Alguien a
quien leía se preguntaba ¿qué pasa cuando una mujer retoma su poder? Y me quedé
pensando…¿Qué pasa? Y me respondí y que es el poder en una que no sea otra cosa
que tenerse a si misma desde la conciencia del ser quien es y no de aquello a
lo que por un tiempo estuvimos condicionadas volviéndonos esclavas de lo que
impedía realmente y genuinamente ser quienes queríamos ser.
Eso a lo que
por alguna razón nos sometimos y sometimos a nuestros más puros y sagrados
instintos; una creencia ajena, un deber social, una obligación, una moda, un rol,
una cultura; todo lo que produjo una separación entre nosotras y el ser que
somos cuando nos vivimos el mundo de la dualidad, ese que nos separa de lo
divino.
Una mujer que
retoma su poder es esa que, después de vivir tanto, o tan intensamente, se
halla a si misma; se encuentra después de haberse perdido, se vuelve una con ella;
se integra, ya su luz y su sombra no están separadas; al enterarse de quién es
con cada experiencia, se vuelve entera, se vuelve una con ella y con la fuente
de dónde vino.
Ya no hay más
un estar inconsciente de sí misma, ahora está despierta y cada cosa que le
ocurre pasa por el tamiz de su poder, el poder de estar consciente de ella y de
todo lo que le pasa y para qué le pasa, sabe muy profundamente que necesita
hacer con ello sin consagrarse como algo especial, porque entiende cómo
separarse del ego que divide y la mantiene separada del ser.
Ama y entiende
completamente qué amándose, puede amar todo, comprender mejor; puede sanar,
liberar, unir y unirse, trascender sin miedo, sin temores porque su sabiduría
es profunda, es una con todo. Entiende definitivamente que juega al juego de
Dios y que ella es parte de su creación en el juego que protagoniza.
Encontré
leyendo algunas cosas con las que resueno y que de alguna manera me inspiraron
a escribir lo ya escrito para entenderlo mejor, lo cito ahora porque considero está
escrito de una manera hermosamente poética y porque amplía lo que entendí:
“Cuando una mujer despierta, todo
cambia en su mundo, jamás será la que fue y dejará de existir a la forma
en la que estaba amarrada, al menos, conscientemente. No aceptará nada
menos que aquello que se acerque a la vibración en la que se desliza en
aquel no-tiempo en donde ES.
Cuando una mujer despierta, comprende que ya no se es un acto
humano, sino un SER humano experimentando la vida en cada milagroso instante,
una vida donde es la contenedora de la espiral antes de la
manifestación, la luz y el vacío, el penúltimo eslabón. El cordón que la
une al alma de la tierra y con ello, si entra en el sueño de vivir, es
capaz de escuchar las diversas formas en que la consciencia se
manifiesta; el canto del universo, el aleteo de la naturaleza en todas su
esplendor, el bostezo de los bosques, el alma inocente de cada ser
vivo que habita junto a ella.
Cuando una mujer despierta, ya no hay valle sagrado, ni canto
de lunas llenas, ya no hay miedos que traspasar, feminidad que idolatrar, ni
poderes sagrados que preservar. Tampoco éxtasis, ni gozo ni amor inconsciente.
No hay llamada, ni murmullo, no hay valor que buscar…no hay nada ni nada
importa más que el vuelo de un abeja. ¿Por qué? porque comprendió
que todo es sueño, sueño que te hace creer incluso que puedes ser una
mujer loba que debe aullar, bailar y abrazarse o desnudarse ante la forma.
Cuando una mujer despierta, comprende. Es en los parpados
cerrados de “Dios” y desaparece junto a “ÉL” hasta el nuevo ciclo, donde
comenzará la infatigable tarea de parir una vez más este y otros
tantos universos. Sin importar la forma, dimensión o estado en el que
SEA.
No es fácil vivir con ella, vaya que no…., ¿Cómo se abraza la
sombra con la luz sin que uno de los dos desaparezca? , ¿Cómo has de vivir el
deseo (amoroso), si el otro no comprende que ella es la escalera
que “Dios” puso en su ADN (no su alma) para que el hombre pueda
llegar a ÉL?
Tal vez nos volvemos ermitañas, ¿raras?. Quizás parezcamos
extraños seres ante una sociedad dormida, quizás…, todo puede ser, lo único que
no puede ser, es que una mujer despierta se venda ante el sueño de ser
una forma existiendo en un universo finito”.
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Agradecida de tu comentario... aprendo de ello y me hace crecer...