“Los hombres cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín y no encuentran lo que buscan…y sin embargo lo que buscan podría encontrarse en una sola rosa, o en un poco de agua. Pero los ojos están ciegos… …Es necesario buscar con el corazón. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos” Antoine Saint Exupery El Principito |
Autogestión del entusiasmo!
Articulo escrito para Motivacióncuántica.blogspot.com
Motivarse o mantenerse motivado es en definitiva un arte que es necesario cultivar. Andar en Theos o entusiasmado requiere de nuestra atención y de nuestro cuidado. He escuchado decir por estos caminos andados, y de ello hablan algunas canciones, que para llevar una vida plena es importante siempre tener un motivo… por ello una rosa pintada de azul es un motivo…también hay cuentos al respecto, así, he escuchado decir que tener un amante es bueno, que enamorarse de algo, de alguien es mantener nuestros sentidos despiertos en la búsqueda y permanencia de lo que nos llena y satisface, lo cierto es que hay que tener un motivo que le dé sentido a nuestra existencia, que nos lleve de cabeza y nos mantenga viviendo plenamente…La cosa es entonces, ¿cómo? cuando andamos tan fluctuantes, sin saber cuál es el camino y qué es lo que queremos, cuando la mirada en veces no está dentro sino afuera, cuando forjamos motivos básicos muy existenciales, efímeros, más bien superficiales que son momentáneos y fugaces que no proceden del corazón sino de una mente egoíca llena de falsos motivos basados en la pura vanidad y la arrogancia u ocupados en la mera subsistencia en algunos casos… cuando no tenemos claros los valores primordiales con los que guiarnos en el sendero del vivir… pareciera entonces que tenemos un principio por el cual comenzar: los valores guía…
Pero resulta que los valores son un constructo que se erige en la vivencia desde el mismo instante en el que hemos sido concebidos, desde allí ya comienza nuestra memoria biográfica a gestarse y en cada capa de piel, de células, tejidos, órganos, músculos y huesos yacen nuestros valores más profundos y verlos conlleva también una misión… sin embargo a la vida venimos y llegamos con un fin, el proyecto sentido que llaman, el propósito existencial para lo cual hemos nacido: nuestro gran motivo. Dicen Pierre Theilard De Chardin que somos seres espirituales teniendo una experiencia humana y desde ese espíritu entonces ya hemos elegido aquello por lo cual estamos aquí, aquello que le dará sentido a nuestra experiencia en la vida, ahora cómo descubrirlo es el tema de nuestro viaje por la existencia.
Y para ese viaje entonces es necesario conocer nuestra estructura de coherencia humana, esa en la que estamos contenidos: nuestra mente con sus pensamientos, nuestras emociones con su sentir, nuestro cuerpo físico con sus movimientos y desplazamientos, posturas, contacto, miradas, sonidos, olores, sabores, temperatura, respiración, latidos, conexión y entender que también somos espíritu, un espíritu que sabe hacia dónde vamos y de dónde venimos y al cual ahora podemos acceder para transitar mejor la experiencia.
Hay quien dice que nuestra mente es el jardín de nuestra vida y lo que plantemos en el será de lo que nos alimentemos. Y si, coincido en ello, nuestra mente es magistral, es una gran aliada, sin embargo, requerimos entrenarla porque, como podemos deducir de lo que dice el poeta Khalil Gibran en su poema “la razón y la pasión” nuestra mente maestra es dueña de la razón, es una fuerza que puede limitarnos gobernando sola, así mismo dice de la pasión que no teniendo guía puede convertirse en una llama que arde hasta su propia destrucción. Estas dos dimensiones que nos constituyen no tienen otro espacio dónde aparecer que en el cuerpo que nos contiene en dónde están albergadas las memorias más profundas, las biográficas, pero también las ancestrales y milenarias. Si he de mantenernos motivados, en Dios, en Theos, he de descubrirnos a través de nuestra dimensión de SER, esa que nos contiene: Cuerpo, mente/emoción y espíritu y saber cómo alimentar cada uno de esos dominios.
Tener especial cuidado con lo que pensamos dado la energía que es un pensamiento y lo que podemos crear con él, sabiendo que entre muchos estímulos a elegir, la elección vendrá acompañada de aquello en lo que ponemos nuestra mirada, aquello por lo que nos sentimos atraídos y estimulados, aquello en lo que hemos puesto nuestra intención y que coincidirá con nuestro proyecto sentido.
Y de esa forma, en correspondencia entonces se sucederán las emociones que acompañaran a esos pensamientos, hemos de estar despiertos, atentos, en la conciencia para observar desde el espíritu lo que nos acontece con el emocionar, pues de ellas dependerán cómo nos viviremos la experiencia y de mantenernos a pesar de las circunstancias en el entusiasmo. Observar nuestras emociones es pues parte del cuidado en eso de motivarnos y/o motiv ARTE. Requerimos entrenarnos en el desarrollo de nuestra inteligencia emocional, ellas constituyen nuestro combustible nuestra energía para transitar en la vida, por ello necesario es saber cómo hacer uso de esa energía.
Igualmente y no menos importante es prestar atención y cuidado al cuerpo, el vehículo en el cual andamos, procurar el silencio para escucharle, alimentarle, sostenerle y mantenerle en la trayectoria por la existencia, el es nuestro más fiel compañero silente y noble, el que nunca miente, el que alberga nuestras memorias, el que contiene la fuerza que nos impulsa pero también la que nos inhibe, el que sabe mucho más de lo que creemos.
Mantenernos motivados, acompañados de la divinidad en nosotros, requiere sin duda de que seamos el arte-sano de nuestro vivir. Tener un motivo que nos mantenga vivos, que le dé sentido a nuestra existencia aquello que nos da el impulso, aquello con lo cual vibrar en bien, expandirnos en total plenitud y felicidad en la coherencia y armonización de nuestro ser es definitivamente un arte. Pensemos bien, sintámonos bien, mantengámonos bien alimentados, bien hidratados, bien respirados, bien descansados, enamorados de lo que hacemos, orientados por la pasión conectados al espíritu de Dios en nosotros lo más que podamos conectados desde el corazón.
Coach Facilitador Psicocorporal
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