres humanos vamos adquiriendo en el camino las nociones, los conceptos, las maneras, las tradiciones, los hábitos, que constituirán los paradigmas que permearán nuestro accionar, esos que serán nuestros patrones de comportamiento y que nos volverán seres conservadores o liberales, abiertos o cerrados, rigurosos o flexibles, y que quizás en algunos dominios particulares del actuar seamos más o seamos menos dependiendo de nuestra formación, crianza y experiencia.
Vamos avanzando en la vida incorporando los valores que para la familia han sido importantes o al menos los que la familia ha puesto más en práctica; luego las pautas y convencionalismos sociales, las tradiciones culturales, y un sinfín de normas, reglas, y pautas que van apareciendo en los distintos contextos donde nos desenvolvemos, todo esto va permeando nuestros pensamientos y terminan siendo los juicios o criterios que tenemos de las cosas.En este sentido los Juicios nos contienen a nosotros, los hemos tomado, nos los han inculcado de alguna manera, no los hemos elegido. Ellos son parte nuestra y operamos en ellos de manera inconsciente y automática en el vivir.
Cuando estamos maduros, nos vamos dando cuenta, que las cosas pueden ser de varias maneras y que cada punto de vista es la vista de un solo punto, como dice una frase Leonardo Boff, a esa altura de la vida en algunos casos, ya hemos caído en cuenta que podemos elegir tener conceptos diferentes, distintos, sobre todo cuando asumimos que podemos tener puntos de vista que nos hagan más felices y que nos generen bienestar. En este sentido elegimos operar bajo nuestros propios puntos de vista, bajo los juicios en los que se nos hace la vida más cómoda y placentera, con los juicios que nos generan bienestar. Mi pregunta llegada a este punto es ¿Ustedes contienen a sus juicios o son los juicios los que los contienen a ustedes? ¿Son sus juicios sobre las cosas propios o son adoptados? ¿Se rigen por las pautas familiares, grupales, sociales, o por las suyas? Muchos son los cuentos que hay respecto a paradigmas y maneras de hacer que adoptamos sin darnos cuenta y que repetimos sin el mayor grado de intervención de nuestra conciencia. Esos forman parte de los juicios que nos contienen a nosotros y no nosotros a ellos. La pregunta es ¿Nos generan bienestar o malestar? ¿Vivimos bien con ellos o no?
En este mismo orden de ideas, cuando estamos maduros podemos darnos cuenta también, en algunos casos, si somos capaces de generar estados emocionales capacitantes o si somos víctima de estados emocionales limitantes y viceversa. Este aspecto, aunque, un poco más complejo también es importante para nuestra evolución y desarrollo personal. En este sentido es primordial señalar que las emociones nos ocurren, todas las emociones son reactivas, estamos arrojados al emocionar es verdad, sin embargo es importante saber que aunque no podemos impedir ni elegir que nos ocurran, si podemos elegir como vivirlas una vez que ellas aparecen, es aquí donde nosotros tenemos la oportunidad de desarrollar nuestra inteligencia emocional sin inhibirlas, fluirlas en el vivir, transformándolas unas en otras, las limitantes en capacitantes, dejándolas aparecer sacando provecho de lo que nos proveen. Hasta aquí mis preguntas son entonces: ¿Nos contienen las emociones? ¿Somos víctimas de ellas? ¿Somos reactivos? ¿Nos dejamos llevar por lo que ellas nos dictan en lo que aparecen? O mas bien ¿Contenemos nosotros a las emociones? ¿Las dejamos estar aprovechando lo que nos dicen para luego al integrarlas con el pensar, actuar más inteligentemente? ¿Cómo hemos estado siendo? ¿Somos producto de un emocionar visceral o volitivo? ¿Qué cosas han sido posibles para nosotros desde una u otra manera de emocionarnos?
Nosotros pasamos por distintas situaciones en el vivir, esas situaciones constituyen los temas de la vida, en esos temas están implícitos siempre nuestro pensar con toda su carga paradigmática, todos sus juicios y también el sentir, nuestras emociones esas que aparecen en cada situación en cada tema del vivir, es imposible no emocionarnos… ahora bien, ¿ esas situaciones nos contienen, nos dejamos llevar por ellas, dejamos que el emocionar nos arrastre siendo víctimas o integramos al pensamiento y generamos bienestar en cada situación?. Este tema no concluye aún, necesario es saber ahora, cómo se integra al pensamiento en el emocionar para generar bienestar.
Ella decía en una de sus conferencias una vez ¿Nos contienen los temas de la vida a nosotros o nosotros contenemos a los temas de la vida?.... yo que en ese momento me encontraba en uno de esos trances en los que, en el vivir nos corresponde vivir me hizo mucho sentido y esto quiero compartirlo hoy con ustedes porque creo es uno de esos temas importantes para los seres humanos en proceso de evolución.
Nacemos, crecemos, nos desarrollamos y como seres humanos vamos adquiriendo en el camino las nociones, los conceptos, las maneras, las tradiciones, los hábitos, que constituirán los paradigmas que permearán nuestro accionar, esos que serán nuestros patrones de comportamiento y que nos volverán seres conservadores o liberales, abiertos o cerrados, rigurosos o flexibles, y que quizás en algunos dominios particulares del actuar seamos más o seamos menos dependiendo de nuestra formación, crianza y experiencia.
Vamos avanzando en la vida incorporando los valores que para la familia han sido importantes o al menos los que la familia ha puesto más en práctica; luego las pautas y convencionalismos sociales, las tradiciones culturales, y un sinfín de normas, reglas, y pautas que van apareciendo en los distintos contextos donde nos desenvolvemos, todo esto va permeando nuestros pensamientos y terminan siendo los juicios o criterios que tenemos de las cosas.En este sentido los Juicios nos contienen a nosotros, los hemos tomado, nos los han inculcado de alguna manera, no los hemos elegido. Ellos son parte nuestra y operamos en ellos de manera inconsciente y automática en el vivir.
Cuando estamos maduros, nos vamos dando cuenta, que las cosas pueden ser de varias maneras y que cada punto de vista es la vista de un solo punto, como dice una frase Leonardo Boff, a esa altura de la vida en algunos casos, ya hemos caído en cuenta que podemos elegir tener conceptos diferentes, distintos, sobre todo cuando asumimos que podemos tener puntos de vista que nos hagan más felices y que nos generen bienestar. En este sentido elegimos operar bajo nuestros propios puntos de vista, bajo los juicios en los que se nos hace la vida más cómoda y placentera, con los juicios que nos generan bienestar. Mi pregunta llegada a este punto es ¿Ustedes contienen a sus juicios o son los juicios los que los contienen a ustedes? ¿Son sus juicios sobre las cosas propios o son adoptados? ¿Se rigen por las pautas familiares, grupales, sociales, o por las suyas? Muchos son los cuentos que hay respecto a paradigmas y maneras de hacer que adoptamos sin darnos cuenta y que repetimos sin el mayor grado de intervención de nuestra conciencia. Esos forman parte de los juicios que nos contienen a nosotros y no nosotros a ellos. La pregunta es ¿Nos generan bienestar o malestar? ¿Vivimos bien con ellos o no?
En este mismo orden de ideas, cuando estamos maduros podemos darnos cuenta también, en algunos casos, si somos capaces de generar estados emocionales capacitantes o si somos víctima de estados emocionales limitantes y viceversa. Este aspecto, aunque, un poco más complejo también es importante para nuestra evolución y desarrollo personal. En este sentido es primordial señalar que las emociones nos ocurren, todas las emociones son reactivas, estamos arrojados al emocionar es verdad, sin embargo es importante saber que aunque no podemos impedir ni elegir que nos ocurran, si podemos elegir como vivirlas una vez que ellas aparecen, es aquí donde nosotros tenemos la oportunidad de desarrollar nuestra inteligencia emocional sin inhibirlas, fluirlas en el vivir, transformándolas unas en otras, las limitantes en capacitantes, dejándolas aparecer sacando provecho de lo que nos proveen. Hasta aquí mis preguntas son entonces: ¿Nos contienen las emociones? ¿Somos víctimas de ellas? ¿Somos reactivos? ¿Nos dejamos llevar por lo que ellas nos dictan en lo que aparecen? O mas bien ¿Contenemos nosotros a las emociones? ¿Las dejamos estar aprovechando lo que nos dicen para luego al integrarlas con el pensar, actuar más inteligentemente? ¿Cómo hemos estado siendo? ¿Somos producto de un emocionar visceral o volitivo? ¿Qué cosas han sido posibles para nosotros desde una u otra manera de emocionarnos?
Nosotros pasamos por distintas situaciones en el vivir, esas situaciones constituyen los temas de la vida, en esos temas están implícitos siempre nuestro pensar con toda su carga paradigmática, todos sus juicios y también el sentir, nuestras emociones esas que aparecen en cada situación en cada tema del vivir, es imposible no emocionarnos… ahora bien, ¿ esas situaciones nos contienen, nos dejamos llevar por ellas, dejamos que el emocionar nos arrastre siendo víctimas o integramos al pensamiento y generamos bienestar en cada situación?. Este tema no concluye aún, necesario es saber ahora, cómo se integra al pensamiento en el emocionar para generar bienestar.
lunes, 3 de mayo de 2010
Una mirada sobre la vida y el cómo nos constituimos en el vivir!
Como testigo y protagonista del vivir propio y de los seres humanos con los que he tenido el placer de andar caminos, quisiera hoy compartirles una mirada reflexiva pero no excluyente de otras miradas, sobre el cómo es que nos vivimos la vida y nos constituimos en ella. Andamos por esos caminos pensando a veces que la vida es una tómbola, un premio, suerte, tantas cosas, y de esa manera es probable que no nos demos cuenta de que la forma en la que nos constituimos como seres humanos así es pues la forma en la que nos vivimos la vida, en este sentido la vida no es la que nos hace a nosotros, somos nosotros los que la hacemos a ella…
La vida nos la podemos vivir desde nuestra propia constitución como seres humanos, somos generadores de la vida que llevamos, ella es una consecuencia de la forma como nosotros somos. La forma en la que nos constituimos en consecuencia revela la vida que llevamos. Somos absolutamente responsables de lo que aparece en nuestro vivir.
Ahora la gran pregunta que podemos hacernos a este respecto es: ¿cómo es que he sido hasta ahora que mi vivir esta siendo cómo es ahora? Esta interrogante pudiera resultar muy amplia o general y dificil para darle una respuesta única, pero si la acotamos a dominios particulares como el de las relaciones, sean estas de cualquier tipo, de amistad, de trabajo, de pareja; al dominio de trabajo, sea este independiente o no; al de los estudios de cualquier tipo; al dominio del negocio, sea este en cualquier área; al de la salud, en los proyectos; puede resultar muy poderoso lo que podemos encontrar. Asi por ejemplo podemos preguntarnos ¿Cómo es que he estado siendo en mi relación que tengo el vivir que tengo en ella o el resultado que tengo de ellas? ¿Cómo he estado siendo en mis relaciones que atraigo para mí la gente que atraigo? ¿Cómo es que he estado siendo que tengo el trabajo que tengo? ¿Cómo es que he estado siendo que mi negocio va como va? ¿Cómo es qué he estado siendo que tengo la salud que tengo? ¿Cómo es que he estado siendo que tengo los resultados del vivir que tengo?
La forma como nos constituimos como seres humanos nos da las respuestas, así, a mi me gustaría compartirles una perspectiva diferente de cómo se explica esto, en este sentido el Dr. Humberto Maturana refiere dos dominios explicativos en los cuales el ser humano puede constituirse. Ambos dominios surgen del darnos cuenta, al reflexionar acerca de nosotros mismos como observadores de nosotros mismos y de nuestra vivencia. Desde esta perspectiva, la cual comparto ampliamente, se pueden distinguir dos tipos de personas.
Existen personas que piensan que las cosas son, que la realidad es una sola, que la validez de lo que decimos esta sujeta a la realidad y que es esta la responsable de nuestros aciertos y equivocaciones, además se piensa que existe una verdad ; pues bien, en este sentido debo referirles que las cosas no son absolutas, inmutables y permanentes, estas no pueden serlo, somos seres en continuo devenir, estamos cambiando y transformándonos todo el tiempo, así mismo nuestro contexto, en este sentido las cosas “están siendo” no “son”; por otro lado la realidad no puede ser una sola en tanto que esta es percibida y construida por cada uno de nosotros de acuerdo a nuestros filtros para procesarla, en este sentido existen realidades, es decir un multiverso de cosas, hechos, fenómenos, conceptos, nociones, procesos, metodologías observadas por nosotros, en tanto la realidad para cada uno es diferente. Entonces si la realidad es diferente para cada uno vale preguntarse ¿cual será el canon para decir que algo es o no errado? ¿Cuál es el canon para decir que mejor es una cosa que otra? Y en cuanto a la verdad ¿Quién la podrá tener si lo que tenemos es distintas maneras de observar? Y en este sentido ¿Cuál es el canon para decir cuando una cosa es verdadera o falsa?
A veces nos vivimos la vida argumentando razones para mantener puntos de vista que nos vuelven inflexibles, puntos de vista que revelan de nosotros el querer tener siempre la razón, que revelan nuestra falta de aceptación de otros puntos de vista, nuestra competencia o incompetencia frente a los talentos de los demás, nuestra falta de humildad, nuestra envidia y egoismo, puntos de vista que nos vuelven seres irrespetuosos de la otredad.
Así como manejamos a la realidad vivimos diciendo que las cosas son objetivas, o que estas deben serlo; y desde la perspectiva que les presento, la objetividad que parte de que existe una realidad índependiente a nosotros y de nuestra percepción no es posible según les argumente previamente. En este dominio no hay verdad absoluta ni verdad relativa sino muchas verdades diferentes en muchos dominios distintos. Decir que somos objetivos en algún dominio del vivir nos coloca en la posición de negar la percepción de otros, el punto de vista de otros y en este sentido no estamos aceptándolo, estamos siendo profundamente irrespetuosos al negar lo que es auténtico y legítimo del otro.
Sé de las inquietudes que este tema genera y sé también que puede ser tratado más ampliamente, de hecho están quedándo aún cosas por decir, sin embargo para lo que está escrito pienso acomete el propósito. Piensen un poco y pregúntense ahora ¿Cuándo no han estado de acuerdo con algo o con alguien por qué ha sido? ¿Qué es lo que hace que argumenten de una manera o de otra en sus relaciones, sean estas de cualquier tipo? ¿Cómo han estado siendo? Y sobre todo piensen ¿Qué resultados les ha traido eso como consecuencia en su vivir?
La vida nos la podemos vivir desde nuestra propia constitución como seres humanos, somos generadores de la vida que llevamos, ella es una consecuencia de la forma como nosotros somos. La forma en la que nos constituimos en consecuencia revela la vida que llevamos. Somos absolutamente responsables de lo que aparece en nuestro vivir.
Ahora la gran pregunta que podemos hacernos a este respecto es: ¿cómo es que he sido hasta ahora que mi vivir esta siendo cómo es ahora? Esta interrogante pudiera resultar muy amplia o general y dificil para darle una respuesta única, pero si la acotamos a dominios particulares como el de las relaciones, sean estas de cualquier tipo, de amistad, de trabajo, de pareja; al dominio de trabajo, sea este independiente o no; al de los estudios de cualquier tipo; al dominio del negocio, sea este en cualquier área; al de la salud, en los proyectos; puede resultar muy poderoso lo que podemos encontrar. Asi por ejemplo podemos preguntarnos ¿Cómo es que he estado siendo en mi relación que tengo el vivir que tengo en ella o el resultado que tengo de ellas? ¿Cómo he estado siendo en mis relaciones que atraigo para mí la gente que atraigo? ¿Cómo es que he estado siendo que tengo el trabajo que tengo? ¿Cómo es que he estado siendo que mi negocio va como va? ¿Cómo es qué he estado siendo que tengo la salud que tengo? ¿Cómo es que he estado siendo que tengo los resultados del vivir que tengo?
La forma como nos constituimos como seres humanos nos da las respuestas, así, a mi me gustaría compartirles una perspectiva diferente de cómo se explica esto, en este sentido el Dr. Humberto Maturana refiere dos dominios explicativos en los cuales el ser humano puede constituirse. Ambos dominios surgen del darnos cuenta, al reflexionar acerca de nosotros mismos como observadores de nosotros mismos y de nuestra vivencia. Desde esta perspectiva, la cual comparto ampliamente, se pueden distinguir dos tipos de personas.
Existen personas que piensan que las cosas son, que la realidad es una sola, que la validez de lo que decimos esta sujeta a la realidad y que es esta la responsable de nuestros aciertos y equivocaciones, además se piensa que existe una verdad ; pues bien, en este sentido debo referirles que las cosas no son absolutas, inmutables y permanentes, estas no pueden serlo, somos seres en continuo devenir, estamos cambiando y transformándonos todo el tiempo, así mismo nuestro contexto, en este sentido las cosas “están siendo” no “son”; por otro lado la realidad no puede ser una sola en tanto que esta es percibida y construida por cada uno de nosotros de acuerdo a nuestros filtros para procesarla, en este sentido existen realidades, es decir un multiverso de cosas, hechos, fenómenos, conceptos, nociones, procesos, metodologías observadas por nosotros, en tanto la realidad para cada uno es diferente. Entonces si la realidad es diferente para cada uno vale preguntarse ¿cual será el canon para decir que algo es o no errado? ¿Cuál es el canon para decir que mejor es una cosa que otra? Y en cuanto a la verdad ¿Quién la podrá tener si lo que tenemos es distintas maneras de observar? Y en este sentido ¿Cuál es el canon para decir cuando una cosa es verdadera o falsa?
A veces nos vivimos la vida argumentando razones para mantener puntos de vista que nos vuelven inflexibles, puntos de vista que revelan de nosotros el querer tener siempre la razón, que revelan nuestra falta de aceptación de otros puntos de vista, nuestra competencia o incompetencia frente a los talentos de los demás, nuestra falta de humildad, nuestra envidia y egoismo, puntos de vista que nos vuelven seres irrespetuosos de la otredad.
Así como manejamos a la realidad vivimos diciendo que las cosas son objetivas, o que estas deben serlo; y desde la perspectiva que les presento, la objetividad que parte de que existe una realidad índependiente a nosotros y de nuestra percepción no es posible según les argumente previamente. En este dominio no hay verdad absoluta ni verdad relativa sino muchas verdades diferentes en muchos dominios distintos. Decir que somos objetivos en algún dominio del vivir nos coloca en la posición de negar la percepción de otros, el punto de vista de otros y en este sentido no estamos aceptándolo, estamos siendo profundamente irrespetuosos al negar lo que es auténtico y legítimo del otro.
Sé de las inquietudes que este tema genera y sé también que puede ser tratado más ampliamente, de hecho están quedándo aún cosas por decir, sin embargo para lo que está escrito pienso acomete el propósito. Piensen un poco y pregúntense ahora ¿Cuándo no han estado de acuerdo con algo o con alguien por qué ha sido? ¿Qué es lo que hace que argumenten de una manera o de otra en sus relaciones, sean estas de cualquier tipo? ¿Cómo han estado siendo? Y sobre todo piensen ¿Qué resultados les ha traido eso como consecuencia en su vivir?
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