Buscando comprender el fluir he descubierto que he tenido
experiencias “Autotélicas”y que ha habido momentos de mi existencia en los
cuales he fluido magistralmente…Una experiencia “Autotélica” ¿qué es? Dice Mihaly Csikszentimihalyi en su libro “El
fluir” que en su raíz etimológica, la palabra
autotélica viene de los vocablos griegos auto y telos que significan,
respectivamente, “en sí mismo” y “finalidad”. Una experiencia autotélica es
aquella en la que la recompensa obtenida se deriva del mismo acto de realizar
la actividad. Es decir, la atención de quien la experimenta se centra en la
actividad en sí misma y no en sus posibles consecuencias.
En una situación así, la energía psíquica trabaja para
reforzar la personalidad en lugar de perderse en unas metas extrínsecas y el
resultado inmediato es una sensación de disfrute y realización. Por esto, las
experiencias autotélicas no están garantizadas por la presencia de ciertos
factores exteriores, sino que responden prioritariamente a la disposición
interna de la conciencia para evitar la ansiedad y el aburrimiento, poniendo
orden en el caos de la mente”.
Dice así mismo que lo que nos duele no es lo que sucede,
sino lo que nosotros pensamos acerca de lo que sucede; a este respecto señala
lo que Marco Aurelio sentenció hace ya muchos siglos: “Si te sientes dolido por
las cosas externas, no son éstas las que te molestan, sino tu propio juicio
acerca de ellas. Y está en tu poder el cambiar este juicio ahora mismo”. De
igual manera, la experiencia óptima, aquella que disfrutamos por ser un fin en
sí misma, es un proceso que ocurre en cada persona y que no depende de lo que
sucede en el mundo, sino de la forma en que ese individuo lo asimila.
Hice el recorrido en retrospectiva a mi existencia y pude
darme cuenta de aquellas cosas que hago en las que fluyo de manera magistral,
esos momentos en los que experimento mayor disfrute y realización y que tienen
que ver con unas características que independientemente de quien sea la persona;
desde un empresario, un escolar, una ama de casa o un joven deportista la
descripción de lo que sienten cuando viven una experiencia de este estilo es
sorprendentemente parecida.
Fue al leer esos descriptores que descubrí mis experiencias
autotélicas! Las parafraseo ahora:
1- Desafío que requiere habilidades. el
disfrute en una actividad llega a su punto máximo cuando los desafíos están en
justo equilibrio con las habilidades personales. El disfrute sólo aparece
cuando se logra el punto medio entre el aburrimiento y la inquietud. Esto explica
por qué las actividades de flujo conducen al crecimiento y al descubrimiento;
nadie puede disfrutar haciendo lo mismo durante mucho tiempo. Generalmente
estamos agregando valor a lo que hacemos, para sentirnos diferentes, es por
ello que nos volvemos especialistas y volvemos arte aquello que sabemos hacer.
2- Concentración y enfoque. Cuando la
atención está completamente absorta en una actividad, lo que la persona está
haciendo llega a ser algo espontáneo, casi automático, y el protagonista deja
de ser consciente de sí mismo como un ser separado de lo que hace. Por eso
muchos describen la experiencia como un estado de flujo, en el que la mente
discurre libre y armónicamente. En la medida en que la atención está
completamente dirigida a la acción que se realiza, la persona alcanza un
altísimo grado de concentración en un campo muy limitado y concreto de atención.
Es aquí cuando el hacer se funde con el ser y lo que uno está haciendo habla
tan alto que la gente se conecta con uno fácilmente de manera auténtica y
genuina!
3- Metas claras. Las metas aparecerán claras
cuando sepamos hacia dónde queremos ir sin que necesariamente sepamos cómo es
que vamos a llegar, nos permitimos fluir en la certeza de que alcanzaremos lo
propuesto, el cómo será el altísimo, el universo, la energía el misterio quién lo
irá guiando. Dice el libro del fluir a este respecto que en el caso de los
artistas se da una situación particular. A pesar de saber que quieren pintar un
cuadro, componer una canción o escribir una historia, sus metas siguen siendo
bastante difusas y sólo se van definiendo en el transcurso de la actividad
creativa. Pero según lo detectado en este estudio, las actividades que llevan
en su propia esencia el libre espacio de la improvisación, sólo llegan a
disfrutarse cuando sus protagonistas son capaces de ir construyendo las reglas
y las metas sobre la marcha. Y así como el pintor va definiendo con cada trazo
su objetivo final, así mismo los músicos de jazz van dándole un cauce definido
a una improvisación musical. Me queda claro con esto lo valioso y complejo al
mismo tiempo que es la improvisación.
4- Directa e inmediata retroalimentación. Tan
cierto como que la sensación de estar haciendo algo bien es uno de los
componentes de la experiencia óptima, lo es el hecho de que todas las personas
son capaces de afinar su atención para percibir las señales de éxito o
aprobación de formas que a otros les resultan invisibles. Hasta el
psicoanalista puede encontrar retroalimentación continua en los gestos,
palabras o actitudes de su paciente, e incluso el artista que compone en
solitario puede tener indicios de que su obra está bien realizada.
En realidad, el tipo de retroalimentación
que se reciba es irrelevante: lo importante es poder tener la sensación de que
la tarea o actividad se está haciendo bien, porque sentir que se ha tenido
éxito en alcanzar la meta crea orden en la conciencia y fortalece la estructura
de la personalidad.
Creo a este respecto que uno sabe que está
haciendo bien las cosas porque la conciencia ya le ha dado orden, y uno sabe
muy profundamente que va bien, porque va siendo dirigido por una fuerza que es superior
a uno.
5- No hay espacio para otras informaciones En
los momentos de flujo la atención excluye toda la información que ocupa la
cabeza y que no es de utilidad para lo que se está realizando; las
preocupaciones de la vida ordinaria quedan excluidas de la mente. Es como si la
persona, mientras se mantiene la actividad, desconectara su memoria y alejara
la entropía poniendo orden en su mente y olvidando los aspectos desagradables
de la vida. Digo que se vuelve una meditación en movimiento en donde no hay
lugar para otra cosa en la mente que el momento presente y lo que se realiza en
el instante.
6- Un sentimiento de control personal sobre la
situación o actividad toda experiencia de flujo involucra la sensación de
tener el control o la falta de preocupación por perderlo. De hecho, dicha
sensación de controlar la entropía explica también por qué las actividades de
flujo pueden ser tan adictivas y por qué, por ejemplo, tantos ajedrecistas
vuelven la espalda al “desorden” del mundo real. Si bien algunos consideran que
los juegos de azar constituyen una excepción a esta regla, lo cierto es que el
disfrute de estos jugadores está íntimamente ligado a la sensación subjetiva de
que controlan el destino y de que sus habilidades juegan un papel importante en
el resultado. Ciertamente la sensación de control sobre lo que se está haciendo
es tan alta que el miedo desaparece en su totalidad.
7- Pérdida del sentimiento de autoconciencia Cuando
se experimenta la sensación de flujo, desaparece de la conciencia algo a lo que
comúnmente dedicamos mucha atención: la propia personalidad. Muchas personas
describen estos episodios diciendo que es como si no tuviesen ego, y como las
demandas del “yo” consumen continuamente una elevada cantidad de energía, el
liberarse de ellas deja el camino libre para que la atención se dedique a otros
fines. Paradójicamente, cuando logramos olvidarnos de quién o de qué somos,
podemos expandir aquello que somos. La experiencia óptima permite así una forma
de trascendencia, pues al perder momentáneamente la personalidad, sobrepasamos
el propio yo, que podrá emerger con más fuerza tras la experiencia vivida. Este
fenómeno, adicionalmente, suele venir aparejado a una sensación de fusión con
el entorno que, según el caso, puede estar configurado por la montaña, el mar,
el colectivo de personas con el que se realiza la actividad o cualquier otro
componente del cosmos. He llegado a experimentar que es cierto aquello en mi
oficio de educar, que no tengo nada que enseñar a nadie, creo firmemente que cada
quien se constituye en su propio maestro y que uno termina siendo solo un
puente para que los otros puedan descubrir dónde está su propio guía y cómo
aprende de si mismo lo que necesita para transitar su camino.
8- Distorsión del sentido del tiempo Durante
el disfrute de la experiencia autotélica, la dimensión objetiva del mundo
externo se vuelve irrelevante, y la percepción subjetiva de la experiencia
temporal se ve alterada. Por eso muchas personas afirman que el tiempo parece
pasar más rápidamente, mientras que otros, como un bailarín de ballet
describiendo un complicado giro que dura menos de un segundo en tiempo real,
afirman que los segundos pueden llegar a durar eternidades.
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