jueves, 21 de octubre de 2010

Conflicto y oportunidad…

La palabra conflicto vive entre nosotros acuñada como un término al que nos referimos generalmente desde el espacio negativo y destructivo, cuando pensamos en el, lo que nos viene a la mente es: pugna, pelea, lucha, guerra, destrucción, desolación, pérdida, competencia, oposición, polarización, rivalidad, desacuerdos… podríamos seguir diciendo más, sin embargo la idea de este artículo que hoy les entregaré, es precisamente lo contrario; más bien el cómo podemos referirnos al conflicto como una oportunidad de cambio y crecimiento, como la oportunidad para ser y hacer diferentes, como un espacio más bien constructivo y edificante.

Para comprender un poco lo que es el conflicto desde una perspectiva diferente a la que estamos habituados por fuerza de los paradigmas en los que operamos al respecto es necesario e imperativo que nos detengamos a observar ¿cómo es que nos vivimos eso? Y que reflexionemos un poco acerca de ¿Qué es lo que lo origina? ¿Quiénes son actores de conflictos? ¿Cómo nos comportamos frente al conflicto? ¿Cómo lo abordamos? ¿Qué es lo que lo hace crítico? ¿Cuál es la cultura que lo reproduce en violencia y agresión? ¿En cuáles dominios de la vida se genera? ¿Cómo es que podemos convertirlo en oportunidad? ¿En oportunidad para qué?

Bien, comencemos pues a tratarlo. Ante todo debemos saber que el conflicto es consustancial a la vida humana, es decir, es inherente a nuestra naturaleza, no podemos desprendernos de la posibilidad de que no se nos presente. Somos seres de pensamiento dual y relativo y eso ya hace que en momentos se nos generen conflictos internos con nosotros mismos al confrontarnos con nuestros propios pensamientos, acepciones y experiencias, por un lado; por otro, vivimos embuídos en una forma de abordaje de conflictos que se corresponde con un paradigma adversarial, confrontador, punitivo, de litigio que se ha legitimado a través de prácticas sociales y de comportamiento recurrentes que han hecho de nosotros seres que convivimos en violencia y agresión cada vez mayores, como que si eso fuera lo normal y natural.

Muy grave es por supuesto esto último, ya la realidad nos esta diciendo a gritos que es necesario hacernos cargo de ella, pues estamos generando mecanismo de autodestrucción, una cultura que sea sostenible en el tiempo es aquella que no atenta contra la humanidad, es un imperativo asumir la responsabilidad de la crisis social en la que nos hemos metido y salvar entre todos al mundo, a la humanidad, al planeta. Pero, ¿Por dónde comenzar? Bien lo dice la carta de Constitución de la UNESCO al respecto: “Puesto que las guerras se originan en las mentes de los hombres es en las mentes de los hombres donde deben construirse las defensas de la Paz”

En este sentido es importante señalar, que es una prioridad asumir al conflicto de una manera constructiva y no adversarial, es decir movernos de paradigmas, cambiar las formas de pensar y luego de actuar, comenzar por definirlo y entenderlo como oportunidad, salir del litigio como manera de abordarlo, paradigma caracterizado en la cultura por frases “sálvese quien pueda”, yo gano tu pierdes, yo tengo la razón y tu no, yo sé de eso y tu no sabes, y que genera emociones como: inseguridad, miedo, contrariedad, rabia, frustración y que sostenido en el tiempo nos conducirá irremediablemente a la autodestrucción de la humanidad.

También es importante que nos demos cuenta que en principio los principales conflictos que necesitamos atender, son los propios, los personales y luego los de nuestra familia. Que nos entrenemos y sensibilicemos con respecto a lo que origina nuestros propios conflictos. Aprender a convivir es importante, construir nuestras relaciones desde un espacio de aceptación, tolerancia y comprensión, basado más que en enfrentamientos donde afloran las posiciones de cada quien, en observar más los intereses y necesidades que nos mueven a actuar para luego conseguir puntos comunes posibles de encuentro y formas de ganar ganar en las que ambas partes sientan atendidas sus necesidades, es el reto.

Instalar una cultura de paz, una cultura de resolución y abordaje de conflictos diferente exige de nosotros cambio de actitudes frente a nuestros problemas con la otredad. Sea esta una relación de pareja, hombre mujer; Padres, Mamá , papá e hijos; Jefe y colaboradores; amigos, ciudadanos.

No hay camino para la paz, la paz es el camino,
como decía Gandhi, construyamos ese camino, hagamos de nuestra convivencia en todos los niveles, una convivencia pacífica, aprendamos a vivir juntos en armonía, convivir es construir nuestras relaciones en todos los dominios desde la perspectiva de manejar constructivamente nuestros conflictos con nosotros mismos y con el otro.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Vicios y Virtudes

Esta vez les entregaré a ustedes un artículo que me gustó mucho y que compartí con algunos amigos en el facebook en una oportunidad, este artículo me hace pensar entre muchas otras cosas aquello que tiene que ver con la aceptación, el equilibrio, la dualidad y el cómo es que a veces nos perdemos de algunos espacios importantes del vivir por quedarnos atrapados en vicios y excesos que no son otra cosa que la negación de los demás o una exageración que nos limita el vivir con más liviandad y tranquilidad.

Vicios y Virtudes fue Publicado el 14 de Diciembre, 2009 por Prodavinci renoir por Héctor Abad Faciolince, fue un artículo que recibí de unas amigas de la Universidad y dice el autor:

He comprobado a lo largo de la vida que si uno persigue pulir sus virtudes con un celo excesivo, puede volverse un moralista insoportable. Y lo mismo al contrario: hay que tener cuidado de no combatir con demasiado ahínco los propios defectos, porque éstos tienen su gracia escondida. Uno es mal juez de sí mismo, pero pensemos en esto: nuestros amigos más queridos, sin los defectos que les son característicos, perderían la mitad de su encanto. ¿Qué queda de Juan sin su loca hipocondría, de Pepa sin sus celos, de Carlos sin su vanidad? Un bulto amorfo y vacío. Lo que somos, lo somos también, y en buena medida, por nuestros defectos. El que tenga un defecto, que lo cuide. He conocido personas que, de tanto vapulear su vanidad, se quedan sin amor propio. Mujeres que por domar su gula con demasiado esfuerzo han terminado anoréxicas, y otras que a fuerza de vigilar su concupiscencia se volvieron frígidas. Conozco también avaros que por temor de serlo llegaron a ser manirrotos y todo lo perdieron. Es más:avaros y manirrotos no son otra cosa que manirrotos y avaros en potencia.

Todo aquello que la moral de las virtudes persigue y el terrorismo de los defectos abomina, puede ser visto de distinta manera. La tendencia de alguien a ser lento e inactivo no es necesariamente pereza y abulia: puede verse como la actitud de alguien que no está interesado en la desenfrenada competencia del mundo y prefiere marginarse y sumirse en una inoperante paz espiritual. La misma a la que llegan ciertos santones a quienes mucho se admira porque parecen meditabundos, y en realidad dormitan.

De tanto querer ser sabios, algunos eruditos se vuelven pedantes,pedorros de citas, siempre en esa insufrible actitud docente en la que creen que todo conocido, amigo o amante no es otra cosa que un alumno. De tanto perseguir la indudable virtud del conocimiento, hay sabihondos que se vuelven insufribles. Y lo mismo se puede decir de la verdad: los que exageran con ella, los héroes de la sinceridad, son una amenaza para la convivencia pacífica.

El orden y la limpieza son saludables, sin duda, pero quién no conoce enfermos de orden y maniáticos de la higiene que convierten en un calvario la vida cotidiana. Yo siempre he sospechado que los que mucho se lavan no son otra cosa que sucios intrínsecos que añoran con denuedo una limpieza que nunca alcanzarán. Sospecho de los puros, de los limpios, de los que hacen alarde permanente de su apego a la moral y a la verdad. Ahí mismo pienso en lo contrario. No hay que exagerar,pero prefiero un toque de olor en la axila al inodoro sobaco de un maniquí viviente.

El perfeccionismo puede ser un defecto grave. No hace mucho los ingenieros de ferrocarriles japoneses hallaron una estadística preocupante: sus trenes se descarrilaban más que los trenes europeos,sin motivo aparente. Al fin hallaron la respuesta en la excesiva precisión de su cultura: los durmientes estaban puestos a una distancia precisa, al milímetro, y lo mismo los espacios que se dejan entre los rieles para efectos de dilatación. Pues bien, estas distancias perfectas producían al pasar de los trenes una especie de resonancia que hacía que todo el hierro vibrara al unísono, hasta salirse de su sitio. Ya lo ven, no hay que renunciar a todas las imperfecciones ni a todos los defectos. Nos ayudan.

La perfección, dijo alguien, es una tentación luciferina. Conozco muchos escritores que no escriben, atormentados por la incapacidad de soportar el peso de sus defectos. Lo primero que hay que aprender a soportar cuando se escribe, cuando se emprende cualquier actividad artística, es el destino inevitable de la imperfección. Eso es lo humano y así nos crearon los dioses que no existen: tan imperfectos como ellos. A imagen y semejanza de lo posible. Los padres o profesores que persiguen hijos y alumnos perfectos, producen monstruos. Hay que tener el valor de convivir con los defectos propios, y con los ajenos. Y también el valor de no buscar ser, a toda costa, un dechado de virtudes que, a la larga, es más bien un duchazo de antipatía.

Fuente: El Espectador

miércoles, 8 de septiembre de 2010

La inteligencia emocional y la propuesta del secreto

Las emociones nos ocurren, estamos arrojados al emocionar… la percepción de los acontecimientos las gatillan, ellas son reactivas, es imposible no emocionarnos frente a las circunstancias del vivir… si vivirnos sanamente las emociones significa no negarlas, no reprimirlas, legitimarlas, darle el mismo estatus de importancia que tiene el pensar ¿Cómo podemos explicar el planteamiento de mantenernos solo en las positivas como nos dice la película “El secreto”? y ¿Qué hacemos entonces con aquellas emociones que no son tan positivas? pregunta interesante me haría un participante en uno de mis talleres experienciales. De esto quiero hablarles hoy en este artículo, pues esta duda lleva a muchas personas a pensar que la propuesta es negar o reprimir aquellas emociones que pudieran en un momento determinado limitarnos para algunas cosas y esto definitivamente, no es lo más recomendable, porque en el vivir es seguro que las vamos a experimentar.

Importante tener presente que frente a lo que nos ocurre van a aparecer siempre las emociones, siempre hemos de estar en alguna de ellas y frente a lo que sucede vamos fluyendo de una a otra como por un degrade de colores intensos y suaves o viceversa, pues somos seres humanos emocionales. Significativo es también saber que, lo importante no es la emoción que nos surge en el momento, sino más bien, lo que podemos hacer luego con ella, es decir, no darle importancia a lo que sucede, sino más bien a lo que podemos hacer con ello después, he allí el desarrollo de la inteligencia emocional.

Distinguir que somos emocionales implica aceptar todas las emociones por las que podemos fluctuar en nuestro vivir, nosotros somos dueños de nuestro sentir, creamos con ello un mundo de posibilidades que también podemos restringir. El cómo escogemos vivir las emociones es definitivamente el gran objetivo, es definitivamente aplicar que, aquello que sucede y nos genera el sentir que nos genera, es solo una parte del asunto y del cual solo nosotros tenemos la potestad de cambiar, de vivirlo diferente. Tener conciencia de ello nos hace volver la mirada sobre cómo es qué tenemos que vivir emocionalmente para crecer sanos, exitosos, amorosos, libres de ataduras o patrones emocionales que nos restringen, equilibrados y felices.

Ahora bien, la película “El secreto” nos plantea que somos seres vibratorios en un entorno vibratorio, por un lado; por otro nos dice que «Todo lo que se asemeja se atrae». Así mismo expresa: “Aquello a lo que prestas atención hace que emitas una vibración, y las vibraciones que ofreces equivalen a lo que pides, lo cual equivale a tu punto de atracción. ..si prestas atención a lo que sientes, te será fácil averiguar si diriges tu atención a tu deseo o a la ausencia de él. Cuando tus pensamientos coinciden a nivel vibratorio con tu deseo te sientes bien, la gama de tus emociones pasa de la satisfacción a la expectativa, al anhelo, a la alegría. Pero si prestas atención a la falta, o la ausencia, de lo deseado, tu gama de emociones pasa del sentimiento de pesimismo a la preocupación, al desánimo, a la ira, a la inseguridad y a la depresión”.

De lo que se trata entonces es, no de negar y reprimir las emociones, sino de fluctuar en ellas, de no quedarnos mucho tiempo en aquellas que pudieran limitarnos o enfermarnos, aprovecharlas para conocernos, averiguar que nos dicen, que pueden revelarnos y salir de ellas crecidos y fortalecidos, nuestras emociones son necesarias para la vida, para el logro de nuestros objetivos y para llegar a cumplir nuestra misión de vida, a desarrollarnos plenamente para estar bien, ser grandes y ganar el amor, a lo que vinimos definitivamente a nuestra trascendencia y evolución.

domingo, 29 de agosto de 2010

¿CÓMO SABEMOS SI VAMOS EN VÍA A LA SUPERACIÓN O AL DESARROLLO PERSONAL?…


Nosotros somos seres humanos con un potencial realmente muy amplio para ser y para hacer en nuestra vida alguien extraordinario, alguien con una vida plena y también extraordinaria. Somos seres dotados con una capacidad biológica, psicológica y social única, capacidad que nos permite adaptarnos de una manera inteligente al contexto en el cual nos desempeñamos. A propósito del desarrollo de nuestro potencial, alguien que una vez escucho lo que hablaba acerca del desarrollo y la superación como seres humanos me preguntó qué diferencia había entre superación personal y desarrollo personal... al respecto hoy quiero escribirles, pues ciertamente existen notables diferencias entre estas dos situaciones. ¿Nos superamos o nos desarrollamos? O ¿hacemos ambas cosas? ¿Cuál es el punto de coincidencia? Ahora les diré.

Cuando una persona se encuentra en el dominio básico de sus capacidades potenciales, es decir, no posee dificultad alguna para enfrentar tareas que perfilan mejor sus habilidades, cuando cuenta con el grado normal de competencia para optimizar su desempeño y lograr con ello sus metas y objetivos, podemos estar hablando de desarrollo personal. Así, una persona con la capacidad fluida y disposición actitudinal y aptitudinal para hacer cálculos matemáticos podrá desarrollar carrera en ese contexto, podrá ser contador, economista, estadístico, ingeniero, etc. Igualmente sucede con una persona que teniendo dinero, en poco tiempo logre multiplicar sus riquezas aplicando sus nociones sobre finanzas y estrategias de administración, lo mismo sucede con otra que siendo sociable logre ensamblar una red de innumerables amigos o fuentes para un trabajo y así con otra que teniendo alta capacidad conciliadora pueda mediar conflictos utilizando estrategias para ese fin y con muchas otras que teniendo el perfil para hablar, nadar, correr, jugar tenis, alcancen las mejores marcas en su dominio de competencia debido a que perfeccionaron, complementaron o potenciaron sus habilidades… estas personas sin duda estarán alcanzando niveles de desarrollo personal, ese en el cual una persona pasa de ser una persona con grado normal de competencia a ser uno de los mejores y más competentes en determinadas áreas.

Ahora cuando una persona más bien esta afectada por algo que le impide el logro de sus metas y objetivos podemos decir que comienza en desventaja o quizá en desavenencia total, con malos hábitos, traumas psicológicos, egos, miedos profundos, fobias o circunstancias graves que le llaman a hacer algo antes de enrumbarse a hacer aquello que implica potenciar su habilidad, pues no podrá por sus dificultades o limitaciones. La superación personal consiste en “superar este algo antes de”. En la superación personal la exigencia es mayor, pues se requiere hacer más, así por ejemplo un hombre endeudado, que adquiere responsabilidad de su vida, requiere eliminar sus malos hábitos para saldar sus deudas y conseguir estabilidad financiera para salir adelante con sus responsabilidades. Así mismo una mujer competitiva con los hombres que pretenda relacionarse mejor y más efectivamente con el sexo opuesto, deberá vencer su impulsividad a competir con ellos y en lugar de eso permitir que estos tengan el espacio que les correspondes sin su intervención. Igualmente un muchacho con una profunda soledad interna, desaseado y tímido que busque información sobre “como conquistar a una chica” no podrá tener éxito en su tarea si no trata primero su timidez, su falta de limpieza y hacer algo en contra de su profundo sentimiento de soledad.

Ahora podríamos preguntarnos ¿dónde concilian ambas situaciones, la superación y el desarrollo personal? ¿Existe algún punto de coincidencia entre ambas? ¿Es necesario que se dé una para que aparezca otra o no necesariamente? Obviamente puedes pasar de la superación personal al desarrollo personal, el hombre que supero las deudas y se deshizo de sus malos hábitos financieros paso por la etapa de la superación personal pero luego cuando obtuvo estabilidad financiera puede multiplicar su riqueza, en este momento ya estaría entrando en el desarrollo personal. El camino de la superación personal es la puerta para empezar a recorrer el camino del desarrollo personal.

En el camino de la superación personal mas que metas y objetivos pueden haber traumas, miedos profundos, graves creencias limitantes, malos hábitos o desórdenes profundos, las personas que vencen el alcohol, la anorexia, enfrentan el maltrato, vencen hábitos destructivos, las drogas o la discriminación son ejemplos de Superación Personal, mientras que personas que tenían una vida ordinaria y lograron después una vida extraordinaria son ejemplos de Desarrollo Personal.

Bien, distingamos entonces cuáles son las cosas que en nuestra vida constituyen algo a superar y propongámonos responsablemente a asumirlas para superarlas y colocarnos en el camino franco y abierto para desarrollar todo nuestro potencial, obtener nuestro desarrollo personal. Observémonos en los diferentes dominios del vivir y optimicemos los que requieran ser optimizados potenciando nuestras habilidades y superemos las cosas pendientes en aquellos que lo requieran para luego optimizar nuestras habilidades potenciales en el.

domingo, 15 de agosto de 2010

Hemos aprendido algo únicamente, cuando hemos hecho cuerpo lo aprendido!!!


Hemos aprendido realmente algo cuando nuestro cuerpo responde sin dificultad ante aquello que se constituía en algo que no sabíamos hacer. ¿Hacer cuerpo lo aprendido? ¿Cómo es eso? ¿Y cómo es que únicamente podemos decir que hemos aprendido cuándo se ha hecho cuerpo aquello que queríamos aprender? Bien, así es, de esto quiero hablarles en este artículo hoy…

Cada vez que nosotros iniciamos una nueva tarea en cualquier dominio que esta sea, iniciamos un entrenamiento para desarrollar habilidad, enfrentamos un trabajo nuevo, iniciamos una nueva relación, contraemos matrimonio, traemos un hijo, adquirimos una nueva casa, alcanzamos un grado profesional diferente, enfrentamos un ciclo nuevo, salimos de nuestro espacio de confort y comodidad, donde todo nos era familiar y conocido para entrar en espacios inexplorados, incómodos y de incertidumbre… y aunque los estados citados fuesen deseables, representan para nosotros el inicio de prácticas nuevas donde las exigencias son otras, donde el ensayo y el error es lo más posible…

Nuestro cuerpo nos acompaña en todo momento y es el quien nos advierte que estamos fuera de lo conocido, lo controlado y lo cómodo… es en este instante cuando caemos en cuenta que la circunstancia a la que estamos sometidos refleja en nuestro cuerpo niveles emocionales diferentes, quizás alterados, reprimidos, en estrés, según sea la situación y la persona. Cuando sentimos nuestra incompetencia o poca competencia frente a las exigencias del contexto, el primero que reacciona es nuestro cuerpo. El se repliega, se contrae o pudiera también expandirse en un mecanismo de defensa frente a lo desconocido. Es en este instante cuando podemos distinguir que no sabemos algo ante lo que se nos esta pidiendo que respondamos.

No saber, puede ser un acto consciente o inconsciente, muchas cosas no sabemos que no las sabemos hasta que aparecen; sin embargo hay otras que si sabemos que no las sabemos… Ahora bien, una vez que tomamos la responsabilidad y tomamos la iniciativa de aprender aquello que nos importa, nos gusta, nos interesa, nos apasiona, es entonces cuando tomamos las acciones e iniciamos el camino del aprendizaje. En ese instante nuestro cuerpo inicia un conjunto de acciones recurrentes necesarias para desarrollar habilidad, ganar competencia, forjar hábito, si no se hiciera de esta manera; sería inútil, pues aprender implica improntar en la memoria aquello que requerimos para responder ante las exigencias del contexto; es decir, si no repetimos las lecciones, las acciones, de nada servirá, no las aprenderemos el cuerpo no las fijará!.

Hacer cuerpo el aprendizaje es entonces lograr que éste responda sin esfuerzo, con rapidez, de manera automática ante aquello que exige nuestra competencia, sea esto una manera de pensar diferente, una forma diferente de decir las cosas, una nueva manera de sentir, o de hacer las cosas; se dice que llegado a este punto, nuestra zona de confort se redimensiona, se vuelve cómoda, hemos incorporado un aprendizaje nuevo, ya lo hemos hecho cuerpo dado que este responde de manera inconsciente y automática por lo tanto aquello que era objeto de aprender ya esta dominado, pertenece ahora a lo conocido.

Así que, cuando estas aprendiendo a ser o a hacer diferente, no dudes en que para ello es necesario que tu cuerpo te acompañe, porque finalmente es el quien te contiene y es el que a fin de cuentas te hará saber si realmente has aprendido o no algo… por lo tanto sabemos que hemos aprendido algo cuando hemos hecho cuerpo lo aprendido!

jueves, 15 de julio de 2010

Integrar nos permite vivir mejor…

Mucho he escuchado hablar acerca de la integración, de integrar, de integralidad… en este paseo que es la experiencia de vida… mucho se nos dice insistentemente que somos seres humanos integrales, es decir; que no solo somos seres intelectuales o emocionales o biológicos, o sexuales, o psicológicos o sociales o políticos de manera aislada, somos “integrales”; de la misma manera se nos hace énfasis en que debemos integrar o integrarnos en cuerpo, mente, emoción y espíritu y no andar por allí desalineados actuando generalmente, solo desde la emoción, o desde la mente, dejando al cuerpo actuar mecánicamente, entregado a las reacciones automáticas a las que los patrones lo han constituido. De este último aspecto les hablaré esta vez. Debo decirles que todo este cuento intelectual es algo complejo de comprender hasta que en la experiencia nos toca descubrirlo o vivirlo…

No sé cuando comienza a hacerse posible, eso de la integralidad, la integración o el integrar, pienso que entrada la madurez; sin embargo es importante dejar claro que algunas personas, dada su historia de vida estarán más o menos integradas que otras, y en edades diferentes; y lo lograran también en etapas de vida distintas; por otro lado lo que si se, es que se requiere de la experiencia para poder en ella integrar o integrarnos y alcanzar integralidad.

Desde la mente podemos comprender muchas cosas, tenemos en ella el asiento de la razón y la intuición, herramientas estas, son responsables del conocimiento que podemos generar y que son indispensables para generar sabiduría… pero sucede que a veces en algunos dominios del vivir nos quedamos solo en ellas, solo en el pensar que ocurre en nuestra mente, en los paradigmas que nos ponen limites y que a veces nos hacen rígidos e inflexibles; acallando, aplacando, inmolando, sacrificando, el mundo del emocionar, ese mundo al cual todos pertenecemos y en el cual estamos sin duda, contenidos. También sucede al contrario, es decir, a veces andamos más entregados en algunos dominios del vivir más a la emoción y dejamos que ella nos envuelva y cause estragos en nosotros, incapaces de pensar solo nos vivimos la emoción y el momento, pudiendo perder con ello algunas cosas importantes de nuestra vida… Llegada a este punto me pregunto ¿Pero, por qué es importante integrar cuerpo, mente, emoción y espíritu? Desde este espacio recuerdo dos cosas que a mi me han ayudado a comprender esto para luego hacerlo. Cosa que debo adelantarles me ha hecho, entre otras, sentirme muy feliz y tranquila. La vida se hace diferente cuando podemos integrar.

Ahora bien, y ¿Qué hay con el cuerpo en todo esto? Pues bien, el cuerpo acompaña a la emoción y al pensamiento albergado en la mente, el será el reflejo que estos dos dominios establezcan, actuará de acuerdo a la forma en que el pensar y el sentir o emocionar dictaminen, el se configurará bajo estas pautas que con el tiempo y la recurrencia, el pensar y el sentir nos vayan imponiendo. Tres grandes dominios: cuerpo, emoción y mente que articulados en nosotros de manera integral pueden producirnos bien vivir… ¿Qué sucede cuando no estamos integrados? Puedo decirles que nuestra mente genera pensamientos, juicios maestros, paradigmas que pueden a bien ayudarnos, capacitarnos o todo lo contrario, limitarnos, incapacitarnos, anularnos; generando con ello sufrimiento y drama en nuestro vivir. Así mismo, Osho dice que una fuente de dolor y sufrimiento es no poder integrar nuestras emociones con nuestros pensamientos y viceversa, en ese esfuerzo por alcanzar el equilibrio en nuestra vida. Trascendente en todo esto considero, es saber que los pensamientos generan sentimientos, los sentimientos generan acciones y las acciones generan resultados. Así, si queremos ver resultados diferentes, debemos entonces hacer cosas diferentes, para sentir cosas diferentes y lograr pensar diferente… pero todo ello de manera integrada y no separada…esto es la clave para el cambio, la integración.

Pero ¿Cómo es qué podemos integrar? Bien aquí voy con lo más significativo del asunto…integramos cuando no nos abandonamos solo a sentir, o a pensar separadamente, lo logramos cuando somos capaces de detenernos a observar cómo es nuestro sentir y nuestro pensar y tratamos de experimentar en el cuerpo que nos genera, una cosa y la otra… el cuerpo nos revela si se siente cómodo sintiendo lo que siente o pensando como piensa… a veces el demora un poquito en conseguir las respuestas, sin embargo cuando lo dejamos fluir, cuando lo observamos en quietud, el nos revela en pensamiento y en sentimiento qué es lo mejor para nosotros… son muchas las cosas que descubrimos… a veces somos cautivos de nuestra emoción, ella nos puede nublar, pero el pensamiento, la mente también lo puede hacer… necesario es nutrirnos con el conocimiento, pero no quedarnos atrapados en el, tener mente flexible, abierta, despierta, nos ayudará a vivir mejor, a vivir en paz y armonía…

Cuando estés muy emotivo, no decidas; cuando estés muy metido en pensar y repensar, cálmate y deja que tus pensamientos se asienten, el cerebro conseguirá lo mejor para ti, pero mantente vigilante de lo que tus pensamientos y sentimientos te producen… empodérate de ellos, no permitas que ellos te contengan a ti, contenlos tu a ellos. Ve despacio, no te abrumes, intenta darte cuenta de lo que te ocurre, date tiempo, se amoroso contigo…

martes, 15 de junio de 2010

Las diferencias de pensamiento que hacen la diferencia en el vivir juntos…



Una de las cosas más díficiles que he conseguido en la experiencia de vivir en pareja ha sido el manejo de las diferencias, siempre he pensado que la mejor relación es la que podemos construir JUNTOS, nosotras con ellos y viceversa… para mi ha significado esto, toda la vida, un reto, porque lidiar con nosotros en una dupla sin aburrirnos, sin caer en rutinas que acaban con el amor y además crecer, evolucionar y trascender en un acoplamiento del uno al otro, requiere, además de voluntad, de un profundo amor que parte del respeto infinito por el otro para hacerlo mágico y posible!

Hoy compartiré con ustedes desde mi ser mujer las grandes diferencias que tenemos que atender cuando compartimos la vida con el sexo opuesto, por supuesto sabiendo siempre que, lo que puedo ofrecerles con ello es, solo una mirada desde mi experiencia, que por demás no pretende ser exhaustiva en este asunto, pero que sin duda alguna puede brindarles varios puntos de partida para reflexionar acerca de lo que sucede en las interacciones de pareja. Por lo extenso del tema abordaré en esta edición del blog solo las diferencias que tenemos con respecto al pensar y su reflexionar la influencia de ello en la construcción de una relación.

Al entrar en una relación con el otro, que por cierto es bien temprano, de lo primero que nos damos cuenta es que nuestros gustos y preferencias en el actuar en la vida están lo bastante discriminadas socialmente, los patrones culturales para sentir, pensar y actuar entre hembras y varones están lo suficientemente explícitos… y aunque cargado de muchas desviaciones que pudieran catalogarse de ventajosas o desventajosas en ocasiones para ellos o para nosotras, con ellas cargamos sin darnos cuenta e iniciamos nuestras relaciones con el sexo opuesto…

Primero hemos de saber que ambos, tanto ellos como nosotras, estructuramos nuestra forma de pensar de manera distinta, dado la evolución de nuestros cerebros y su composición para operar encontraremos una de las grandes primeras diferencias aparte, de la biológica, para interactuar.Ahora bien, lo importante no es saberlo, sino darnos cuenta de la dificultad que sobreviene a una relación al experimentarnos en ellas.

Lo más importante es saber cómo asumir las diferencias que el pensar diferente nos deja. Las crisis sobrevienen generalmente cuando estamos en situaciones picos o estresantes, cuando nos hemos cansado de lidiar con el vacío que se ha generado por la incomprensión a veces originada en ambos sentidos, cuando no hemos podido hacernos cargo de las inquietudes del otro, cuando el acoplamiento para satisfacernos mutuamente no ha aparecido o se ha quebrantado.

Ante estas situaciones hombre y mujer, varón y hembra observamos, percibimos y reaccionamos distinto dada nuestra estructura cerebral. Encontramos por ejemplo que, mientras el hombre se centra individualmente, se enfoca en hacer una sola cosa por vez, las mujeres tendemos a tareas múltiples, así mismo frente a los problemas, mientras nosotras requerimos conversar, los hombres requieren aislarse, por lo que brindarnos apoyo mutuo requiere consideremos estos aspectos; estamos configurados así naturalmente. Sin embargo ¿por qué nos conflictuamos por esto?

Ahora bien, las mujeres tenemos la tendencia a tratar varios puntos o temas en una conversa, mientras un hombre requiere concretar para hacerse cargo o para ofrecer su ayuda respecto a lo que puede hacer. Por otro lado mientras nosotras requerimos comunicar, ellos requieren alejarse para priorizar, para concretar sus acciones! Esta es, reitero, nuestra configuración natural! .Y ¿qué sucede entonces? también a veces, esto genera conflicto, tanto que es motivo de fuertes discusiones, alejamientos y hasta de rompimientos.

Así mismo, mientras un hombre separa la información en su cerebro en distintos compartimentos, emociones, percepciones, acciones; las mujeres enlazamos nuestras experiencias en un conjunto, es por ello que a veces podemos sentirnos más agobiadas y agotadas que ellos, mientras ellos en situación de estrés se enfocan en lo más importante, nosotras atendemos varias cosas simultáneamente.

Pudiera seguir citando cualquier cantidad de diferencias producto del cómo pensamos mujeres y hombres, sin embargo lo más importante es respondernos a lo siguiente: Si sabemos que nosotros y ellos estamos configurados diferente naturalmente como somos por evolución, entonces ¿por qué tan díficil nuestra interacción? ¿Será, por qué pretendemos que el otro sea y haga como nosotros? ¿Es cuestión de aceptación? ¿Es por qué interpretamos erróneamente el comportamiento del otro? ¿Lo volvemos algo personal? ¿Es que ellos son unos flojos realmente? ¿Es que nosotras somos demasiado complicadas? O será ¿Que no hemos aprendido a sobrellevarnos en nuestras configuraciones naturales de hombre y mujer? Y si no lo hacemos ¿Qué nos hace falta? ¿Qué tenemos que hacer hombre y mujer para acoplarnos y aceptar las diferencias generadas por nuestra manera de pensar? ¿Qué tenemos que hacer para sentirnos felices estando juntos, aunque pensemos diferente?

Bien, creo tenemos bastante para reflexionar en bucles infinitos… estaré escribiendo en la próxima edición sobre las diferencias en la manera de sentir, de emocionarnos que hacen la diferencia en el vivir juntos ellos y nosotras o nosotras y ellos!…